Hay una asociación indiscutible entre el 5G y la automoción. Esta tecnología se considera una de las imprescindibles para el advenimiento de los coches autónomos. Incluso, sin llegar a tanto, el nivel de conectividad que tienen ya los vehículos demanda una red con velocidad y cobertura como la que ofrece el sucesor del 4G. Sin embargo, existe un aspecto que no se suele tener en cuenta al hablar del binomio coches-5G. Se trata del cambio necesario que habrá en los talleres mecánicos, pues muchos fallos podrán resolverse desde la nube.
Es algo parecido a lo que ya ocurre con la electrónica de los vehículos. De un tiempo para acá, una parte importante de los coches ha dejado de ser mecánica. Las re paraciones, por tanto, tienen que ver muchas veces con cuestiones relacionadas con sistemas electrónicos. Así, los talleres mecánicos han tenido que adaptarse y adquirir los sistemas diagnósticos adecuados. Lo primero es la detección del fallo y esto no es algo tan ostensible como lo ese cuando las bujías o el carburador están en mal estado.
En los últimos años se ha dado un salto desde la electrónica a lo digital. La conectividad que se integra en los vehículos y la proliferación de software que aglutina a los diferentes elementos del coche ha acelerado el proceso. De ahí que las reparaciones, cada vez con más asiduidad, dependan de hacer arreglos en el plano software en lugar de tocar la mecánica, que no es sino el hardware del vehículo.
El 5G como herramienta básica de los talleres mecánicos
La tendencia ha pasado de lo mecánico a lo electrónico, de ahí a lo digital y de este plano saltará a la nube. Es el siguiente paso. Y los talleres mecánicos deberán estar preparados para no quedarse atrás.
Una de las consecuencias de la digitalización de los vehículos será su mayor complejidad. Esto se reflejará en su diseño, su construcción y también, cómo no, su reparación. En el sector del automóvil ya se empieza a ver el coche como un computador con ruedas. Una forma simplista de designar una máquina que se compone de sistemas de asistencia a la conducción o de aparcamiento asistido, junto a otras muchas tecnologías. La prevalencia del software en estas funcionalidades necesitará de conocimientos específicos.
Los empleados de los talleres mecánicos, cada vez más, necesitarán saber de ajustes de software. Y si no son capaces de adquirir estos conocimientos —algo que no se puede esperar que ocurra de la noche a la mañana— tendrán que contratar talento o subcontratar algunas reparaciones. Y aquí es donde entrará en escena el 5G. Pues será con esta conectividad con la que se podrán llevar a cabo un diagnóstico remoto de los sistemas del vehículo. Incluso se podrán enviar parches, hacer instalaciones y actualizaciones. Lo necesario para eliminar el error surgido en estos sistemas digitales.
La utilidad de la prevención
El 5G también puede ser de gran ayuda en un estadio previo al fallo del vehículo. La compañía Harman, propiedad de Samsung, trabaja en la creación de herramientas de análisis automático para detectar fallos en el vehículo antes de que estos se produzcan. En realidad, se trata de hacer la labor que ya hacen los conductores, pero con más precisión y antelación. Cuando al conducir el coche aparece un ruido extraño es un indicador de que algo puede ir mal en el motor. Si el ruido aumenta, el conductor se detiene y, si el ruido persiste, lo termina llevando al taller mecánico.
La herramienta de Harman haría algo similar. Gracias a una tecnología específica de identificación de sonidos y vibraciones, el propio coche en movimiento podría alertar al conductor cuando algo no va bien. Este análisis automático y durante la conducción permitiría adelantarse a las averías graves. Antes de que estas se produjeran, el coche ya habría avisado al conductor para que lo lleve al taller mecánico. Y esto solo se podría hacer con 5G, pues el sistema de Harman se basaría en la consulta a una base de datos en constante evolución. En ella estarían asociadas los fallos de los vehículos con sus sonidos de alerta previos.
De mecánicos a especialistas en software
Los talleres mecánicos tienen que ampliar sus conocimientos e incluso su forma de trabajar. Un motor de combustión está lleno de componentes y tiene un funcionamiento muy complejo. Sin embargo, los motores eléctricos que poco a poco se imponen en los vehículos son extremadamente sencillos en comparación. Si uno de gasolina podía tener unas 2.000 piezas, un eléctrico se compone de 20.
De ahí que el software esté llamado a convertirse en la principal fuente de fallos. Un artículo reciente en Financial Times así lo apuntaba. A medida que aumenten los coches eléctricos y conectados —incluso autónomos o con un cierto grado de autonomía—, las reparaciones mecánicas serán cada vez menores en número. A cambio, crecerán los ajustes de software.
Por eso en los talleres mecánicos de ahora se necesitarán ingenieros de software. En muchas ocasiones, puede que estos ni siquiera necesiten ver el vehículo físicamente. Un posible escenario sería un propietario de coche que contacte con el centro de reparación. Un especialista en software escucha el problema y entra remotamente en los sistemas del automóvil para evaluarlo. Una vez descubierto el fallo aplica la solución, sea cual sea esta, también de forma remota. Avería solucionada.