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Las personas mayores LGTBI y cómo la tecnología también puede ser inclusiva

Lo sabemos. En las últimas décadas hemos vivido una revolución tecnológica sin precedentes a la que, incluso sin querer, nos hemos tenido que sumar todos. Lo sabemos. Que los jóvenes son los que mejor se han adaptado al lenguaje de logaritmos, pantallas táctiles o wearables que, sin un uso responsable, podrían tener efectos nocivos. Y, sin duda, igualmente sabemos que en estos avances las personas mayores -también las personas mayores LGTBI– han salido en ocasiones perjudicadas: artilugios nada amigables, aplicaciones que no se sabe por dónde cogerlas, forzosos cambios en procedimientos que requieren hacer todo online…

Y ya que sabemos todo esto, hablemos también de la otra cara de la moneda, de cómo la tecnología ayuda a las personas mayores LGTBI y contribuye a la sostenibilidad.

Mayores LGTBI y tecnología

En la Fundación 26 de Diciembre detectamos hace años que las personas mayores con las que trabajamos, que siempre se habían sentido apartadas, discriminadas y, sobre todo, rechazadas, también veían que se quedaban atrás en esta revolución tecnológica. Comenzamos impartiendo el taller ‘A mí me gusta navegar’ en el que la actividad más demandada por las personas usuarias fue abrir perfiles en redes sociales, sobre todo en Facebook. Estando presentes en esta red social, las personas mayores LGTBI veían que tenían un lugar en el que podían expresarse entre iguales, compartir inquietudes, momentos, pensamientos… En definitiva, poder empezar a formar parte de una red social virtual que les hacía sentirse parte de un grupo y menos aislados.

En este punto contamos con el apoyo de otras entidades como UDP y Cibervoluntarios. Después quisieron saber cómo abrir un perfil en aplicaciones para citas. Vieron como estas apps, a pesar de tener una mayoría de usuarios jóvenes y, en buena parte, con edadismo, también les servían para conocer y volver a sentir por iguales. Querían dejar de sentir soledad.

La pandemia del coronavirus marcó un punto de inflexión en la relación entre la tecnología y las personas mayores LGTBI e hizo que estas con las que trabajamos tuviesen que mejorar su conocimiento en el uso de teléfonos, ordenadores, tabletas y aplicaciones de mensajería y videollamada. De repente nos convertimos en maestros de plataformas de contenido, de WhatsApp o Zoom. Aplicaciones que nos permitieron afianzar el contacto con la familia elegida, fortaleciendo vías de comunicación, así como el interés por su situación, haciendo prevención de esa soledad a la que estábamos abocados.

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Fuente: Unsplash

Aprendimos a perder el miedo a lo desconocido y nos dimos cuenta de que la tecnología podía ayudarnos también en asuntos como, por ejemplo, en el control de nuestra salud. Dejamos que la Dra. Fátima Brañas (jefa del servicio de Geriatría del Hospital Universitario Infanta Leonor) nos pusiera una pulsera para monitorizar nuestra actividad y estado físico, y pudiese estudiar así nuestra longevidad y fragilidad. Además, las aplicaciones de salud y bienestar proporcionan recordatorios para tomar medicamentos, realizar ejercicios o citas médicas, demostrándose útil para las personas mayores que tienen problemas de memoria o seguimiento de rutinas.

En resumen, la tecnología se relaciona con un mundo de oportunidades de aprendizaje y entretenimiento para las personas mayores LGTBI. Desde, por ejemplo, aplicaciones y plataformas en línea que ofrecen cursos y tutoriales sobre una amplia gama de temas hasta contenido audiovisual LGBT-friendly en televisión. Esto, como al resto de personas, les permite mantenerse mentalmente activos y entretenidos.

Pero, ¿cuáles son los desafíos?

Aunque las nuevas tecnologías ofrecen ventajas para las personas mayores LGTBI, también existen desafíos, como el control de discursos de odio y violencias que ayuden a lograr sociedades con un modelo cultural inclusivo, para superar la brecha cultural del heteropatriarcado, que ha dejado en la exclusión a un amplio sector de la sociedad. También nos aliamos con Fuerzas de Seguridad del Estado y con compañías tecnológicas para aprender a identificar fake news y estafas.

Otro desafío es conseguir llegar al mayor número de usuarios posibles, y para ello se hace necesario contar con tecnologías accesibles que, además, sean asequibles para una gran parte de personas mayores LGTBI, que sobreviven con bajas pensiones.

Asimismo, la inteligencia artificial debería desarrollarse teniendo en cuenta la longevidad como uno de sus puntos clave para aportar soluciones que nos permitan predecir cómo seremos de mayores y así mejorar la calidad de vida y salud mental hasta el final de nuestros días.

Imagen de cabecera de Envato

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