Oro en viñedo y bronce en vino. España posee la mayor superficie de viñedo del mundo y es, por detrás de Italia y Francia, el tercer productor de vino a nivel internacional. Un sector clave en nuestro país que está integrado por más de 4.000 bodegas que emplean a cientos de miles de personas.
Desde su origen, tecnología e innovación han formado parte de la industria española del vino, mejorando tanto la calidad de los vinos como la productividad de las empresas.
Maquinas vendimiadoras, modernos trenes de embotellado o sofisticados laboratorios forman parte del ecosistema bodeguero desde hace más de 20 años. Como no podía ser de otra forma, muchas de nuestras bodegas, entre las que se encuentran algunas de las empresas más innovadoras de España, no han vivido al margen de la revolución tecnológica de los últimos años. Big Data, realidad aumentada, apps, drones o Internet de las Cosas han pasado a formar parte del vocabulario del mundo del vino.
Realidad Aumentada en el mundo del vino
La realidad aumentada permite agregar información virtual al mundo físico, creando así una realidad mixta. Aprovechando esta idea, algunas marcas del mundo del vino han optado por incorporar nuevos proyectos tecnológicos interactivos para ofrecer nuevas experiencias a sus consumidores.
Estancia Mendoza lanzaba, junto con su marca “Kadabra”, una app de realidad aumentada con animaciones 3D, pensada para un público joven, ávido de nuevas experiencias y que invitaba a los usuarios a interactuar con el producto.
Bodegas Tío Pepe también dispone de una aplicación (Guideo App) que integra las últimas tecnologías de geo posicionamiento y realidad aumentada para crear experiencias únicas. Durante el recorrido de la bodega, el visitante puede acceder con su móvil a información, imágenes y vídeos localizados en cada punto de interés, que sirven de complemento a la visita.
Drones en el sector vitivinícola
Los drones parecen estar ya en todos los sectores, y el vitivinícola no podía ser menos. La empresa española Agromaping se encarga de introducir estos nuevos inquilinos en las bodegas, para crear lo que ellos denominan ‘agricultura de precisión’.
Gracias al análisis de imágenes de sus dispositivos, son capaces de relacionar la información y ofrecer datos sobre algunas variables como recomendaciones de abono, poda o riego de parcelas para determinar las causas de variabilidad y planificar acciones de mejora.
Big Data
La transformación digital nos permite optimizar los procesos de elaboración del vino, produciendo más y mejor. La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura) estima que, para el año 2050, será necesario el avance hacia una agricultura inteligente donde se pueda aumentar la producción con menos recursos.
Hoy, gracias al Big Data, el sector del vino obtiene un mayor rendimiento, ya que se pueden recibir una gran cantidad de información sobre la humedad de los viñedos o la calidad del aire gracias a diferentes dispositivos y sensores encargados de la recolección de datos.
En este sentido, la plataforma Bynse, desarrollada con Big Data, permite controlar el estado actual y las necesidades futuras de los viñedos. Gracias a la recopilación y análisis de los datos, permite generar una información muy valiosa para tomar decisiones agronómicas que mejoren la calidad de los caldos.
Las bodegas españolas cada vez invierten más en la búsqueda de la calidad, algo donde el I+D es clave. En este sentido, los acuerdos entre empresas son algo fundamental para avanzar hacia esa transformación.
El año pasado veíamos como Bodegas Emilio Moro, VisualNacert y Telefónica firmaban un acuerdo para trabajar en la integración de tecnología para la gestión inteligente y eficiente de los viñedos, un ambicioso proyecto que perseguía revolucionar el sector agrícola de la mano de la innovación, algo que cada vez está más presente en las estrategias empresariales.