Después de 25 años funcionando, la webcam más antigua del mundo se apaga a finales de agosto de 2019. Toda una pieza viva de la historia de Internet.
En 1994, Internet era un lujo reservado a unos pocos. Casi los ordenadores personales lo eran. Pocos hogares contaban con uno y menos con una conexión a la Red, esa idea extraña que permitía comunicarse con una persona en Australia. Sin embargo, en la San Francisco State University aquel año se instalaba una webcam, tecnología punta para la época.
Se trataba de una cámara digital conectada a Internet. Dos tecnologías que tardarían unos años en llegar al gran público. En aquel momento solo un grupo minoritario de apasionados por la tecnología tenía interés y acceso a estos caros recursos.
Los impulsores del proyecto fueron Jeff Schwartz y Dan Wong. Entre ambos instalaron y empezaron a mantener la San Francisco FogCam. La llamaron así por la vista velada que ofrecía del campus de la universidad, desde donde ellos asistían a clases de ciencias de la computación.
Desde aquel año en adelante, durante los siguientes 25, esta webcam ha permanecido activa. Hasta el 30 de agosto de 2019, fecha en que deja de funcionar, ha mostrado en Internet la nebulosa vista del campus de la San Francisco State University.
Saber que habrá café
Lo que era un proyecto universitario, surgido a medida que estos dos estudiantes aprendían a programar, se convirtió en un ojo conectado al mundo que ha pervivido un cuarto de siglo. La webcam más antigua del mundo miraba hacia la avenida Holloway, pero también la apuntaban hacia el Café Rosso, para que la gente supiera cuándo estaba abierto.
Esta última finta se trataba en realidad de un homenaje a la primera webcam que existió en el mundo. Unos investigadores la colocaron en la Universidad de Cambridge dirigida hacia el lugar donde se encontraba la cafetera. Este juego fascinó a los internautas del momento. Los científicos estarían seguros de que había café antes de recorrer el camino que los distanciaba de la cafetera.
Hoy en día las webcams están a la orden del día. No solo en los ordenadores, también en los smartphones. Más aún, no solo se usan para grabar una zona sino para comunicarnos con seres queridos o con personas del trabajo. Incluso existen cámaras que permiten controlar el ordenador mediante las manos , gracias a tecnología de identificación de gestos. Sin olvidar del reconocimiento facial.
Probablemente nada de esto se imaginaban Schwartz y Wong cuando pusieron en marcha su modesta unidad de grabación y subieron las imágenes a Internet. Eran los días en los que en Internet cualquiera podía hacer cualquier cosa , como señalaba Schwartz.
Imágenes: ElasticComputeFam, Aksa2011