Las mujeres y niñas, principales afectadas por el cambio climático

El cambio climático también es una cuestión de género pues reproduce las desigualdades existentes al afectar en mayor medida a la salud de mujeres y niñas a nivel global.

El cambio climático está ocasionando graves desastres naturales debido, principalmente, a la actividad humana, en buena parte del planeta. Las consecuencias, que ya son visibles ante nuestros ojos, serán irreversibles aunque se consigan alcanzar los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París de 2015. Es un hecho científico demostrable, del cuál se lleva advirtiendo décadas, y que tiene efectos inmediatos en la salud humana.

Sin embargo, quienes se llevan la peor parte de este desastre climático son, en su mayoría, los países del sur global y, especialmente, las mujeres. El cambio climático también es una cuestión de género. «Afecta a toda la población, pero son las personas más pobres del mundo y las que se encuentran en situación vulnerable, especialmente las mujeres y las niñas, quienes soportan las peores consecuencias de las tensiones ambientales, económicas y sociales», alerta ONU Mujeres.

Sus efectos aumentan la desigualdad

Los efectos del cambio climático han provocado un aumento de la desigualdad de género en muchos países, sobre todo en los más empobrecidos. La Tierra ha llegado a su punto límite al no poder sostener los modelos de producción y consumo existentes, y eso tiene efectos inmediatos en la salud pública.

En este contexto, se ha celebrado durante la Cumbre Mundial del Clima 2019 (COP25) un acto titulado ‘Taclingk Gender Inequalities in Health and Climate Change’ para abordar las desigualdades climáticas entre hombres y mujeres. En la actualidad estamos viviendo una «revolución tanto verde como violeta», ha recalcado la directora de Salud Pública, Calidad e Innovación, Pilar Aparicio Azcárraga.

El abuso y sobreexplotación de los recursos naturales ha generado fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones o sequías que generan un aumento de los refugiados climáticos. Estos fenómenos afectan a la agricultura y, consecuentemente, a la seguridad alimentaria. La pérdida de nutrientes que consumimos día a día ha provocado una disminución de proteínas, vitaminas y minerales que afectan a la salud global, pero especialmente a la infancia y a las mujeres.

Algunos informes apuntan a que surgirán brotes de enfermedades como el cólera, el dengue o el paludismo en muchos países en los próximos años como consecuencia del cambio climático. De la misma manera, en muchas regiones del planeta todavía no existe un acceso seguro a agua potable y saneamiento básico, siendo el agua el principal transmisor de enfermedades. Este hecho genera que las enfermedades diarreicas sean la principal causa de muerte infantil en los países menos desarrollados.

Por ello, la Organización Mundial de la Salud ya ha instado a los gobiernos a reducir sus emisiones de CO2 porque, además, generan gastos sanitarios que podrían prevenirse si se cumplieran los Acuerdos de París.

Las mujeres, principales encargadas del agua y de la alimentación

Durante el debate celebrado en la COP25, las asistentes también han señalado que en muchos países empobrecidos, las encargadas de ir a buscar y recoger agua, de encargarse de las tareas domésticas, del cuidado y las provisiones de alimentos son mujeres y niñas. Esto afecta directamente a su salud, su educación y su acceso a servicios y recursos básicos. Asumen la carga principal cuando falla el saneamiento básico o cuando deja de haber recursos.

Tal y como afirma también la ONU, entre los grupos más vulnerables por el cambio climático se encuentran las mujeres, pues a nivel global son las principales recolectoras, y usuarias y administradoras tanto de agua como de combustible.

A pesar de que las mujeres contribuyen menos que los hombres al cambio climático son las más afectadas por sus consecuencias.Las sequías contribuyen a la escasez de alimentos y conlleva a una inseguridad alimentaria absoluta. Esta situación conlleva a desplazarse por motivos climáticos y quienes más se mueven son mujeres, niños y niñas.

Resulta realmente necesario poner la vida en el centro y promover una lucha contra el cambio climático con perspectiva de género.

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