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Cómo la realidad virtual y aumentada potencian las soft skills

En 2016 nos adentramos en la 4ª Revolución Industrial o Industria 4.0. Desde entonces, la sociedad ha estado inmersa en diversos avances tecnológicos. Siendo la llegada del 5G uno de los más recientes y que ha traído consigo un abanico de posibilidades con el coche conectado, el Internet de las Cosas (IoT, sus siglas en inglés), las smart cities, etc., y una mejora en tecnologías existentes como la realidad aumentada y virtual, la inteligencia artificial, entre otros.

En un escenario donde confluyen diferentes dispositivos tecnológicos y en donde el mundo está en constante cambio, el papel que adquirimos las personas es fundamental. De ahí la importancia del desarrollo de las soft skills o habilidades blandas.

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Fuente: Brooke Cagle

Cuando hablamos de las soft skills nos referimos a aquellas habilidades sociales que no se aprenden en el ámbito laboral, sino en nuestro día a día. Por ejemplo, ser capaces de comunicarnos claramente, saber trabajar en equipo, desarrollar nuestra inteligencia emocional o ser creativos y resilientes, entre otras.

Evolución de las soft skills

Para poneros en contexto, este término comenzó a utilizarse en 1972 cuando el ejército de los Estados Unidos detectó que, al contrario de lo que se creía, las mejores tropas eran aquellas con habilidades transversales más desarrolladas, y no las que utilizaban mejor la maquinaría (hard skills, habilidades técnicas).

A pesar de que este concepto lleva en la sociedad cerca de cincuenta años, las empresas han apostado durante muchas décadas por los conocimientos técnicos, antes que por el desarrollo de las soft skills. Es decir, el trabajo en equipo, la comunicación bidireccional o la formación en resolución de conflictos, por ejemplo, no eran importantes si cumplías con tu trabajo de manera técnica, aunque no estuvieras conforme o este no te hiciera feliz.

La realidad es que el verdadero auge de las habilidades blandas llegó con la 4ª Revolución Industrial, adquiriendo una mayor importancia a la hora de valorar un perfil más completo en el que no solo cuentan las habilidades técnicas. Pero, ¿por qué ahora?

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Fuente: Priscilla du Preez

Mayor demanda de las soft skills en el mercado laboral

En un mundo donde el avance de las tecnologías está en aumento, las soft skills serán cada vez más importantes para diferenciar la inteligencia artificial y la automatización. Es decir, las tareas más rutinarias y técnicas serán ejecutadas por máquinas, mientras que la labor de los trabajadores será mejorar la productividad humana.

Además, la actual pandemia de la Covid-19 ha precipitado la importancia de estas habilidades por parte de las empresas, debido al aumento del teletrabajo. El desarrollo de cualidades como la inteligencia emocional, la empatía, la responsabilidad, la autogestión o tener una actitud positiva en nuestro día a día, hacen al trabajador imprescindible, además de desarrollar un sentimiento de mayor motivación y pertenencia dentro de la plantilla.

Por todo ello, en 2016 la compañía Manpower Group realizó el siguiente estudio: Soft skill 4 talent donde participaron 3.791 empresas de ochos países europeos, concluyendo que estas habilidades «son útiles para afrontar los desafíos competitivos que presentan los diversos sectores y mercados» y que los mejores resultados para el empleo del futuro vendrán de la mano de la «capacidad de adaptación».

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Fuente: Camaleón Verde

Beneficios de la realidad virtual y aumentada en las habilidades blandas

En base a todo lo anterior, una vez más, la educación vuelve a ocupar un lugar clave para el futuro de la ciudadanía. Posiblemente, muchos jóvenes acaben dedicándose a puestos laborales que no existen actualmente. Por esta razón, es clave que se comience a formar al alumnado teniendo en cuenta el fomento de las habilidades blandas que les puedan ser útiles, tanto en su presente como futuro.

Dos herramientas que se han situado como fundamentales para el desarrollo de las soft skills en las escuelas son la realidad virtual y la aumentada. Ambas permiten el desarrollo de una educación inmersiva, a partir de la asimilación y comprensión de contenidos recreando ambientes con los que el alumnado pueda interactuar. Es decir, los estudiantes aprenden de la experiencia, aunque esta sea artificial, tratándose de una de las variables del learning by doing (aprender haciendo).

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Fuente: Matthew Kwong

Este tipo de inmersión educativa es bastante reciente y conlleva alto costes, sin embargo, es la enseñanza a la que nos estamos dirigiendo. Los tiempos cambian y la ciudadanía debemos avanzar con ellos.

Aplicación de ambas realidades

Este tipo de educación supone un cambio de paradigma para todas las personas. Nos encontramos en una sociedad donde la solidaridad y la empatía son habilidades cada vez más valoradas, sobre todo, con la llegada de la actual pandemia.

En este sentido, poder explicar a un grupo de niños la crisis de refugiados a través de la realidad virtual, supone una mayor concienciación y sensibilización sobre este tema. Es decir, se consigue una mayor visibilidad acerca de diversas épocas de la historia, que no se lograría, únicamente, con el uso del texto.

De la misma manera, que enseñar a los jóvenes a través de las diferentes posibilidades que nos ofrece la realidad aumentada cómo fue el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial o la Guerra de Vietnam, por ejemplo. Vídeos, aplicaciones, audios, objetos 3D, etc. Todo ello, da lugar a una enseñanza enfocada en la participación y en la comprensión real de los contenidos.

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Fuente: Annie Spratt

Durante muchos años, la escuela ha enseñado, únicamente, a través de libros de texto. Nosotros estudiábamos la Guerra Civil Española con el único fin de aprender los contenidos de memoria para hacer el examen correspondiente. Sin embargo, no nos parábamos a comprender cómo fue realmente aquella época o a empatizar con la situación que vivieron miles de personas.

Ahora, con la llegada de ambas realidades, podemos ser testigos de ello gracias a las recreaciones virtuales o al diverso material audiovisual. De esta manera, es labor de las escuelas enseñar a cómo trabajar en equipo y después fomentarlo. A enseñar valores tan importantes como la resiliencia, la empatía o la solidaridad o a desarrollar la inteligencia emocional.

Estas cualidades no solo serán importantes para el futuro laboral de los estudiantes, sino también para su vida personal. Por ejemplo, enseñar a las personas a ser resilientes es clave para poder enfrentarse a momentos como los que estamos viviendo en la actualidad por la Covid-19.

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Fuente: Marvin Meyer

Una educación enfocada en la cooperación

Durante la pasada edición del Enlighted 2020 se abordaron cuestiones como la necesidad de la innovación educativa en tiempos de pandemia. Nos encontramos ante un modelo educativo tradicional que lleva décadas conviviendo con nosotros y que poco a poco se va apagando para dar paso a estas nuevas formas de aprendizaje.

Según un informe de Gad3, desde el año 2000, la formación a través de Internet se incrementó un 900% en el mundo. De esta manera, el elearning se ha convertido en un esencial para el avance de la sociedad. Nos encontramos en proceso de dejar atrás la educación individual y dar el salto a la enseñanza en cooperación.

En un futuro la educación tomará como apoyo la inteligencia artificial, el blockchain, el video-learning, la realidad aumentada y virtual, entre otros. Todo ello, gracias al impulso de la nueva red móvil: el 5G.

El futuro de las habilidades blandas con el 5G

En este escenario, la llegada del 5G permitirá mejorar la experiencia, tanto de la realidad aumentada como de la virtual.

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Fuente: Patrick Schneider

La nueva red móvil permitirá una conectividad más estable, además de una reducción de la latencia, siendo un punto clave para la visualización de los contenidos, así como la interacción con los mismos a través de ambas realidades.

Por ejemplo, si usamos la realidad virtual con la red 4G posiblemente las diversas aplicaciones sea vean interrumpidas, ya que está red no está preparada para ese rendimiento. Sin embargo, esto no sucederá con el 5G, ya que es permite la conexión de diversos dispositivos sin que afecte a la misma.

Una sociedad educada en valores

De esta manera, el auge de las soft skills, así como la llegada del 5G suponen un cambio de paradigma para gran parte de la ciudadanía. Por primera vez, situamos a las personas en el centro de la ecuación.

La sociedad pone en valor el desarrollo de habilidades tan importantes como la solidaridad, la empatía o la resiliencia. Estos son valores fundamentales, teniendo en cuenta que el mundo está en constante cambio y las personas debemos aprender a adaptarnos a las diferentes situaciones que surgen en el día a día.

Sin embargo, el desarrollo de estas habilidades no es solo un beneficio para las personas a nivel laboral, sino también a nivel personal. En otras palabras, desarrollar este tipo de capacidades puede ayudarnos a superar momentos complicados de nuestra vida que, posteriormente, pueden repercutir en la ejecución de nuestro trabajo.

Por ello, ante un futuro laboral donde la tecnología va a ocupar un lugar protagonista encargándose de labores más técnicas, la labor de las personas tiene una mayor relevancia. Según un estudio elaborado por Fundación Telefónica, Sociedad Digital en España 2019 algunas de las habilidades que más se demandarán son: adaptabilidad, inteligencia emocional, pensamiento crítico, resiliencia, asertividad o proactividad, entre otras.

Imagen de cabecera: Gonzalo Chavarri.

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