En los vehículos eléctricos, la batería se ha convertido en uno de los elementos más importantes. Al igual que ocurre con un teléfono u ordenador, sin batería el dispositivo no funciona. De ahí que investigadores y fabricantes de todo el mundo estén enfrascados en una carrera contrarreloj para encontrar baterías más eficientes y sostenibles. Y que permitan dejar de depender de las materias primas actuales, algunas de ellas cada vez más escasas. Una posible alternativa la encontramos en las baterías de litio ferrofostato. También conocidas como baterías de fosfato de hierro y litio.
Tiempo atrás, las baterías más utilizadas eran las de plomo ácido. Pero desde hace unas décadas, logramos crear alternativas más eficientes y menos contaminantes, las conocidas como baterías de litio o baterías de iones de litio. Hoy abundan en toda clase de dispositivos, aparatos y en coches eléctricos. Pero su eficacia ha llegado a un límite y solo queda colocar más baterías para obtener más energía.
Así que en busca de baterías más eficientes, surgen alternativas emparentadas con las baterías de litio. Una de las más populares son las baterías de de litio ferrofosfato o de fosfato de hierro y litio. Conocidas por su nomenclatura química LiFePO4 o por sus siglas LFP. Entre sus principales ventajas, destaca su seguridad, al llevar más hierro, una vida útil más prolongada que las baterías “tradicionales” ya que tardan más tiempo en degradarse y, lo mejor de todo, para fabricarlas no se utiliza cobalto, que es uno de los componentes más caros de las baterías actuales.
Casi todo son ventajas en este tipo de baterías
En los últimos tiempos hemos visto cómo algunos teléfonos inteligentes y dispositivos como patinetes eléctricos se prendían fuego por culpa de unas baterías en mal estado. Exceso de calor, un golpe, un cortocircuito o un intento de reparar el dispositivo sin las precauciones necesarias, son algunas posibles causas para este tipo de accidentes. Poco frecuentes pero muy espectaculares, en especial en el caso de patinetes, ya que sus baterías son de mayor tamaño.
Las baterías de de fosfato de hierro y litio o de litio ferrofosfato son más seguras que sus predecesoras por varias razones. La primera es que su composición no se ve tan alterada por subidas de temperatura o contaminantes externos. Por otro lado, resultan prácticamente incombustibles y resisten temperaturas de entre -20ºC y 75ºC.
Su segunda gran ventaja, la vida útil más prolongada, se traduce en ciclos de vida de más de 2.000 veces las que ofrecen las actuales baterías de iones de litio. O en años, vendrían a durar entre cinco y diez años más. Toda una ventaja en toda clase de dispositivos pero especialmente si hablamos de algo tan caro como un vehículo. Al mismo tiempo, la carga de la batería es más rápida.
La popularidad en alza de las baterías de litio ferrofosfato
Uno de los aspectos de las baterías que le han dado más fama es que, en su fabricación, no se utilizan componentes como el cobalto o el níquel, reduciendo así su coste. Esto hace, a su vez, que estas baterías sean menos tóxicas al no disponer de elementos contaminantes.
Pero no todo son ventajas. El principal inconveniente de las baterías de litio ferrofosfato o de fosfato de hierro y litio es su menor densidad energética. Por suerte, este problema se está solucionando empleando electrodos más gruesos. De ahí que fabricantes de todo el mundo empiecen a tomarse esta alternativa más en serio.
Sin ir más lejos, el fabricante Tesla ha sido uno de los principales adalides de esta tecnología. Según anunciaba el verano pasado, la mitad de sus nuevos vehículos fabricados en sus instalaciones contaban con baterías de litio ferrofosfato o LFP. Y otro gigante de la automoción, Ford, construirá una planta en Michigan para fabricar baterías de fosfato de hierro y litio en suelo estadounidense. Una fábrica que empezará a dar sus frutos en 2026.
Según datos de Bloomberg, en 2020, el 61% de baterías para vehículos eléctricos eran de tipo NMC ( níquel, manganeso y cobalto). El 23% de tipo NCA (níquel, cobalto y aluminio) y solo el 16% de tipo LFP (litio, hierro y fosfato). Pero el futuro que viene por delante apunta a que para 2030, las baterías LFP o de litio ferrofosfato supondrán un 38% del total y las de NMC, las más populares hoy en día, bajarán hasta el 29%.
Y en la lista de principales fabricantes de baterías de tipo litio ferrofosfato o fosfato de hierro y litio encontramos nombres como CATL y BYD (China), LG y Samsung (Corea del Sur) o Panasonic (Japón), entre otros. Una lista en la que predominan empresas asiáticas, especialmente chinas. Con todo, como hemos visto, fabricantes estadounidenses y europeos empiezan a plantearse la fabricación de baterías en sus territorios para evitar la dependencia externa.