Granja eólica

La eólica marina arranca en España

Aunque la Península Ibérica como tal está rodeada de kilómetros de costas, la energía eólica marina en España nunca ha sido una fuente viable. El principal escollo ha sido siempre la poca profundidad de sus aguas, a diferencias de otros países como China, Estados Unidos, Reino Unido, Brasil o Irlanda. Pero la tecnología avanza. Y muy pronto, España contará con varias instalaciones de eólica marina.

Como vimos en un artículo anterior, el Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) de 2021-2030 prevé que las energías renovables supongan al menos el 42% del total de consumo de energía final (incluyendo diésel, gasolina, electricidad, etc.) y el 74% en el sector eléctrico. Y entre las distintas acciones que se están llevando a cabo, una de ellas consiste en instalar parques eólicos comerciales en aguas españolas.

España ya es referente en eólica terrestre. Su capacidad de producción eléctrica mediante aerogeneradores coloca este país en el quinto lugar al lado de grandes potencias como China, Estados Unidos, Alemania o India. Ahora toca hacerse con la eólica marina, que promete producir más electricidad gracias a que hay más viento que en tierra y, especialmente, porque las nuevas generaciones de molinos eólicos pueden instalarse a menos profundidad.

Potenciando la eólica marina en España

El pasado 28 de febrero, El Gobierno de España aprobó el Plan de Ordenación del Espacio Martítimo (POEM). Se trata del marco regulatorio que debe hacer posible la instalación de los futuros parques eólicos marinos. En concreto, el plan incluye 19 instalaciones para empezar. A las que se podrían añadir otras en un futuro. 

Esas instalaciones deben cumplir ciertas normas para reducir su impacto ambiental y en la economía de la zona, en especial la pesca. Por ejemplo, no deben sobrepasar los 5.000 kilómetros cuadrados y deben convivir con la pesca pero también con la defensa de las fronteras y con la biodiversidad marina de cada zona. Otra medida a cumplir es que deberán estar a una distancia mínima de 2.000 metros de la costa. Aunque la medida varía según la zona en la que estarán. En Lanzarote, podrán estar a 1.850 metros. Y en las costas gallegas y cántabras, la distancia será de entre 21 y 31 kilómetros.

Por lo demás, estos parques eólicos, que harán posible el uso de eólica marina en España, se irán instalando en Galicia (9), Cataluña (1), Islas Baleares (2), Andalucía (2) e Islas Canarias (5). Las instalaciones ocupan cuatro de las cinco zonas que conforman el espacio marítimo español. Y el quinto ha quedado excluido por motivos de seguridad. En cuanto a la pregunta del millón: los primeros aerogeneradores deberían estar funcionando en un periodo que va de los dos a los cinco años. Es decir, entre 2025 y 2028.

La eólica marina en España podría generar más electricidad con menos molinos instalados

Entre uno y tres GW para 2030

Cuando este macroproyecto se haga realidad, a más tardar, para 2030, la capacidad de generación de la eólica marina en España será de entre 1 y 3 GW. Una cifra bastante por detrás de los 30 GW que genera la eólica terrestre o de los 12 GW instalados en las costas europeas. 

La buena noticia es que esta cifra corresponde al plan inicial. Pero a medida que se vayan añadiendo aerogeneradores, la potencia generada puede alcanzar cifras mucho más altas. Gracias a que cada aerogenerador marino produce mucha más electricidad que uno terrestre.

Para hacernos una idea, los molinos marinos pueden alcanzar los 250 metros de altura. Y su potencia puede alcanzar los 15 MW frente a los 4 o 7 MW de los molinos terrestres actuales. Y en cuanto a los parques. Un parque terrestre suele tener una capacidad de 50 MW frente a los 1.000 MW que alcanza el parque más grande de Europa. A esto hay que añadir que los parques marinos pueden funcionar durante 3.500 horas al año, una cifra muy superior a sus equivalentes en tierra firme.

La eólica marina en España puede potenciar la generación de hidrógeno verde para exportar

Convivencia y economías auxiliares

Todo proyecto de gran envergadura tiene un gran impacto en el territorio. Para bien y para mal. En el apartado positivo, la eólica marina en España puede ser el último empujón en la transición hacia un modelo sostenible que permite generar energía con fuentes limpias. Y, de paso, una manera de potenciar economías complementarias o auxiliares. Por un lado, la generación de hidrógeno como combustible alternativo para exportar a otros países como Francia o Alemania.

Y por otro lado, la eólica marina bien implementada puede ayudar a a que puertos y astilleros se reciclen hacia otros sectores. Es el caso de la fabricación y exportación de componentes para parques eólicos. Algo que ya ocurre en zonas como Ferrol, en Galicia. Y que podría extenderse a todas las zonas en las que habrá uno o más parques eólicos marinos.

Pero en el apartado negativo, hay sectores como el pesquero que creen que la instalación de los parques eólicos marinos en España podrían acabar de enterrar un sector ya tocado de por sí como es el de la pesca tradicional. Y, por su parte, desde el ámbito de la protección medioambiental se cree que la eólica marina puede tener también un impacto negativo. 

Sea como fuere, no será hasta dentro de dos o más años que empezaremos a ver en funcionamiento los primeros molinos eólicos marinos en España. Entonces se podrá valorar el impacto positivo y negativo y si los actores implicados han hecho su parte del trabajo para que el proyecto nos beneficie a todos.

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