La aviación es uno de los sectores que más está innovando en la búsqueda de alternativas sostenibles a los combustibles fósiles actuales. Si bien todavía no es posible transportar decenas de pasajeros en un avión eléctrico, en todo el mundo se suceden pruebas con aviones más pequeños capaces de volar propulsados con baterías eléctricas o con combustibles menos contaminantes como el hidrógeno líquido. Y recientemente, un avión eléctrico alimentado con hidrógeno líquido ha sido capaz de volar durante varias horas y recorriendo una distancia considerable.
Detrás de este hito se encuentra la compañía H2Fly, con sede en Stuttgart, al sur de Alemania. Esta empresa tiene como objetivo hacer posible que los aviones vuelen empleando como combustible hidrógeno líquido, con cero emisiones de gases contaminantes. En vez de los combustibles actuales, que utilizan principalmente queroseno con alguna excepción. Y, por ahora, su viaje sigue por buen camino.
Las pruebas realizadas por H2Fly abren las puertas a seguir investigando en maneras de adaptar los grandes aviones de pasajeros actuales a sistemas de propulsión alimentados con hidrógeno. Algo que llevará su tiempo pero que queda más cerca gracias a los avances realizados por el equipo alemán. Y aunque en el terreno de los automóviles, el hidrógeno no termine de despegar como alternativa sostenible, en la aeronáutica ha encontrado un gran aliado mientras no sea posible sustituir el combustible fósil al completo por electricidad.
Volar en un avión eléctrico con hidrógeno líquido
En concreto, H2Fly ha realizado cuatro vuelos de prueba propulsados por hidrógeno líquido. Uno de esos vuelos tuvo una duración de más de tres horas. Y para completar estas pruebas utilizaron un avión de pruebas de cuatro plazas llamado HY4. Es un avión eléctrico equipado con un sistema de propulsión de pila de combustible eléctrica de hidrógeno e hidrógeno líquido. Este combustible se almacena a muy bajas temperaturas, con métodos criogénicos.
En las pruebas en que utilizaron hidrógeno en estado gaseoso, el avión de pruebas alcanzó una autonomía de 750 kilómetros. Y con el uso de hidrógeno líquido, esa distancia sube hasta los 1.500 kilómetros. Una gran mejora que amplía la viabilidad del proyecto y su futura comercialización en vuelos de media y larga distancia. Habrá que ver también el tamaño de las futuras aeronaves eléctricas y la capacidad de carga y pasajeros que pueden albergar.
Volviendo al hidrógeno líquido, el uso de hidrógeno criogénico (LH2) resulta más provechoso que el hidrógeno gaseoso (GH2), ya que ocupa menos espacio. Esto permite almacenar más combustible. Y, por tanto, que la aeronave tenga una capacidad de vuelo mayor. El único inconveniente está en que hay que mantener el hidrógeno líquido a muy bajas temperaturas. Pero según sus responsables, es fácil de transportar y de almacenar en la aeronave.
En esta aventura, H2Fly no está sola. Detrás de esta empresa se encuentra el proyecto HEAVEN, cielo en inglés. Es un consorcio apoyado por las instituciones europeas que quiere demostrar la viabilidad del hidrógeno líquido y criogénico en las aeronaves. En el consorcio participan también Air Liquide, Pipistrel Vertical Solutions, el Centro Aeroespacial Alemán (DLR), EKPO Fuel Cell Technologies y Fundación Ayesa.
Los siguientes pasos del avión eléctrico sostenible
H2Fly tiene mucho que hacer en el futuro. Desde sus inicios en 2016, estos últimos años ha estado probando su aeronave HY4 en vuelos desde Stuttgart, Alemania y, recientemente, en Maribor, Eslovenia. Esa fase ya está completada. Una vez se ha podido comprobar la viabilidad del avión eléctrico con hidrógeno líquido, toca mejorar la tecnología disponible. Y así dar el salto cualitativo desde la avioneta HY4 de cuatro plazas a modelos de grandes dimensiones como los Boeing y Airbus que surcan los cielos con más de 200 pasajeros por avión.
Por un lado, H2Fly trabaja en su sistema de baterías H2F-175. Su objetivo es alimentar aviones para que vuelen a alturas de más de 27.000 pies. De esta manera, se podría hablar más seriamente de alimentar aviones comerciales con hidrógeno líquido más allá de las pruebas realizadas a baja altura.
En el horizonte, esta compañía quiere llegar a 2030 en adelante con los primeros aviones eléctricos comerciales propulsados por hidrógeno líquido. En el camino tendrán que cumplir con las certificaciones y requisitos que exige el sector, a nivel tecnológico y de seguridad. Mientras, todo el sector sigue investigando alternativas a los combustibles actuales. La propia Airbus trabaja en varios proyectos en paralelo enfocados a ahorrar combustible y lograr que sus grandes aeronaves funcionen con electricidad o combustibles menos contaminantes.