El término ‘Tormenta Solar’ tiene mucho más sentido desde hace unos pocos días. Unos científicos de la Universidad de Hawái han demostrado un hallazgo importante relacionado con el Sol y un fenómeno que se da en nuestra estrella de referencia. Hablamos de la lluvia solar. Y es que, mientras que en la Tierra llueve agua condensada, en el Sol este proceso se da con otro material muy diferente: plasma incandescente.
Durante décadas ha sido un misterio cómo se formaba, y las teorías han afirmado procesos que no acababan de encajar. Ahora los científicos tienen una nueva evidencia con la que trabajar y entender mejor esta lluvia solar. No solo para saber exactamente cómo se forma o el proceso exacto, también para poder estudiar de forma más precisa sus consecuencias en la Tierra. Porque sí, las tiene.
Ya sabíamos que en el Sol llueve
La humanidad sabe desde hace tiempo que en la estrella que permite su existencia llueve. De hecho, ni siquiera era una incógnita qué material se precipitaba sobre la capa exterior del Sol: se sabía que era plasma a una temperatura impensable para la escala humana. Ahora bien, el cómo era lo que traía a los científicos de cabeza. Durante años los modelos no han coincidido con lo observado, pero el reciente descubrimiento de Luke Fushimi Benavitz ha resuelto el problema.
Lo que sabíamos. Esta lluvia solar se formaba gracias a que el plasma de la superficie del Sol se condensaba y caía en forma de arcos y bucles, un fenómeno que se ha fotografiado en muchas ocasiones y que casi todo el mundo ha visto alguna vez. Un plasma más denso y frío se eleva, entrando en conflicto con otro tipo de plasma muchísimo más caliente y provocando la «lluvia» de la que hablamos.

¿Por qué se da esta lluvia solar?
Ya sabíamos cómo se formaba la lluvia solar, pero seguía habiendo información que no cuadraba con las observaciones y los datos sobre la superficie del Sol. La velocidad a la que se forman estas tormentas y la lluvia solar no encajaba con las teorías de los científicos: las condiciones necesarias para que se diera el fenómeno debían tardar horas, o incluso días, en darse, mientras que una tormenta solar podía provocarse en unos pocos minutos.
Luke y su equipo han hecho un gran descubrimiento. Hasta el momento, se estaba estudiando la lluvia solar basándose en una superficie del Sol con elementos químicos estáticos. Cuando se ha dejado de lado esta posibilidad, metiendo en la ecuación la posibilidad de que la química del Sol sea variable, la velocidad de la lluvia solar y las tormentas ha comenzado a encajar.
La composición química del plasma varía en función de su situación en la superficie solar, de ahí que se pueda explicar por qué es capaz de condensarse tan rápidamente y caer en forma de arcos asemejándose a la lluvia en la Tierra.

¿Qué importancia tiene este hallazgo?
Sabíamos que existía la lluvia solar y que era plasma, ¿qué importa cómo se forme? Bueno, la realidad es que es muy relevante. Conocer con exactitud cuál el proceso que sigue el plasma para provocar esta lluvia solar es muy importante para la Tierra. Estas tormentas son capaces de afectar gravemente a nuestros satélites, sistemas de comunicación y redes eléctricas, por lo que saber cómo se forman con exactitud nos permite adelantar acontecimientos y prever mejor su llegada.
En resumen, es un hallazgo que nos permite conocer mejor cómo funciona el clima espacial, algo que a pesar de nuestros avances sigue siendo un misterio en muchos aspectos. Ahora ya sabes qué es la lluvia solar y por qué es importante tenerla en cuenta desde la Tierra.








