La llegada de ARkit a las manos de los desarrolladores sigue siendo fuente de magia. En esta ocasión, mapas y realidad aumentada, una unión revolucionaria.
Google Maps y Google Earth cambiaron nuestra forma de movernos, de ver el mundo y de explorarlo. Lo que el GPS estaba trayendo por altos precios se democratizó y triunfó entre toda la población. Más tarde, debutando en el iPhone, llegó la primera aplicación móvil capaz de mostrar todos los puntos de interés en las ciudades, haciéndose completamente ubicua cuando Android se popularizó. Lo próximo en mapas no es más calidad cartográfica, ni más calidad en representación 3D, sino, literalmente, tener indicaciones a pie de calle mediante realidad aumentada.
Como ya hablamos en su momento, nadie llega tarde a la realidad aumentada. Apple, uno de los actores que hasta ahora se considera outsider, es decir, fuera de ese mercado, dio un golpe sobre la mesa ofreciendo a los desarrolladores la posibilidad de desarrollar con suma facilidad aplicaciones de realidad aumentada con ARkit, aprovechando el excelente hardware de los iPhone a nivel de cámara, pero también a nivel computacional, gracias al diseño de sus propios procesadores. Han aparecido propuestas tan interesantes como la de poder medir objetos con un metro, pero la más sorprendente hasta ahora es la de la movilidad.
https://twitter.com/AndrewProjDent/status/888380207962443777
Un desarrollador ha aprovechado las herramientas de geolocalización que Apple entrega con el sistema y las ha unido a ARkit. El resultado deja la posibilidad de caminar a pie por las calles de tu ciudad con indicaciones en tiempo real sobre ellas, no teniendo que depender de las todavía confusas indicaciones de Google Maps, Apple Maps, o cualquier software de GPS. Llevándolo más allá, el desarrollador también ha mostrado cómo se pueden mostrar lugares de interés según nos acercamos o simplemente giramos el terminal hacia su eje cardinal.
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Creaciones como esta dejan claro que, más allá de que el triunfo de la realidad aumentada en el móvil será inevitable, pues no supone ningún inconveniente (más allá del consumo energético), donde cobrará sentido real será con gafas. Google sigue apostando por Glass, pero hay que seguir esperando a que algún otro fabricante se lance a crear gafas (o incluso lentillas) que sean de verdad invisibles.