El despliegue de las antenas 5G, al igual que ha ocurrido con las de 4G y 3G, será intensivo en las ciudades. Esta abundancia de receptores, que se instalan en tejados o en las paredes de edificios, a veces provoca un impacto visual que deteriora el entorno urbano. Con el fin de evitar esto se buscan alternativas para diseñar antenas que se integren de forma elegante con el paisaje de las ciudades.
Un paper, publicado en la revista especializada IEEE Wireless Communications, alertaba ya en el año 2018 del creciente impacto visual de las antenas en entornos urbanos. Recordaba este informe que hace décadas, el problema de las antenas no existía, pues solo había receptores AM, FM y de televisión. Con la llegada de los teléfonos móviles, y especialmente de los smartphones, el paisaje de las ciudades se ha poblado cada vez más de estos receptores.
Por eso ahora se necesitan estrategias para la coexistencia de las antenas 5G y de otra clase con el entorno urbano. Esto es algo que también pone de relieve el paper de la IEEE Wireless Communications. Y no son los únicos que lo hacen. Cada vez más voces se muestran proclives a la ocultación de los receptores para favorecer el aspecto de las ciudades.
La Wireless Infrastructure Association publicó un estudio sobre el papel del mobiliario urbano en el despliegue de las antenas. Solo el título ya era toda una declaración de intenciones: The Role of Street Furniture in Expanding Mobile Broadband. En el documento se hace un repaso detallado de las posibilidades que ofrecen farolas, semáforos, paradas de autobús y otros elementos que pueblan las calles para acoger antenas 5G o de otro tipo de conectividad. Se concluye que existe una gran oportunidad en este ámbito para integrar receptores en el mobiliario urbano.
Misión: camuflar las antenas 5G
Esta voluntad de jugar con los elementos propiamente urbanos encaja a la perfección con la ocultación de las antenas 5G. Y es que este tipo de receptores compatibles con el entorno de la ciudad serán clave para desplegar la nueva conectividad, particularmente la banda de 3,5 GHz.
El fabricante de antenas y equipos de red Alpha Wireless admite la importancia de trabajar en el diseño de receptores integrados en el mobiliario urbano. Proponen ciertas soluciones. Las más sencillas consisten en aplicar una capa de pintura que disimule el receptor. Pero también se puede forrar con una lámina impresa para camuflar el equipo.
Evidentemente, hay soluciones más elaboradas y también de mayor inversión. En este caso se trata de profundizar en el diseño de las antenas 5G para integrarlas en cualquier elemento, desde farolas a iglesias o árboles.
El consorcio 5GCity recoge en su web una iniciativa de las empresas Ubiwhere y Accelleran, que han instalado antenas en mobiliario urbano en la ciudad portuguesa de Guimaraes. Con una nueva tecnología, han utilizado farolas comunes para varios propósitos distintos del tradicional. Servirán para alojar la infraestructura de red necesaria. Pero también acogerán un punto de carga, destinado a vehículos eléctricos.
Múltiples opciones
A la hora de camuflar las antenas 5G existen muchas posibilidades. Aunque es cierto que estas se ven limitadas por varias razones. Una de ellas es la inversión, pues cuanto más sofisticado es el diseño mayor será el coste de ese tipo de receptor. Otra es el propio espacio urbano, pues evidentemente hay cierta ocultación más difícil de practicar en unos sitios que en otros. Un parque, por ejemplo, deja menos opciones que un cruce de calles.
En Ericsson han explorado algunas posibles soluciones para disimular —a veces esconder de forma radical— las antenas 5G. Las farolas son uno de los soportes sobre los que la compañía ha trabajado. Junto con Philips, ha probado las llamadas ‘small cells’, pequeñas cajas con equipos de red que interconectan con otras antenas, en los pivotes de las luces de las calles. Las compañías aprovechan que la tecnología LED reduce el consumo significativamente, para dedicar parte de la electricidad al receptor.
Otra de las fórmulas para ocultar las antenas es colocarlas en las alcantarillas. Se trata de una forma sencilla de añadir capacidad a la red en áreas urbanas sin impacto visual. Ericsson también ha mirado hacia las paradas de autobús. Estas ya sirven para otro propósito más allá del original, que es proporcionar cobijo y asiento a los usuarios del autobús. Muchas tienen paneles electrónicos o sencillamente láminas de publicidad. Pero ahora también podrían alojar antenas en su parte superior.
Antenas integradas con el entorno por diseño: el piloto 5G en Galicia
Una de las fórmulas más sofisticadas para reducir el impacto visual es crear antenas con aspecto de mobiliario urbano. Es lo que se ha propuesto el proyecto impulsado por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital a través de Red.es, y en el que colabora Telefónica. Se trata de diseñar y fabricar una antena trisector de nueva generación que pase por una chimenea.
La iniciativa, cofinanciada con fondos FEDER, se enmarca dentro del Piloto 5G en Galicia. La antena tendrá conectividad 5G pero podrá acoplarse a receptores existentes, de 3G y 4G. El trabajo parte de la premisa de una necesidad de adaptación de los municipios para que el despliegue de la nueva red tenga menos impacto en el paisaje urbano.
El proyecto contempla que las antenas 5G puedan ser chimeneas o farolas. Todo con el fin de preservar la estética de la ciudad. En este caso, los costes se reducen, pues el módulo no necesita de obra civil para su instalación. Ni siquiera se necesitan grúas para colocar la pieza.