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El Big Data puede ayudar en el diagnóstico y tratamiento del cáncer

Según estimaciones realizadas por la consultora IDC a principios de año, en 2020 habrá 40 zettabytes (ZB) de información digital. Esta cantidad de datos, como hemos visto en artículos anteriores, ha de ser gestionada por innovadoras herramientas, que sin duda marcarán el futuro y la adaptación de los diferentes países a esta nueva realidad tecnológica.

La eclosión de esta cantidad de información digital no es ajena al gran despegue de los avances científicos. Actualmente, la investigación tiende a ser cada vez más multidisciplinar, y a contar con la colaboración de múltiples grupos de I+D, lo que supone una mejora en la calidad y cantidad de información científica publicada, y que se ve actualizada con mucha mayor frecuencia.

Ejemplos de estas grandes iniciativas que tienen como resultado la generación masiva de datos relacionados con proyectos de investigación no faltan. Desde el año 2003, fecha en la que se publicó la secuenciación del genoma humano de manera completa, pasando por otros proyectos realmente importantes, como el HapMap, el de los 1000 Genomas, el ENCODE o el consorcio para desvelar el genoma del cáncer, es cada vez más frecuente encontrar en la literatura científica «big data» específico relacionado con la investigación.

Esto es de gran relevancia en el desarrollo de la investigación aplicada, pues acelera los resultados de la ciencia y su trasvase a la práctica clínica diaria. Este hecho supone una mejora muy importante en la salud de muchos pacientes. Hoy analizamos cómo estos avances de I+D, derivados de la generación de miles de datos y de una cantidad enorme de información, pueden ayudar a los enfermos de cáncer, tanto en el ámbito del diagnóstico precoz como en el de desarrollo y mejora de los tratamientos antitumorales.

Los desafíos del cáncer

Según la Organización Mundial de la Salud, el cáncer es una enfermedad que supone una de las principales causas de muerte en el mundo. Sólo en 2008 fue la responsable de casi ocho millones de defunciones (un 13% del total). Sin embargo, y como podríamos suponer, afrontar el cáncer no es tarea sencilla, puesto que se trata de una mezcla muy complicada de distintos tipos de enfermedades, que además no se manifiestan de la misma manera en todos los pacientes.

Es decir, nos situamos ante una mezcla muy diversa de enfermedades, distinta en cada paciente, y en cómo este responde a los tratamientos. Si cogiéramos cada pieza de información que somos capaces de tomar de todos los datos obtenidos en la investigación y práctica clínica del cáncer, entendemos por tanto que también podríamos hablar de «big data» específico asociado al cáncer.

Microarrays2

Como ejemplo de proyecto específico de investigación que está generando una gran cantidad de información relacionada con esta enfermedad (o enfermedades), encontramos los conocidos como International Cancer Genome Projects. A través de estas iniciativas, se extraen datos de 21 tipos de tumores, teniendo como objetivos principales los siguientes:

  1. Comprender mejor el cáncer y los genes relacionados en la aparición de tumores
  2. Obtener a través de las nuevas tecnologías datos con mejor resolución y calidad de cada tipo determinado de cáncer
  3. Determinar, gracias a esta cantidad ingente de información, qué cambios o mutaciones se heredan y cuáles se producen como aberraciones somáticas (es decir, las que no están relacionadas con cáncer de tipo familiar o hereditario)

Big data aplicado al cáncer

Estas iniciativas, como hemos comentado, generan gran cantidad de datos pero, ¿cómo podemos contar con herramientas tecnológicas potentes que nos ayuden a aplicar y gestionar esta información en el diagnóstico y tratamiento del cáncer? La tarea, obviamente, no es nada sencilla.

En el ámbito del diagnóstico del cáncer, la gestión del big data puede ayudarnos a encontrar marcadores específicos en cada paciente y en cada tipo de tumor. En el caso de una investigación realizada en Ohio, Estados Unidos, se conseguían asociar datos genéticos de medio millar de personas enfermas gracias a nuevos avances computacionales, de forma que se podían atribuir unas determinadas «firmas» genéticas a tipos de cáncer específicos.

Si hablamos del tratamiento del cáncer, también estamos de enhorabuena. Hace sólo unas semanas, conocíamos que la Asociación Americana de Oncología Clínica había desarrollado un software específico para agrupar todos los resultados de investigación médica sobre el cáncer de mama, obtenidos a partir de más de 100.000 muestras analizadas por 27 grupos científicos diferentes.

Aunque esta iniciativa se encuentra en una fase totalmente embrionaria, ya que pasaran entre año y año medio hasta conseguir que este software pueda ser utilizado por los profesionales médicos directamente, se trata sin duda de un buen paso en la dirección correcta.

A este proyecto lo han denominado CancerLinQ, y permitiría recoger la información clínica de una cantidad enorme de pacientes, con datos sobre su edad, sexo, medicación, desarrollo de otras enfermedades, diagnóstico y, en algunos casos, fecha del fallecimiento. Agrupar toda esta información permitiría tener una perspectiva mucho más global en el tratamiento de los distintos tipos de cáncer.

Como comentaba Sandra Swain, presidenta de la Asociación, «solo un 3% de los enfermos de cáncer participan en ensayos clínicos, sin embargo, a día de hoy se cuenta con una cantidad mucho más grande de información de estos pacientes». Además, la entidad norteamericana asegura que el prototipo desarrollado ha superado muchas pruebas tecnológicas y legales para asegurar en todo caso la privacidad de los datos personales recopilados.

Pero no solo de software vive el big data específico de esta enfermedad. También necesitamos del desarrollo de sistemas computacionales más potentes, y sin duda, uno de los mejores ejemplos es Watson, de IBM. Gracias a este superordenador, ya hay varios centros de investigación internacional punteros que se aprovechan de su capacidad para mejorar la gestión de los datos obtenidos de los proyectos científicos.

En España, también hay sendas iniciativas para apoyar esta relación entre la investigación, la generación de enormes cantidades de información y el cáncer. Fujitsu, por ejemplo, seleccionó a nuestro país, junto a Alemania, Francia, Inglaterra e Italia, para crear una red global de innovación, que ayudara a acelerar la investigación de nuevos fármacos contra el cáncer.

Buenas noticias que nos demuestran como cada día el binomio de la medicina y la supercomputación puede ayudarnos a mejorar nuestra salud, y los tratamientos y diagnósticos de diversas enfermedades, entre ellas una tan importante y complicada como es el cáncer.

Imágenes | Wikipedia 1, Wikipedia 2

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