Saca tu móvil viejo del cajón y conviértelo en una consola retro para tu salón: es tremendamente fácil

Las consolas de última generación son increíbles, tienen gráficos envidiables y títulos por doquier, pero no son la mejor opción si lo que quieres es despertar tu lado gamer más nostálgico. Esos juegos que marcaron tu infancia no están disponibles en la PlayStation 5 o la Xbox: es necesario comprar el hardware antiguo, las que normalmente se conocen como consolas retro. ¿Siempre? Lo cierto es que no. Existe un método para tener cientos de juegos retro en la pantalla de tu salón. Y, lo mejor, sin tener que comprar una Nintendo 64 o una GameCube por Wallapop más los respectivos juegos.

Probablemente, hayas escuchado hablar de los emuladores para el móvil, una serie de aplicaciones que permiten correr juegos de consolas retro desde la pantalla de tu smartphone. Pues bien, no solo es facilísimo y gratuito, también es posible disfrutar de esta experiencia nostálgica en la televisión de tu salón, a gran escala. Lo mejor de todo es que solo vas a necesitar un par de cosas que, o bien ya tienes por casa, o puedes conseguir en Amazon a precio de saldo.

Además, configurar esta consola retro es sencillísimo: una vez tengas el emulador en el móvil, te van a bastar un par de minutos para trasladar todo a la TV de tu salón y verlo en un panel de 50 pulgadas. Y, como es necesario comenzar por el principio, lo primero que necesitas es un smartphone. Puede ser desde el que estás leyendo esto o uno antiguo que tengas por un cajón, no importa mientras sea relativamente potente. De hecho, puede ser incluso una tablet.

consola retro

Instala un emulador de consolas retro en tu móvil

Una vez hayas elegido qué dispositivo vas a utilizar, debes buscar un emulador de consolas retro en la Google Play Store o la App Store. Hay muchísimos y la mayoría funcionan a las mil maravillas. No te preocupes si no sabes cuál elegir, te vamos a recomendar unos cuantos que, además, ofrecen versiones extra de pago con las que, por unos pocos euros, vas a poder sacar mucho más partido al ecosistema.

No hay ninguna complicación a la hora de obtenerlos: solo tienes que descargarlos como una app normal desde la tienda de Google o Apple, todo dependerá del dispositivo que vayas a utilizar como consola retro. Además, ten en cuenta que algunos están destinados a emular solo ciertas consolas retro, como PPSSPP, que está optimizado para la PlayStation Portable (PSP).

Ahora bien, una vez tengas tus emuladores instalados y abiertos, tendrás que llevar a cabo el paso más complicado del tutorial: descargar los juegos de Internet. Ojo, no es nada difícil, pero debes buscarlos por tu cuenta. Puedes elegir entregas gratuitas o ir a por algunas ROMs oficiales que, en infinidad de páginas, se pueden bajar sin pagar nada. El límite lo pones tú: cada uno de estos juegos para consolas retro pesa unos pocos MB, y puedes encontrar packs gigantescos con miles de ellos. Google es tu aliado en este proceso.

Haz que tu televisión se convierta en consola

Una vez tengas los emuladores descargados y los juegos instalados, ya puedes empezar a jugar en tu móvil. El problema es, que la mayoría de estos juegos tienen entre 10 y 15 años, por lo que no están del todo optimizados para ser jugados en una pantalla táctil. No te preocupes, hay una forma de llevar la experiencia a un nivel muy superior. Solo necesitas un adaptador de HDMI a USB C y un mando Bluetooth. Ambas opciones las puedes encontrar desde 10 euros en Internet.

El adaptador es para conectar tu móvil a la televisión, y el mando Bluetooth para que puedas controlar los juegos como si de verdad fuese una consola retro. Además, cuando tengas estas dos cosas, el proceso no puede ser más sencillo: conecta el gamepad a tu móvil vía Bluetooth y enchufa un cable HDMI con el adaptador. Listo.

De forma automática, podrás ver en tu televisión la pantalla de tu móvil, además de controlar todo desde el mando. Puedes elegir la consola retro que quieres emular, navegar por la interfaz del emulador para encontrar juegos y, por supuesto, jugar con un mando físico y una pantalla gigante a títulos increíblemente nostálgicos.

La idea de todo este proceso, es que utilices un móvil viejo que tienes sin uso desde hace tiempo, para que así esa consola retro siempre esté disponible en la TV de tu salón y no tengas que conectar nada cada vez que te apetezca echar unas partidas: bastará con desbloquear el móvil y cambiar la fuente de entrada en la televisión para poder jugar de forma instantánea.

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