La transición hacia un modelo más sostenible afecta a todos los pilares de la movilidad. También al transporte de mercancías por carretera. Fabricantes como Volvo, DAF, Iveco o MAN fabrican y venden camiones eléctricos de gran autonomía. Pero sus precios todavía son algo prohibitivos. Eso, unido al gran parque todavía existente, ha hecho que surjan empresas dedicadas a convertir camiones de gasolina o diesel en eléctricos. Un proceso a menudo más económico y que le da una segunda vida a estos vehículos.
En la actualidad, como decíamos, es posible encontrar en el mercado camiones eléctricos que pueden circular por carretera con una autonomía de entre 300 y 500 kilómetros. Esta cifra todavía queda lejos de los 1.000 kilómetros que puede recorrer un camión diésel con el depósito lleno, así que, para trayectos largos, esta sigue siendo la opción principal. Pero la cadena logística tiene muchas fases, y en trayectos cortos o medios de gran tonelaje, el camión eléctrico puede ser una buena opción para reducir las emisiones de CO2. En especial en entornos urbanos en los que ya empiezan a aplicarse políticas de limitación de la circulación en función de cuánto contamina cada vehículo.
Otra ventaja del camión eléctrico es su ahorro en las facturas en periodos de subidas de precios del combustible. Un ahorro que aumenta si combinamos este tipo de vehículos con placas fotovoltaicas propias en las instalaciones de recogida, descanso y recarga de los camiones. Además, optar por convertir camiones tradicionales en eléctricos permite aprovechar el parque de vehículos ya disponible y evitar una compra que sigue siendo algo prohibitiva para pequeñas empresas y autónomos.
Convertir camiones de residuos en eléctricos sostenibles
Lunaz es una empresa automovilística de Reino Unido que empezó trabajando con vehículos clásicos dándoles una segunda vida más sostenible convirtiéndolos en eléctricos. Hace dos años, David Beckham llegó a invertir en ello. Y de un tiempo a esta parte, se ha asociado con la empresa de transporte de residuos Biffa para convertir su flota de camiones en eléctricos. Así, los actuales camiones diésel especializados en la recogida y procesado de residuos, pasarán a ser eléctricos, reduciendo así las emisiones de esta empresa.
La intención de Biffa es reducir sus emisiones de CO2 un 50% para 2030 y dejar de comprar camiones contaminantes lo antes posible. Y según explica la propia Lunaz, en sus instalaciones, cercanas al mítico circuito de F1 de Bridgeston, pueden convertir más de 1.000 vehículos en eléctricos por año. Contando Reino Unido, la Unión Europea y Estados Unidos, se calcula que hay más de 80 millones de camiones de recogida de residuos. Así que su conversión en eléctricos puede dar pie a más empresas como Lunaz. Fundada en 2019, cuenta entre sus ingenieros con Jon Hilton, campeón del mundo de Fórmula 1 en tres ocasiones.
Autobuses y camiones eléctricos reconvertidos
La compañía alemana Clean Logistics también trabaja en dar una segunda vida sostenible a vehículos de gran tamaño como autobuses o camiones. Ya sea mediante hidrógeno o con baterías eléctricas. El año pasado, en 2022, presentaban un kit de conversión para convertir camiones diésel en eléctricos. Para ello, se instala un tren motriz con dos motores de 120 KW cada uno que ofrecen una potencia de 327 CV con un par máximo en rueda de 17.000 NM. La autonomía de estos vehículos reconvertidos era de 500 kilómetros y podían realizar una carga en 15 minutos. Eso sí, en vez de emplear diésel, su deposito alberga hidrógeno.
La propia Clean Logistics ofrece esta misma tecnología en autobuses. Con una autonomía de 300 kilómetros, permite reducir la emisión de CO2 en vehículos contaminantes sin necesidad de adquirir una nueva flota. Al igual que en los camiones eléctricos, el sistema se compone de tren motriz trasero con dos motores, módulo de baterías, las propias pilas de combustible y varios tanques de hidrógeno. Estos últimos instalados en la parte superior del autobús.
Desmontando camiones para hacerlos eléctricos
Renault Trucks, la división de camiones de la automovilística francesa, también trabaja en el diseño y fabricación de camiones eléctricos. E indirectamente, se plantea la fórmula de convertir viejos camiones diésel en eléctricos. Según sus estimaciones, a partir de 2025 se notará el cambio de tendencia de consumo. Es decir, que se empezará a ver la transición del camión diésel a un modelo eléctrico. Y para 2030, estiman que el 50% de sus ventas sean eléctricas.
Durante esa transición, se producirá un proceso de sustitución de camiones diésel por eléctricos en el que los modelos sustituidos todavía tienen una vida útil. En este sentido, responsables de Renault Trucks no descartaban realizar un reciclado o conversión de camiones antiguos en eléctricos para aprovechar esa vida útil. Es más. El proceso, cuando llegue el momento, se podría realizar en las líneas de montaje actuales de Renault, ya que aunque se ha adaptado para fabricar vehículos eléctricos, sigue siendo compatible con los modelos anteriores.
Así, las instalaciones de Renault Trucks podrían servir, en los próximos años, tanto para fabricar nuevos camiones eléctricos como para convertir la flota diésel en eléctrica. Con una inversión mínima y garantizando que los vehículos que todavía pueden funcionar sigan haciéndolo. Potenciando la economía circular y evitando el desguace o desmantelamiento, con el impacto ambiental que esto supondría.