El 5G y el metaverso son dos tecnologías en ascenso. La primera ya se encuentra en una fase de despliegue más avanzada, la segunda está en una fase embrionaria. Pero la conectividad servirá de apoyo para el desarrollo de los mundos virtuales. Al tiempo que estos favorecerán la adopción de la nueva generación de telecomunicaciones.
El 5G, en una previsión de PwC, tendrá un impacto en la economía global de 1.300 millones de dólares en el año 2030. Esto se divide en múltiples sectores, desde la industria manufacturera a los servicios de salud, los financieros o el mercado de consumo. Al mismo tiempo, se prevé que la tecnología de metaverso crezca a un ritmo acelerado. La consultora tecnológica Emergen Research estima que el conjunto de este mercado (incluyendo hardware, desarrollos de software, de plataformas, de aplicaciones) aumentará una media de 43,3% anual hasta 2028. El punto de partida lo sitúa en 47.690 millones de dólares en 2020.
Más explícito es el análisis que hace Goldman Sachs, en su informe ‘Framing the future of Web 3.0. Metaverse Edition’. En él apunta que la economía digital representaba un 15,5% del total del PIB mundial en 2018, según Naciones Unidas. La firma financiera estima que en 2021 este mercado habría alcanzado una cuota del 16,8%. A partir de ahí presenta dos escenarios para el metaverso y la Web3, conceptos que prácticamente integra en una unidad. Según sus cálculos, en el planteamiento más conservador alrededor de un 15% de la economía digital se enfocaría hacia el metaverso y el crecimiento de este mercado digital sería del 2,5%. Aquí, la oportunidad de mercado para las tecnologías de Web3 se encuentra en 2,6 billones (de los españoles) de dólares.
Pero Goldman Sachs ofrece otro escenario, en este caso con la perspectiva más entusiasta posible. En él veríamos un 33% de la economía digital virar hacia el metaverso y una expansión de los mercados digitales del 25%. La oportunidad de negocio aquí sería de 12,5 billones de dólares. Son cifras mareantes pero indican las enormes expectativas que se han puesto en esta tecnología. Aunque eso sí, desde la firma especifican que todo esto se dará a lo largo de un periodo extenso. Calculan unas dos décadas, el equivalente a lo que lleva en marcha a día de hoy la Web 2.0.
Pero el metaverso no podrá alcanzar estas cifras de mercado sin una adopción masiva. Y para ello necesita una conectividad ultrarrápida. El 4G no es suficiente para ofrecer una experiencia enriquecida en los mundos virtuales, ni por ancho de banda ni por latencia.
Metaversos y 5G
Hoy por hoy todo lo que ocurre en el metaverso sucede en las gafas de realidad virtual. Es decir, existe un procesamiento local que entrega los gráficos y las funciones incluidas en el escenario. Pero la voz de los usuarios, a través de un micrófono, sus gestos y movimientos, leídos mediante los mandos y controladores, se lanzan al servidor. Toda esta información se tiene que reflejar para el usuario y para otros usuarios en tiempo real.
Por eso la latencia es clave. Es posible obtener una baja latencia con una conexión cableada (aunque las gafas tienden a ser sin cables) o con fibra y WiFi. La otra opción es recurrir al 5G, que será la alternativa cuando el usuario no se encuentre en su casa o en la oficina. Con la nueva generación de red se logran tasas en 1-5 milisegundos, cuando el 4G ofrece valores de 50 milisegundos.
Hay que tener en cuenta que la latencia está relacionada con el número de imágenes o frames por segundo (fps) que se pueden transmitir a las gafas. Si la tasa no alcanza al menos los 60 fps los usuarios lo podrían notar en la experiencia (podría haber mareos al girar la cabeza, por ejemplo).
Velocidad para los mundos virtuales
La realidad virtual y aumentada son la base tecnológica de los metaversos. Y requieren una conexión de alta velocidad para funcionar adecuadamente. No solo se podrá entrar en estos mundos virtuales a través de las gafas. Los smartphones también permitirán entrar, así como las tabletas o los ordenadores. Puede que incluso esta tendencia tecnológica estimule la aparición de nuevos dispositivos portables o wearables.
En este escenario, en el que más dispositivos y más ligeros se conectarán al metaverso, la velocidad del 5G será clave. El hecho de que los dispositivos sean más sencillos (las gafas tienden a rebajar el hardware que montan) conlleva que más carga de procesamiento tendrá lugar en la nube. Aquí una alta velocidad de transmisión de datos se volverá imprescindible.
Sin olvidar que una de las ventajas que ofrecerá el 5G al metaverso es el renderizado remoto. Gracias al edge computing se podrá tener una experiencia más cercana a lo que hoy es el streaming de vídeo. Y esto al principio será importante en tanto permitirá usar una gran cantidad de dispositivos, sin importar sus características técnicas. Aunque la experiencia gráfica pueda resentirse, con una conexión de alta velocidad las funciones de la plataforma operarán correctamente.
Réplicas virtuales de la realidad
En los metaversos también entrarán las empresas para sus propias necesidades internas. Ya hay ejemplos de compañías que han diseñado réplicas de entornos industriales, como una fábrica o un almacén. Se construyen para hacer demostraciones o para ayudar a la formación de empleados.
Y esta, la del sector empresarial, será otra de las adopciones de la tecnología de metaversos. Aún es pronto para saber si se desarrollarán primero las propuestas para el mercado de consumo o si serán los metaversos empresariales quienes abran el camino. Pero no cabe duda de que los segundos tendrán su propio papel en la expansión de la tecnología. Y para crear estas réplicas virtuales es necesario combinar la realidad virtual y aumentada. Uno de los pasos básicos es generar un mapa digital del entorno, algo que será más sencillo si se cuenta con sensores distribuidos a lo largo de la fábrica o el almacén. De esta forma se pueden registrar en tiempo real los movimientos de maquinaria o de mercancías. Este tipo de datos serían esenciales para una representación adecuada, que permita la simulación de proyectos o ciertos procesos.