Desalinizar agua para hacerla bebible

Cómo eliminar los microplásticos del agua de forma sencilla y eficaz

El concepto de microplástico ya está asimilado por la mayoría de nosotros. En varias ocasiones, los medios nos han contado que el abuso de los plásticos, y su mala gestión después de su vida útil (lo que va en contra de la sostenibilidad), ha hecho que su descomposición genere microplásticos. Es decir, restos plásticos de pequeño tamaño. Y como este material puede tardar en degradarse décadas, y hasta siglos, los encontramos en todas partes. Así que eliminar los microplásticos se ha convertido en una necesidad tanto para el medio ambiente como para el ser humano.

De un tiempo a esta parte, los científicos han encontrado microplásticos y nanoplásticos en prácticamente toda la cadena trófica. Es decir, que no solo ensucian y contaminan mares y océanos. Los animales marinos también tienen restos plásticos en su interior a medida que unos se comen a otros y comparten esos restos todavía sin degradarse completamente. Y en grandes cantidades, pueden causar toxicidad. El efecto en los humanos todavía está pendiente de estudiar, ya que es un fenómeno reciente, pero podría derivar en enfermedades que afectasen a la respiración o a otras funciones básicas de nuestro organismo.

Así que, mientras estudiamos las consecuencias de almacenar plástico en nuestro organismo, por otro lado, la ciencia intenta resolver el problema que ha generado la dejadez y las políticas laxas en cuestión de almacenamiento, procesado y reciclaje de plástico. Y aunque van surgiendo soluciones prometedoras, como crear plásticos biodegradables y menos contaminantes, todavía hay mucho que hacer en lo que respecta a evitar que estos materiales lleguen al mar.

Eliminar los microplásticos en agua contaminada

Los investigadores de la Universidad de Waterloo, en Canadá, Rachel Blanchard y el profesor de ingeniería química Tizazu H. Mekonnen, publicaron en primavera un estudio que explica su eficaz método para acabar con los nanoplásticos en agua contaminada. Es decir, restos de plásticos en tamaños nanoscópicos. Prácticamente imperceptibles al ojo humano. Y, al parecer, han logrado resultados prometedores, ya que la eficacia de su sistema permite descontaminar agua en hasta un 94%.

El estudio se titula “utilización de residuos termoestables de epoxi para producir carbón activado para la remediación de aguas residuales contaminadas con nanoplásticos”. Y como explican sus responsables, consiste en emplear carbón activado, algo que ya se viene haciendo para descontaminar o filtrar agua. La particularidad, en esta ocasión, es que ese carbón activado es un derivado de epoxi, un plástico no reciclable. Plástico para capturar o eliminar microplásticos. Una doble victoria. 

Eliminar los microplásticos y nanoplásticos con carbón activado generado con epoxi

“Un aspecto clave de esta investigación involucró el uso de una fuente de residuos epoxi para producir el carbón activado. La elección de producir carbón activado a partir de residuos de plástico termoestable es importante para el estudio debido a los impactos ambientales de la producción tradicional de carbón activado a partir de productos fósiles y la falta de investigación sobre los residuos plásticos termoestables como materia prima”.

De esta manera, se podría dar una segunda vida a un polímero de difícil reciclado para descontaminar agua para uso humano. El epoxi o resina de epoxi se utiliza ampliamente en toda clase de compuestos, adhesivos, recubrimientos y en materiales electrónicos debido a sus excelentes propiedades mecánicas combinadas con resistencia térmica, química y eléctrica.

Resultados esperanzadores

Así, mediante descomposición térmica, el epoxi produce carbón activado, un material empleado en medicina para tratar envenenamientos y sobredosis, como componente clave en filtros para aire, gas comprimido y purificación o descontaminación de agua, limpieza de vertidos, máscaras de gas, etc. Precisamente, las mismas propiedades que lo hacen idóneo para el filtrado de agua, implican que también sirva en la tarea de capturar o eliminar los microplásticos y nanoplásticos presentes en el agua. Lo que no se sabía era que podía emplearse epoxi en el proceso.

El estudio, publicado a finales del año pasado, da una cifra de un 94% de eficacia en la descontaminación de agua con presencia de nanoplásticos. Se logró capturar físicamente los nanoplásticos en la estructura porosa del plástico de desecho. Dándole así una segunda vida útil al epoxi, un componente empleado en distintas industrias y aplicaciones. Pero que, hasta ahora, no tenía una salida fácil tras su uso salvo su almacenamiento. Algo que no siempre está suficientemente controlado si tenemos en cuenta a dónde van a parar toneladas de plásticos cada año y que nos ha llevado a esta situación. 

Los siguientes pasos de estos investigadores es aplicar este proceso de limpieza, para capturar o eliminar los microplásticos, con otros tipos de plásticos y pruebas de ampliación en instalaciones municipales de tratamiento de aguas residuales, que a menudo contienen una variedad de otros contaminantes, además de microplásticos. De esta manera, con este método se podría hacer una descontaminación del agua de distintos tipos de contaminantes y, especialmente, de los nanoplásticos. Hasta ahora fuera de nuestro radar. En definitiva, el método de estos científicos es fácilmente aplicable, solo falta que llegue a conocimiento de quienes tienen la capacidad de ponerlo en marcha.

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