El 71% de las empresas no colabora de forma eficaz, y eso conlleva pérdida de competitividad y una caída de los resultados comerciales, así como de las oportunidades de negocio que pueden surgir.
Un estudio llevado a cabo por la firma Smart Technologies señala que el uso optimizado de tecnologías de colaboración y la obtención de mejores resultados en el entorno comercial está estrechamente ligado. Sin embargo, son pocas las empresas que hoy día tienen integrados en sus flujos de trabajo los entornos de colaboración empresarial.
Compartir recursos
Básicamente, un entorno de colaboración empresarial es una plataforma de compartición de recursos y trabajo en equipo. Esto permite que en un mismo sistema estén integrados el correo electrónico, la base de datos de contactos, el calendario, las tareas pendientes, notas, y todos los documentos de la empresa.
Teniendo un entorno colaborativo, cualquier trabajador –o aquellos a los que se les de acceso– puede acceder, desde cualquier equipo y cualquier ubicación a todos los documentos corporativos que necesite en un momento dado. Al hacerlo también desde dispositivos móviles, la toma de decisiones se facilita, dado que está completamente informado y de manera más rápida desde cualquier lugar.
Y no solo eso: el ritmo de innovación se acelera, se reducen los gastos de desplazamiento y, además, los clientes tienen una mejor percepción de la compañía. Todo parece ser beneficioso pero, según el estudio, sólo siete de cada diez compañías está siendo eficaz a la hora de usar la colaboración para aportar valor comercial en sus organizaciones.
A pesar de que para obtener la mayor productividad es necesario poder estar conectados en todo momento a los datos que utilizamos día a día, son escasas las compañías en el mundo en las que se han instalado herramientas colaborativas o donde se aplican de manera eficiente.
Según el informe, las organizaciones que han implantado este tipo de soluciones hace tiempo y las utilizan con madurez, el nivel de satisfacción de los directivos supera el 90%, situándose muy por encima de la aportación de otras inversiones tecnológicas. El estudio señala que en ellas la mejora se ha notado hasta en un 300% en cuanto a agilidad en la toma de decisiones, reducción de costes por desplazamiento e imagen conectada y moderna de la compañía.
La colaboración no es sólo tecnológica
Pero los entornos de colaboración empresarial deben ser sólo el reflejo tecnológico de una estructura colaborativa que también cale dentro de la propia organización de la compañía.
Según Carlos Glatt, especialista en innovación corporativa, las empresas necesitan aprender un nuevo modelo de colaboración, formado por equipos en los que interactúen empleados de diferentes edades, sistemas de pensamiento,… que estén inmersos en el proceso de cambio que están viviendo las organizaciones. La colaboración entre estos empleados llevará, sin duda, a la generación de una mayor innovación y a introducir cambios positivos en el proceso de producción de toda compañía.
Pero la colaboración puede ir también incluso más allá de los muros de la propia compañía. En la medida en que las grandes corporaciones sean capaces de establecer sinergias con pequeñas compañías se lograrán procesos de trabajo más competitivos y surgirán asimismo nuevas oportunidades de negocio.
Lo importante es la colaboración, ya sea tecnológica, de las fuerzas de trabajo o con otras compañías, pero las empresas necesitan aprender a colaborar si quieren destacar en un entorno económico tan cambiante y delicado como el actual.
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