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Así ha sido la evolución de los sistemas biométricos

Cuando utilizas la huella dactilar o el reconocimiento facial para acceder a tus dispositivos haces uso de la biometría, un sistema que permite a las personas identificarnos a través de nuestras características físicas. La preocupación por mantener la seguridad dentro de los sistemas informáticos ha llevado al desarrollo de este tipo de soluciones cada vez más seguras en el mundo digital.

El sector de la telefonía móvil ha sido uno de los primeros en aprovechar las posibilidades que ofrece la biometría. En estos últimos años, hemos visto como los sistemas de identificación han evolucionado hasta llegar a las venas de la palma de la mano. En este artículo, repasamos la evolución de los sistemas biométricos y su papel en el futuro.

Apple amplió las fronteras de la dactiloscopia

A lo largo de la historia han sido muchos los científicos que han determinado la posibilidad de identificar a las personas a través de sus huellas. En el año 1900, los descubrimientos de la conocida como dactiloscopia, ciencia que estudia los patrones de huellas, hicieron que el reconocimiento dactilar se convirtiera en el sistema oficial de identificación en Gran Bretaña. Años más tarde, lo haría en casi todo el mundo.

¿Por qué no aprovechar un método de identificación único para crear un sistema de seguridad en el ecosistema digital? En términos generales, esa fue la pregunta que llevó a Apple a convertirse en la primera empresa tecnológica en incorporar el reconocimiento por huella dactilar. El iPhone 5S fue el primer teléfono móvil de la marca en disponer del sistema Touch ID.

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Fuente: Envato

Este mecanismo de seguridad supuso una ventaja frente a sus rivales. Era 2013 y las personas podían desbloquear sus dispositivos, descargar aplicaciones y autorizar compras simplemente situando su huella en el lector del smartphone. Después, el resto de empresas tecnológicas con un buen posicionamiento en el mercado comenzaron a incorporar este sistema popularizando su uso no solo en el sector de la telefonía móvil, sino en otros como el sanitario, financiero o automovilístico.

Hace unos meses, Mercedes Benz y Mastercard idearon un proyecto para que los conductores puedan pagar la gasolina con la huella dactilar sin salir de su coche. Cuando el vehículo carga el combustible, la pantalla muestra la cantidad y la factura correspondiente. El pago se efectúa directamente desde el coche con la huella del conductor sin ser necesario ir al mostrador.

Popularización del reconocimiento de voz

Otro rasgo identificativo de las personas es su voz. Actualmente, nos resulta muy familiar pedirle a Aura, Siri o Alexa que actúe por nosotros dentro de casa o dispositivo móvil. Sin embargo, hace unos años despertarnos o saber qué tiempo iba a hacer gracias al asistente de voz no era posible.

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Fuente: Envato

La primera plataforma en incorporar un sistema de reconocimiento de voz fue Google para su aplicación Google Maps. Posteriormente, Apple creó Siri, Microsoft lanzó Cortana, Amazon ideó Alexa y los comandos de voz se popularizaron debido a su sencillez para los usuarios. En algunos hogares, el asistente de voz se encuentra vinculado a aparatos inteligentes como, por ejemplo, los microondas para llevar a cabo tareas de funcionamiento.

Los hábitos de las personas y las posibilidades de los dispositivos han contribuido a la popularización del reconocimiento de voz. Bancos como Citibank se han sumado a lo largo de los años a esta tendencia y no es de extrañar que las nuevas herramientas de inteligencia artificial como ChatGPT estén trabajando en la incorporación de los comandos de voz para facilitar su funcionamiento.

El salto hacia el reconocimiento facial

Huella dactilar, comandos de voz… y también reconocimiento facial. Este sistema biométrico surgió hace más de cincuenta años, pero su popularidad no se produjo hasta décadas más tarde con el desarrollo de herramientas tecnológicas más perfeccionadas.

Desde el punto de vista social, el sistema de reconocimiento facial comenzó a popularizarse en nuestro país a partir de 2017 con el lanzamiento de un nuevo smartphone de Apple: el iPhone X, coincidiendo con el décimo aniversario de la marca. El escáner Face ID proyectaba 30.000 puntos infrarrojos sobre el rostro del usuario para hacer una autenticación efectiva y acceder a multitud de funciones.

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Fuente: Envato

Del mismo modo, este sistema se utiliza desde hace años para garantizar la seguridad dentro de los países ―Japón lo incorpora en sus aeropuertos―, para hacer mediciones del comportamiento humano o para facilitar algunos procedimientos como la adquisición de productos o el acceso a edificios residenciales.

Hacia la popularización del reconocimiento vascular

Cuando hablamos de biometría vascular nos referimos a la técnica que analiza los patrones de los vasos sanguíneos mediante una luz infrarroja para su identificación. Se trata de un método muy preciso y prácticamente imposible de falsificar. Nuestras venas y nuestros patrones sanguíneos no cambian a lo largo de los años.

Precisamente por su alta fiabilidad, investigadores de todo el mundo trabajan en su desarrollo. A la vanguardia de este sistema biométrico se encuentra China. En los últimos meses, el país asiático ha creado un sistema que permite a los usuarios efectuar pagos a través de la palma de la mano en WeChat Pay. A través este método, los usuarios no necesitan tarjetas, relojes inteligentes o smartphones.

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Fuente: Envato

En España, el desarrollo de este sistema avanza a un ritmo más lento. Recientemente, un grupo de investigadores del Instituto de Microelectrónica de Sevilla ha presentado un proyecto para introducir el reconocimiento vascular en los dispositivos móviles. El sistema captura una imagen de la muñeca de una persona y a través de un contraste infrarrojo detecta las venas y los capilares. La hemoglobina absorbe la luz y traza con exactitud el recorrido de los vasos sanguíneos propios de cada individuo.

El elemento diferenciador de este estudio es la creación de un sistema a bajo coste. Todavía es pronto para que veamos esta tecnología implementada en nuestros teléfonos móviles, pero lo que está claro es que seremos testigos de ello, al igual que del sistema de reconocimiento facial.

¿Seguridad o inseguridad con los tipos de sistemas biométricos?

El debate en torno a la seguridad de los sistemas biométricos se ha extendido a lo largo del tiempo. La probabilidad de que alguien pueda vulnerar nuestros rasgos de reconocimiento es muy baja: no hay dos huellas dactilares iguales, ni siquiera dos venas. Además, los sistemas de validación han sido entrenados para que no se produzcan fallos como, por ejemplo, la suplantación de identidad.

Sin embargo, a lo largo de los años se han producido varios casos. Uno de los más destacados tuvo lugar en Estados Unidos. En 2015, un grupo de ciberdelincuentes se hizo con 5,6 millones de huellas digitales de la Oficina de Gestión de Personal.

Otro de los puntos más importantes relativos a la seguridad de los sistemas biométricos es el referente al almacenamiento de los datos. Confiar información personal a empresas como Apple o Amazon se considera mucho más seguro que hacerlo a un proveedor de servicios, pero es importante mantener siempre la precaución. No ceder nuestros datos biométricos a cualquier empresa y leer siempre las condiciones de uso para saber a qué riesgos nos podemos enfrentar.

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Fuente: Envato

El futuro de la seguridad pasa por nuestra biología

La biometría ha experimentado una gran evolución en todo el mundo por su capacidad para proporcionar mecanismos de seguridad fiables y, a su vez, cómodos en nuestro día a día. Sin embargo, al igual que sucede en otros ámbitos de la tecnología, sigue siendo necesario trabajar en mecanismos que aseguren una mayor eficacia.

Desde el punto de vista del usuario, es importante tener conocimiento de dónde se almacenan los datos que proporcionamos a los distintos tipos de sistemas biométricos y qué se está haciendo con nuestro consentimiento. Si un ciberdelincuente se hace con nuestra contraseña, podemos cambiarla sin ningún problema. Sin embargo, si se hace con nuestra huella dactilar, la solución no es tan sencilla.

Imagen de cabecera de Envato.

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