Evolución de interfaces: del mouse a los dispositivos invisibles

El ratón o mouse es un dispositivo que, pese al paso del tiempo y la aparición de tecnologías avanzadas que permiten una mayor interactuación con el equipo informático o de una forma más directa a través de las pantallas táctiles, sigue siendo un periférico muy valorado y utilizado por muchos usuarios.

Este dispositivo fue creado en 1961 por Douglas Engelbart y patentado el 17 de noviembre de 1970 bajo el nombre de X-Y Position Indicator for a Display System en el Stanford Research Institute, un laboratorio de Silicon Valley en California. Pero con el tiempo este nombre fue sustituido por el de ratón (o mouse en inglés) por la similitud de su forma y su cola –el cable de conexión– con dicho animal, dando lugar a las primeras interfaces gráficas de usuario que empezaron a comercializarse de forma masiva 20 años después de su creación.

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Desde su diseño original, estos periféricos apenas han cambiado en cuanto a su funcionamiento básico. Habitualmente se componen al menos de dos botones y otros dispositivos opcionales como la rueda –para las opciones de scroll o zoom–, más otros botones secundarios o de distintas tecnologías como sensores del movimiento que pueden mejorar o hacer más cómodo su uso.

La aparición del ratón, junto con la posterior evolución de los sistemas operativos, supuso un paso importante en la interacción del usuario con el ordenador, aunque no consiguió desbancar al teclado como dispositivo tradicional para la entrada de datos o control del equipo. De hecho, hoy en día, se sigue utilizando de forma conjunta en función del tipo de tarea a desarrollar.

Pero con los años las interfaces gráficas se han vuelto cada vez más sofisticadas, precisas y mucho más ergonómicas, posibilitando su manejo con ambas manos por igual, aunque hay algunos fabricantes que comercializan modelos personalizados para usuarios diestros o zurdos. De los primeros ratones con bola, pasamos a los ópticos –mucho más sensibles, precisos y sin el engorroso inconveniente de la limpieza de la bola por el uso– y de ahí, a los actuales con tecnología láser. La sustitución del cable por los sistemas inalámbricos es otro de los aspectos importantes de la evolución del mouse original de Engelbart, que pese haber perdido la cola que dio origen a su peculiar nombre, se sigue utilizando de forma masiva con diseños más ergonómicos y funcionales como el Wireless Mighty Mouse de Apple.

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A pesar de que el ratón de dos botones se mantiene predominantemente como el medio más habitual para interactuar con un ordenador, recientes tecnologías de interacción multitoque y gestual se afianzan como medios alternativos a la necesaria dependencia de una interfaz gráfica física, manteniendo la interacción intuitiva de los periféricos tradicionales pero de una forma mucha más precisa.

Entre estas tecnologías, conocidas y utilizadas por diseñadores y arquitectos, se encuentran las tabletas gráficas , también llamadas tabletas digitalizadoras. Estos periféricos permiten al usuario apuntar y señalar objetos que se encuentran en la pantalla, además de introducir gráficos o dibujos a mano, tal como se haría con lápiz y papel. Dicho sistema consta de una superficie plana sobre la que el usuario interactúa con la pantalla gracias al uso del estilete o lapicero digital que viene junto a la tableta. Una herramienta de gran utilidad para el campo del diseño pero que, a pesar de ser una alternativa al tradicional mouse, sigue dependiendo de un medio físico para su uso.

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En la misma línea pero esta vez sin estilete, tenemos el Magic Trackpad Multi-touch de Apple. Un peculiar dispositivo integrado por una superficie plana equipada con tecnología multi-touch que permite interactuar con el contenido en pantalla y controlarlo, de una forma totalmente libre e intuitiva, gracias a una completa gama de gestos manuales. Esta tecnología basada en el touchpad de los portátiles permite prescindir del estilete de las tabletas gráficas y permitir una interacción mucho más dinámica y directa con el ordenador de sobremesa.

El auge de los portátiles también supuso ciertos cambios en la forma de interactuar con un ordenador e introdujo el touchpad como una forma de integrar ratón y teclado en una misma base y no tener que depender de un dispositivo externo. Pero la experiencia demuestra que, a pesar de las posibilidades del touchpad, muchos seguimos utilizando el mouse –de tamaño más reducido y ergonómico– con el portátil para nuestro trabajo diario.

Las pantallas táctiles también ha revolucionado la forma de interactuar con los dispositivos como smartphones y tablets, pero a pesar de ello seguimos dependiendo de una superficie física, en este caso la propia pantalla.

Otra novedad encaminada a la desaparición del mouse es el sistema Leap Motion Controller desarrollado en el MIT Media Lab por Jinha Lee, junto con Alex Olwal, Hiroshi Ishii, y Boulanger Cati. El sistema consiste en un monitor transparente que rastrea las manos del usuario a través de Kinect, dentro de un entorno en 3D, visualizado a través de la pantalla del ordenador, que permite captar y manipular manualmente las ventanas y objetos del entorno gráfico del sistema operativo. Aunque plantea un nuevo paradigma en el control de los dispositivos informáticos, requiere una precisión casi quirúrgica en acciones básicas como la selección de líneas individuales de texto o palabras individuales, lo que le resta usabilidad al sistema.

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Pero el siguiente paso en la evolución del periférico creado por Engelbart viene de la mano de Mouseless, un ratón invisible integrado por un haz de infrarrojos –IR láser– y una cámara de infrarrojos integrada en el propio ordenador. El sistema funciona mediante un módulo de haces de infrarrojos o IR láser que genera un plano de acción justo al lado del equipo, donde se ubica habitualmente el ratón convencional y la mano del usuario,  de tal modo que el sistema capta la palma de la mano del usuario como si de un ratón físico se tratara, generando una mancha luminosa sobre la mano mediante el IR láser, de forma que sea captada por la cámara infrarroja. Por tanto, cualquier cambio en la posición de la mano es interpretado por la cámara como el movimiento del cursor, y el toque del dedo índice sobre el plano generado por el haz de infrarrojos como los clics del ratón. Precisamente, hace poco comentábamos el control por gestos de dispositivos electrónicos,  a propósito del proyecto airwirting de un equipo de investigadores de la Universidad de Karlsruhe.

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Esta tecnología basada en un sistema de gestos multitáctiles, por medio de haces de luz infrarroja, permite el reconocimiento de una gama más amplia de movimientos gracias a la libertad que adquiere la mano, permitiendo gestos novedosos que el hardware del ratón convencional no puede ofrecer. Quién sabe si este novedoso sistema desbancará de una vez por todas la inagotable vida útil del ratón, o si por el contrario, éste tendrá que pasar algunos años más acompañándonos en nuestras horas interminables de trabajo delante del ordenador.

Imágenes | vía Mouseless y Wikimedia

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