La inteligencia artificial, tal y como la conocemos, ha venido para quedarse. Y lejos de limitarse a ser una tecnología más en tu ordenador, teléfono móvil o altavoz inteligente, las empresas del sector hace tiempo que se esfuerzan en tratar de llevarla a otros campos o dispositivos. Ese es, cómo no, el caso de OpenAI, que entre sus muchas estrategias, trabaja activamente en la integración de la inteligencia artificial en robótica.
El interés de OpenAI en la robótica inteligente
OpenAI, recordemos, se ha hecho un nombre gracias a DALL-E, GPT y ChatGPT. Pero no todos los esfuerzos de esta compañía están centrados en aplicaciones y software de inteligencia artificial. También quieren formar parte del sector del hardware y de la robótica. Por ello, a principios de noviembre, la empresa estadounidense contrató a Caitlin Kalinowski, hasta entonces, la persona encargada de liderar el proyecto Orion, las gafas de realidad aumentada de Meta.
En OpenAI, eso sí, el papel de Kalinowski está siendo diferente: tiene que liderar los esfuerzos de esta compañía en las áreas de robótica y hardware de consumo. Todo un campo por explorar y que, gracias a la inteligencia artificial, puede provocar grandes cambios.
En el perfil de LinkedIn de Kalinowskin aparece como “Member of Technical Staff”, es decir, miembro del equipo técnico. Y en la descripción de su nuevo puesto de trabajo se limita a un escueto “hardware” junto a un emoji de la cabeza de robot. Un guiño evidente a su labor de aplicar la inteligencia artificial en robótica.
En X, antes Twitter, Kalinowski se explaya algo más y espeja cualquier duda: “En mi nuevo rol, inicialmente me centraré en el trabajo de robótica y las asociaciones de OpenAI para ayudar a llevar la IA al mundo físico y desbloquear sus beneficios para la humanidad”.
Este fichaje se une al de Jony Ive, popular diseñador que, durante años, tuvo un importante papel en el diseño de productos de Apple, durante la etapa de Steve Jobs. A finales de septiembre, OpenAI y Jony Ive anunciaban un proyecto juntos para diseñar un dispositivo potenciado con inteligencia artificial.
El papel de Physical Intelligence
Y por si estos dos ejemplos no son suficientes para ver el interés de OpenAI en implementar inteligencia artificial en robótica, solo hay que echar un vistazo a su millonaria inversión en Physical Intelligence. Esta startup especializada en robótica y con sede en San Francisco ha recibido ya más de 400 millones de dólares de inversores como Jeff Bezos (fundador de Amazon), fondos de capital riesgo como Thrive Capital, Lux Capital o Bond Capital y, cómo no, de la propia OpenAI. Inversiones que sitúan la valoración de esta empresa por encima de los 2.400 millones de dólares.
Se desconoce cuánto dinero ha invertido cada una de las partes mencionadas en la propia página de esta startup, pero el interés en la robótica va en aumento en Silicon Valley, en paralelo al auge de la inteligencia artificial. No es descartable que sus caminos converjan.
En el caso de Physical Intelligence, entre sus empleados hay antiguos trabajadores de Tesla, Google DeepMind y la antigua Twitter. Su carta de presentación, para sorpresa de nadie, es bastante prometedora: “Physical Intelligence está llevando la IA de uso general al mundo físico. Somos un grupo de ingenieros, científicos, y creadores de empresas que estamos desarrollando modelos fundacionales y algoritmos de aprendizaje para alimentar los robots de hoy y los dispositivos de accionamiento físico del futuro”.
La importancia de la inteligencia artificial en robótica
Aunque estamos lejos de lo que vemos en la ciencia ficción, en realidad, ya convivimos con robots. Los más populares son los aspiradores inteligentes, que se mueven por nuestros hogares barriendo, fregando y, en general, limpiando nuestros suelos. A mucha distancia, ya contamos con electrodomésticos que tienen ciertos automatismos. Pero donde la robótica más ha avanzado es en la industria. Los brazos robóticos llevan décadas de perfeccionamiento y especialización en tareas que permiten crear desde teléfonos a automóviles.
Pero el gran salto evolutivo de la robótica, tal y como la conocemos, será cuando se incorpore a nuestro día a día. Y aquí es donde es clave la implementación de la inteligencia artificial. Empresas como OpenAI han logrado dar con métodos de aprendizaje que reducen en tiempo, recursos y esfuerzos la tarea de enseñar a un software a ejecutar determinados procesos que para un ser humano pueden ser naturales. Como abrir una puerta, doblar una camiseta o colocar algo en un recipiente. En resumen: la inteligencia artificial aplicada en la robótica no solo nos permitirá interactuar más fácilmente con los robots o que entiendan mejor su entorno, también acelerarán su proceso evolutivo al ser capaces de aprender más en menor tiempo. Y tanto OpenAI como Physical Intelligence y el resto de empresas del sector quieren estar ahí.