El uso de las energías renovables supone una fuente de energía inagotable de la que podemos aprovechar todo su potencial en un futuro no muy lejano.
El futuro del sector energético pasa por las renovables, aunque el cambio será gradual y estas energías deberán convivir con los combustibles fósiles durante algún tiempo. La energía global estará respaldada por la tecnología y la energía térmica, que actualmente abastece a la mayoría del planeta, será sustituida por la solar y la eólica.
Las renovables proporcionan el 13% de nuestras necesidades, pero hasta alcanzar el 100% se requieren energías verdes que sean económicas y accesibles. ¿Es posible sustituir los combustibles fósiles por una existencia basada en energías renovables?
En este sentido, las energías limpias complementan, hasta ahora, a la producción de las centrales térmicas pero cuentan con la ventaja de que esta energía puede ser almacenada y transportada de forma más fácil. Una red de energía eléctrica conectada por todo el mundo nos permitiría transportarla desde donde se genera hasta donde se necesita.
La clave serán los sistemas de almacenamiento y el apoyo de los ciclos combinados de otras energías como por ejemplo el gas, que servirá de soporte para el desarrollo total de las renovables. La digitalización cumple un papel fundamental en el funcionamiento de estos procesos.
La transición es un problema complejo en el que hay que unir tecnología, economía y política. Muchos gobiernos y empresas ya están invirtiendo para aprovechar la energía procedente del Sol, el agua o el viento; lo que supondrá un cambio en el modelo energético previsto para 2040 en su totalidad.
Electricidad y combustibles líquidos
La electricidad alimenta las cosas del hogar, los ordenadores, las empresas, los negocios, los coches eléctricos… Es imprescindible para desarrollar cualquier actividad, por lo que se necesita reducir costes para capturar energía de manera más eficiente.
De este modo, la infraestructura para transportar la energía debe cambiar, nuevos materiales, más resistentes y que eviten el derroche de energía. Los superconductores podrían ser una la solución, pero solo funcionan si se enfrían a bajas temperaturas. Para beneficiarse de esta tecnología, tendríamos que descubrir nuevos materiales superconductores que operan a temperatura ambiente.
Por otro lado, los combustibles líquidos juegan un papel fundamental en los transportes. Las baterías de los automóviles, para ser competitivas, tendrían que almacenar mucha más energía sin aumentar el coste. Una solución sería encontrar formas eficientes para convertir la energía solar en energía química.
El hecho está en buscar soluciones innovadoras para transformar en energía los recursos naturales de la Tierra, reduciendo así las necesidades energéticas de la población mundial. El uso de las renovables supondrá una fuente inagotable de energía que necesitamos para nuestro desarrollo.