La Fórmula 1 es uno de los mayores espectáculos del mundo de las cuatro ruedas. Innovaciones tecnológicas como el KERS o el volante han llegado hasta nosotros.
Comienza la cuenta atrás para el arranque de uno de los mayores espectáculos de las cuatro ruedas: el mundial de Fórmula 1. El próximo 25 de marzo volveremos a ver a Hamilton, Vettel, Alonso y compañía competir en el circuito australiano de Albert Park. Este año, la 69º edición del campeonato contará con un total de 21 carreras.
Los pilotos son la cara visible de una industria que durante los meses de parón trabaja sin parar para lograr un coche competitivo y con grandes mejoras. Ahora, los equipos van presentando poco a poco sus monoplazas llenos de novedades. La Fórmula 1 es un laboratorio sobre ruedas que busca conseguir un mayor espectáculo, pero preservando la seguridad de los pilotos.
Esta competición por el mejor coche no sólo favorece a los aficionados de este deporte, sino también a todos los ciudadanos. Con el tiempo, muchas de estas innovaciones llegan a la industria del automóvil o retail, mejorando en gran medida factores como la seguridad, el rendimiento o la eficiencia. Porque la tecnología se ha convertido en la mejor herramienta para potenciar la seguridad vial dentro y fuera de un circuito de carreras.
La idea del aprovechamiento energético
Una de las aplicaciones más famosas de los últimos años es el llamado KERS (Kinect Energy Recovery System), instaurado en 2009. Se trata de un freno regenerativo que usa la energía cinética transformada en las frenadas para convertirla en energía eléctrica y emplearla más tarde para optimizar la capacidad del monoplaza.
Pues bien, la marca Toyota ya incorpora en su gama Prius este sistema para rellenar las baterías de híbridos y eléctricos y, así, aumentar la autonomía de estos.
En la memoria de todos los aficionados de las cuatro ruedas está la famosa foto que Hamilton publicó en sus redes sociales sobre su telemetría en la vuelta de clasificación del Gran Premio de Bélgica de 2012. Este sistema recoge de unos 250 sensores datos del coche y lo analiza en tiempo real, proporcionando una valiosa información para los equipos. Ahora, es empleado para una monitorización eficiente de pacientes o en laboratorios de investigación médica. Para ello, se realiza el control remoto de datos como el pulso, el oxígeno en la sangre o la respiración. La detección a tiempo de un cambio en estos factores puede salvar una vida.
Las paradas en boxes siempre están sujetas a estrategias y a algún que otro disgusto. En la retina de todos están las 51 vueltas que Alonso dio en el Gran Premio de Canadá 2012 con las mismas ruedas, provocando que bajara de la segunda a la quinta posición. También, la pérdida de la famosa tuerca mal apretada a este mismo piloto en el circuito de Hungaring en 2009.
Los neumáticos constituyen uno de los pilares de una carrera. Y por ello los fabricantes se esmeran en hacer ruedas con buenos componentes, como es el caso de los de lluvia. Estos han inspirado el diseño de unas botas de agua hechas con nitrilo que evitan resbalones y se adhiere al suelo.
Diseños inspirados en la Fórmula 1
Con el diseño de los coches nuevos, nos hemos acostumbrado a cambiar la radio desde un botón en el volante o a mirar la presión de los neumáticos. Este planteamiento está inspirado en los numerosos botoncitos que caracterizan al volante de los monoplazas de Fórmula 1. En él, los pilotos tienen todos los controles del coche a simple vista.
La fibra de carbono es un material que usamos para fabricar patillas de unas gafas, raquetas de tenis, partes de aviones y, por supuesto, en vehículos. Un elemento que se caracteriza por su fortaleza, ligereza y tolerancia al calor. A pesar de que se incorporó en el siglo XIX, comenzó a usarse en la Fórmula 1 en la década de los 80. McLaren fue la primera escudería que tuvo un coche fabricado de fibra de carbono, sustituyendo a la clásica estructura metálica.
La seguridad en un circuito de Fórmula 1 no sólo depende de las condiciones de un monoplaza, sino también de una adecuada vestimenta. Además del casco, los monos que llevan los pilotos están preparados para soportar fuego durante al menos 11 segundos. Todo su traje, costuras, publicidad y demás adornos son ignífugos y están fabricados con Nomex. Un material que ha encontrado en el deporte de las cuatro ruedas un laboratorio donde mejorar sus trajes que luego también se pondrán bomberos.
El Mundial de Fórmula 1 nació en 1950 tras la unificación de diferentes pruebas del motor. En estos 68 años hemos visto numerosos campeones del mundo y, sobre todo, espectáculo. Gracias a todo ello, hoy en día contamos con innovaciones tecnológicas testadas en el circuito de carreras que nos facilitan nuestra vida. Bienvenidos a la innovación y al futuro de la mano de los ingenieros de la Fórmula 1.