En el camino de la transición hacia una energía limpia, los paneles solares desempeñan un papel esencial por su capacidad para generar energía. Sin embargo, su funcionalidad se limita a las horas del día en las que las células fotovoltaicas pueden absorber las partículas lumínicas. Para poner fin a este inconveniente, un grupo de científicos ha presentado un proyecto en el que han conseguido que los paneles sean capaces de producir electricidad durante la noche.
La generación de energía a través de fuentes renovables proporciona muchos beneficios al medio ambiente: no emiten sustancias contaminantes, se renuevan constantemente y generan riqueza. La introducción de nuevos avances en su desarrollo constituye una oportunidad para crear un sistema energético cada vez más sostenible. A continuación, profundizamos en todas las claves de los llamados paneles antisolares.
Elevado crecimiento de la energía solar
En España, la instalación de energía solar dirigida al autoconsumo se ha incrementado un 108% según datos de la Unión Española Fotovoltaica. El sector industrial, residencial y comercial han adoptado este método debido, entre otros factores, al coste de la electricidad en el último año.
En la apuesta por el crecimiento sostenible a través de fuentes renovables, el papel del Ministerio para la Transición Energética y el Reto Demográfico ha tenido mucha importancia. El organismo proporciona ayudas para financiar hasta casi la mitad del coste de la instalación de los paneles solares, lo que supone un impulso para los consumidores.
España es uno de los países con más horas de sol por lo que disponer de estos dispositivos constituye una ventaja. Sin embargo, después de las horas del día, su capacidad para producir energía desaparece. En medio de este contexto, ¿qué supondría contar con paneles capaces de generar electricidad cuando no luce el sol? Veamos.
Así son los paneles antisolares
Como su propio nombre indica, los paneles antisolares son aquellos que producen electricidad sin absorber la luz del sol. Se trata, por tanto, de dispositivos muy importantes para poner fin a las limitaciones de los paneles solares y facilitar su implementación en países donde las horas de luz son muy reducidas.
El elemento innovador de la investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad Davis de California es la optimización del sistema de refrigeración por radiación de los paneles. El calor que se acumula durante el día en los dispositivos se aprovecha por la noche en forma de luz infrarroja para obtener energía. Solo se necesita un cuerpo caliente, en este caso la Tierra, y un cuerpo frío, en este caso el espacio. A medida que el calor fluye, se convierte en energía.
Gracias al proyecto de paneles antisolares que ha presentado este grupo de investigadores se pueden obtener hasta 50 vatios de energía por metro cuadrado durante la noche, es decir, un 25% más de lo que puede generar un panel solar durante el día.
Las células de los paneles antisolares tienen capacidad para funcionar las 24 horas del día. Si en algún momento se quiere equilibrar la cantidad de energía durante el ciclo entre el día y la noche, se pueden adoptar una serie de mecanismos para bloquear la luz solar directa.
Mercurio para fabricar los paneles antisolares
Los paneles solares están fabricados de silicio, un material que permite capturar de forma óptima la luz del espectro visible. Sin embargo, los paneles antisolares necesitan capturar luz de longitud de onda muy larga. El director de la investigación, Jeremy Munday, busca aleaciones de mercurio para conseguir la máxima eficiencia durante la noche.
Una revolución para el sector energético
El desarrollo de los paneles antisolares supone la creación de una energía limpia con capacidad para producir electricidad durante las 24 horas del día. Esta investigación podría ser una revolución dentro del sector energético, pero aún es pronto para determinar su alcance. Debemos esperar varios años para comprobar su escalabilidad e integrabilidad con el desarrollo de nuevas investigaciones.
Lo que resulta evidente es que la tecnología solar es una de las mejores opciones para proporcionar energía a los seres humanos sin emitir emisiones contaminantes. La NASA estima que al Sol le quedan más de 6.000 millones de años de vida, por lo que su capacidad para dotar de energía limpia a la Tierra es más que suficiente.