En una entrevista de trabajo, lo que digas, cómo lo digas y lo que no digas son la clave para que todo vaya bien y demuestres tu talento o, en cambio, decidan que no das la talla. Saber qué decir en una entrevista resulta imprescindible para controlar el mensaje, impresionar a tu entrevistador o recruiter y lograr ese ansiado puesto de trabajo al que aspiras.
Ya sea una entrevista de trabajo presencial o una entrevista online, cada vez más frecuentes, las repuestas que des siguen siendo la parte más importante de la entrevista. De nada sirve acudir bien vestido, ser educado y amable o llegar puntual si, durante la entrevista de trabajo, te limitas a dar respuestas demasiado cortas. O todo lo contrario, te dedicas a divagar sin llegar a decir nada.
Veamos qué dicen los expertos de aquí y de allá. ¿Cómo dar buenas respuestas? ¿Cómo evitar las malas respuestas? Recuerda que con Conecta Empleo de Fundación Telefónica podrás prepararte de antemano mediante cursos online, encauzar tu futuro profesional y acudir a una entrevista de trabajo bien preparado.
Buenas y malas preguntas, pero siempre buenas respuestas
En un artículo anterior hablé de las preguntas que suelen aparecer en toda entrevista de trabajo. Si has acudido a muchas entrevistas te sonarán mucho. Incluso resulta inevitable sonreír al oírlas. ¿Cuál es tu mayor defecto? ¿Dónde te ves dentro de diez años? ¿Qué puedes aportar a esta empresa?
Los tópicos y las preguntas frecuentes son inevitables. Algunas tienen su aquel, pero suelen dar una idea a los entrevistadores sobre el tipo de persona que eres. De ahí que debamos darle la vuelta en nuestro beneficio. Si ya conoces esas preguntas, prepara una respuesta a la altura.
Sabes que te preguntarán por tu experiencia laboral, por tu desempeño, por tus relaciones personales dentro de la empresa en la que estuviste… Te preguntarán si eres sociable o no, si participas en las reuniones, si eres de trabajar en equipo, si te ofreces voluntario ante tareas complicadas… Responder bien a estas preguntas hará que proyectes la imagen que quieres dar a tu entrevistador en vez de dejar que sea él quien construya esa imagen.
En una entrevista, no hay malas o buenas preguntas. No se trata de evaluar al entrevistador. Eso déjalo para cuando salgas de la entrevista y llegues a casa. La clave de la entrevista de trabajo es aprovechar todas sus preguntas para comunicar y hacerle entender que eres el mejor candidato para ese puesto.
Claves para dar buenas respuestas en la entrevista
Conviene repetirlo una y otra vez. Hay que saber de antemano qué decir en una entrevista. No se trata de recitar en plan obra de teatro. Conviene ser natural, hablar como hablarías normalmente, aunque con un registro propio para una charla con un desconocido de quien depende que seas o no contratado.
Hay quien apuesta por la cercanía. Hacer de un proceso frío y repetitivo algo más humano. Dentro de unas ciertas normas sociales, en la entrevista de trabajo puedes mostrarte más o menos familiar según la imagen que quieras proyectar. Emplear anécdotas, ejemplos reales, casos prácticos… Dar a entender que para todo lo que te preguntas has estado ahí y tienes algo que contar que merece la pena ser escuchado.
También conviene mantener un equilibrio entre responder lo que te piden o ir más allá. Las preguntas abiertas dan pie a cualquier respuesta o explicación. Procura responder aquello que crees que interesará saber al entrevistador y no irte por las ramas. Se trata de impresionarles, no de contarles tu vida. No des información innecesaria o sin relación alguna con las preguntas o el puesto de trabajo al que aspiras salvo que sirva para destacar o potenciar tu mensaje.
Otro elemento en el que acudir al equilibro tiene que ver con nuestras flaquezas y potencialidades. Venderse uno mismo con elogios está bien, pero conviene no excedernos. Tampoco hay que pasarnos de sinceros con nuestras debilidades. Jugar con ellas para mostrarlas como algo pasado en lo que nos hemos superado puede ser una buena baza. Así como vender nuestra idoneidad en el nuevo puesto de trabajo como una manera de poner en práctica nuestros conocimientos recientes puede ser también una estrategia a seguir.
Otra estrategia interesante consiste en aprovechar la información que tenemos sobre esa empresa y sobre el puesto de trabajo para, en la entrevista de trabajo, dar la impresión de que estamos interesados en ello e ilusionados tanto a nivel personal como profesional.
La imagen lo es todo en una entrevista de trabajo
En definitiva, el objetivo de una entrevista de trabajo es vender una imagen. No hablo literalmente. Con la información que aparece en tu currículum y con tus respuestas, el recruiter o entrevistador se hará una imagen mental de cómo eres personal y profesionalmente de cara a encajar o no en ese puesto de trabajo.
Y para formar esa imagen, tienes que dar las piezas que tú creas convenientes. Por eso es importante prepararnos para las preguntas habituales y preparar respuestas para cualquier pregunta inesperada. Improvisar lo mínimo posible pero resultando natural.
Debemos preguntarnos qué quieren saber y qué deben saber de ti y cómo transmitirlo durante la entrevista. Un duelo verbal entre lo que le interesa sonsacarte el entrevistador y la imagen que quieres proyectar mediante tus respuestas.