En un contexto digital que vive en el cambio constante, las empresas aspiran a la más alta excelencia y al crecimiento infinito. Metas teóricas a las que solo se pueden acercar con mejoras continuas. Uno de los caminos para lograrlo es la innovación abierta.
El término como tal tiene su origen en un ensayo escrito por Henry Chesbrough en 2003. Sin embargo, los procesos de innovación abierta se empezaron a desarrollar con fuerza a finales de los años 90. Coincidía en el tiempo con un primer boom de Internet que culminó con la burbuja puntocom. Pero tras la caída vino un asentamiento de lo que se había aprendido en esos años. Uno de los aspectos que perduraron fue la transformación de las formas de innovación.
Qué es y en qué consiste
El concepto define en realidad una forma de innovar que se ha establecido en los últimos años en el mundo de las empresas. Hace décadas, durante el siglo XX, el I+D se producía internamente. Una compañía empleaba sus recursos propios para inventar y crear nuevos productos o mejorar los existentes.
Así, la empresa se basaba en sus conocimientos internos, acumulados a lo largo de su trayectoria, en sus empleados o en su departamento de investigación y desarrollo. Sin embargo, la innovación abierta ofrece una nueva ventana de donde extraer recursos.
Una compañía hace innovación abierta cuando además de los propios mecanismos se apoya en fuentes externas para mejorar. Estas fuentes pueden ser patentes de dominio público, agencias externas, incluso el feedback de sus clientes o su público. Dentro de este término cabe de todo. Hay empresas que siendo competidoras comparten líneas de investigación para llegar a un beneficio común.
Tipos de innovación abierta
Hay múltiples formas de catalogar la innovación abierta. Depende de una variedad de aspectos, que van desde los actores implicados, los métodos o el peso de los recursos empleados. En The Oxford Review lo resumen en dos grandes bloques, que darían lugar a dos tipos de innovación abierta.
Existe la innovación hacia dentro, que consiste en buscar fuera de la empresa para identificar información valiosa. En este caso se vigila el entorno de negocio, se seleccionan datos y después todo se utiliza para adaptar las ideas internamente.
El otro proceso es la innovación hacia fuera. Aquí se desarrolla un producto y después se busca deliberadamente la opinión de clientes o público. Es algo que se puede hacer mostrando el producto en cuestión a especialistas, a periodistas, a revisores, en definitiva, a personas seleccionadas cuidadosamente para obtener feedback de calidad.
Beneficios de la innovación abierta
Desde luego, ambos tipos de innovación abierta se combinan muy a menudo. A día de hoy la clave para avanzar está en conocimiento y esfuerzos compartidos. No solo es más positivo para las propias empresas, la sociedad, en general, y las economías se benefician más de hacerlo.
Practicar la innovación abierta permite establecer vínculos entre empresas, de estas con universidades, con centros de investigación y con talento externo. Es un caldo de cultivo para la creación de ideas. Uno de los objetivos de esta fórmula es poner en contacto a equipos de desarrollo internos con fuentes de conocimiento externas. Y esto no solo ocurre de cara a otras empresas sino incluso dentro de la misma. La mejora de la comunicación entre equipos de una compañía que se encuentran en países diferentes es una consecuencia de estas políticas. La formación constante, ahora potenciada por el elearning, es otra de las armas para ahondar en estos procesos de mejora.
La innovación interna propiamente dicha existe aún y tiene peso. Pero cada vez está más enfocada a la creación de conocimientos que no se pueden encontrar fuera. Se trata de centrarse en aspectos que ofrezcan un carácter distintivo.
Telefónica como contribuyente
En el Grupo Renfe se han apoyado en Telefónica para llevar el Servicio Integral de Innovación. Desde 2018, la operadora se ocupa de la incubación y aceleración de startups y proyectos del grupo. TrenLab, la aceleradora de Renfe, se ha puesto en marcha con la colaboración de Wayra.
El objetivo de esta colaboración de innovación abierta es identificar oportunidades para poner en práctica pilotos a lo largo de la estructura de Renfe. Se pone énfasis en detectar el talento interno y captar el externo. Todo con el fin de llegar a soluciones que mejoren el servicio. Para ello, en el recorrido de la aceleradora, se han lanzado tres programas de aceleración, se han analizado 800 startups y se han levantado 16,5 millones de euros para los proyectos.
En el caso de GE Healthcare, la rama de General Electric destinada a salud y sanidad, se definió una iniciativa centrada en inteligencia artificial. Telefónica ha colaborado en la creación de un programa para startups que cubren este sector. Se incentiva el desarrollo de negocio conjunto entre estas empresas nacientes y proveedores de soluciones de salud, con la mediación de la plataforma GE Edison, de inteligencia artificial y analítica. Ya han sido analizadas más de 350 startups en un solo programa de aceleración.
En Brasil, la iniciativa BNDES Garagem ha supuesto la activación del ecosistema emprendedor brasileño. Telefónica ha colaborado con partners locales, como la plataforma especializada en innovación abierta Liga Ventures y Artemisia. El resultado ha sido un programa de aceleración que ha apoyado 135 startups de educación, salud, sostenibilidad, smart cities y especializadas en soluciones para los gobiernos. En total se han analizado más de 5.000 startups en dos programas de aceleración. Y hay que reseñar que la iniciativa cuenta con más de 20 socios, entre los que están grandes compañías, fondos de inversión e instituciones públicas.
En el sector portuario
Algunos puertos llevan siglos en funcionamiento. Son infraestructuras muy pegadas al mundo físico, pero la digitalización también puede proporcionarles beneficios. El Puerto de Huelva ha colaborado con Telefónica para crear un hub de innovación donde los emprendedores tienen espacio para desarrollar sus ideas y desplegar sus productos.
Además, la infraestructura portuaria permite validar y certificar las soluciones en un entorno real. Precisamente la idea es buscar esa conexión entre los agentes de la innovación y las empresas más tradicionales del sector. Se ponen en común ambos conocimientos para proponer mejoras de los servicios que se prestan en el entorno. El propósito de la colaboración es el desarrollo de un ecosistema empresarial innovador. Un epicentro de creación que reúne al sector privado ya establecido, a las instituciones y a emprendedores, con el fin de impulsar la transformación digital en el ámbito portuario.
Un proyecto que la compañía presenta en el marco de la celebración del Mobile World Congress de Barcelona bajo el lema Transformation is Now. Un lugar en el que se pondrán en común todas las propuestas vinculadas a la conectividad, 5G, industria conectada o la sostenibilidad.