Cuando hablamos de sector aeroespacial, es inevitable hablar de la NASA estadounidense o de la otrora emblemática Roscosmos rusa. Y en los últimos tiempos, se habla también de agencias espaciales emergentes como la china y la india. O de empresas privadas como SpaceX de Elon Musk o Blue Origin de Jeff Bezos. Pero con menos ruido, también se desarrolla, poco a poco, el sector aeroespacial en España. Quinta potencia europea y que tendrá mucho que decir en los próximos años ante la nueva carrera espacial que ya se está gestando.
Con anterioridad hemos visto cuales son las agencias aeroespaciales más importantes. Todas ellas tienen una agenda a décadas vista con misiones hacia la Luna, Marte o Venus, entre otros hitos que quiere cumplir. Con objetivos que combinan política con economía apoyándose, cómo no, en la ciencia y la tecnología. Y para que esa tecnología se desarrolle, las agencias espaciales recurren a sus propios ingenieros. Pero también a empresas privadas de todo el mundo, algunas de ellas españolas.
Este verano se produjo un momento importante en la historia de la aeronáutica española. El cohete Miura 1 se convertía en el primer cohete espacial español en surcar el cielo. Y sus responsables ya trabajan en su sucesor, el Miura 5. De mayor tamaño y que será capaz de llegar al espacio para futuros proyectos de envío de satélites o transporte de mercancías o materiales de la Tierra al espacio y viceversa. Pero hay muchas otras empresas dedicadas a este sector con sedes en nuestro país.
Un sector en pleno despegue
Según datos oficiales, el sector aeroespacial en España da empleo a más de 50.000 personas. Y facturó 11.594 millones de euros en 2021. Lo que representa el 1% del PIB industrial español. Un 10% de ese dinero invertido directamente en I+D, investigación y desarrollo. A diferencia de otros sectores, que se limitan a importar tecnología de terceros o a fabricarla, sin aportar conocimiento propio. Es más. El sector aeroespacial ayuda a impulsar las exportaciones. Ya que la práctica totalidad de productos y servicios que se generan en España están destinados a empresas u organizaciones de otros países.
El desarrollo de este sector no sería posible sin la participación de España en la ESA, la Agencia Espacial Europea. De esta membresía surgen proyectos en los que participan empresas españolas y subsidiarias locales de empresas europeas como Airbus, Aernnova, Aciturri, Héroux-Devtek o ITP. Según datos del Ministerio de Industria, “España es uno de los pocos países capaces de abarcar el ciclo completo de diseño y fabricación de una aeronave”.
¿Y a qué se dedican las empresas del sector aeroespacial en España? Citando la misma fuente, “en el sector espacial, las empresas localizas en España disponen de tecnologías propias en todos los segmentos de actividad (sistemas de satélites, lanzadores, segmento terreno, operaciones y proveedores de servicios)”. Además, destaca la estrecha colaboración entre organismos públicos como CSIC y las universidades y centros de investigación con pequeñas startups. Muchas de ellas creadas bajo su amparo o con ayuda de sus programas de creación y aceleración de proyectos.
El impulso de la Agencia Espacial Española
Es curioso que, aunque España es parte de la ESA desde 1979 como miembro fundador, no ha existo como tal una Agencia Espacial Española hasta su creación en abril de 2023. Hasta la fecha, sus funciones las realizaba el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial. Así como cinco ministerios: Ciencia, Industria, Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, Defensa y Transición Ecológica. La existencia de la AEA hace posible y facilita la coordinación de los esfuerzos públicos y privados para lograr inversiones, subvenciones y nuevos proyectos para el sector. Algo que el sector aeroespacial en España pedía desde hacía años.
Sin ir más lejos. La creación de esta agencia aeroespacial vino acompañada de una inversión de 4.500 millones de euros para impulsar la I+D+i en el sector aeronáutico y aeroespacial. Inversión repartida entre 2021 y 2025. Y cuyos objetivos giran entorno a “mejorar las capacidades del sector del espacio en el diseño de cargas útiles relacionadas con el control medioambiental, las comunicaciones cuánticas y la seguridad en cooperación internacional; y posicionar al sector espacial en el mapa europeo del uso comercial del espacio”.
Y qué mejor manera de iniciar su andadura que gestionando un proyecto de la ESA europea. La primera vez que España tiene ese honor. En abril de este año, coincidiendo con la fundación de la AEA española, se daba a conocer que la misión Arrakihs para estudiar materia negra en el universo iba a estar coordinada por España. Para ello se “utilizará un conjunto de dos telescopios binoculares montados en un minisatélite de unos 300 kg en órbita polar baja”. “Estos telescopios permitirán la observación de halos galácticos y corrientes estelares débiles alrededor de 115 galaxias con un brillo superficial muy bajo ubicadas entre 82 y 130 millones de años luz de distancia”.