Coche Conectado: tecnología 5G, seguridad sin precedentes y gestión del tráfico

Los últimos avances en conducción dibujan un futuro donde la conectividad será el oxígeno del mundo digital, para ello necesitaremos latencias ultrabajas, acercar la capacidad cognitiva al borde de la red y modelos de gestión basados en inteligencia artificial para gestionar el tráfico. Te contamos cómo Telefónica está construyendo redes de ultrabanda ancha inteligentes, dinámicas y sostenibles.

Carretera y ciudad se transforman en un moderno entorno digital interconectado. Los últimos avances en conducción han dibujado un futuro en el que la conectividad, protagonizada por el 5G y su latencia ultrabaja, se convierte en el pilar de la sociedad digital. No obstante, el próximo salto tecnológico de la conducción y el coche conectado no estará marcado simplemente por el 5G, sino también por el despliegue de redes inteligentes, Edge Computing y modelos de gestión basados en Inteligencia Artificial.

¿Cómo cambiará todo esto nuestra manera de circular? Estas tecnologías convertirán al coche en un sensor más de la ciudad y lograrán una seguridad sin precedentes en la carretera. Un ejemplo de esto fue el proyecto Ciudades Tecnológicas 5G que realizó Telefónica en Segovia, donde pudimos ver las grandes posibilidades que nos brinda el coche conectado. Sin embargo, antes de explicar sus capacidades y características, debemos hacer una distinción entre dos términos que a menudo se confunden; la diferencia exacta entre el coche conectado y el coche autónomo.

Diferencias entre coche conectado y coche autónomo

No debemos confundir estos dos conceptos. Cuando hablamos de un coche autónomo nos referimos a un vehículo cuya característica principal es que puede circular sin conductor. Sin embargo, el coche conectado no es capaz de esto, pero sí de tener Internet en el coche y comunicarse con los elementos de su entorno y, a través de múltiples avisos y datos proporcionados al conductor, conseguir la llamada conducción asistida, el paso previo a la conducción autónoma.

La esencia del coche conectado radica en la tecnología C-V2X (Cellular Vehicle 2 everything), que se apoya en la red móvil y permite que el vehículo pueda comunicarse con ‘todo’ lo que hay a su alrededor. Es importante saber que esta comunicación puede ser a través de la tradicional red móvil, como una llamada convencional, o la nueva comunicación directa, siempre que los coches estén en un radio menor de 300 metros. Además, proporciona a los vehículos una visión 360º que complementa a sus múltiples sensores.

Sin embargo, la tecnología C-V2X no serviría de nada sin una conectividad 5G que asegure retardos de red mínimos. Por este motivo, es necesario desplegar capacidades 5G en la red actual, concretamente, la capacidad de MEC “Multi-access Edge Computing” de Telefónica, que acerca los contenidos y aplicaciones al borde de la red. Debes pensar que, cuando se despliegue 5G, las latencias hasta 1 milisegundos conseguirán que los coches conectados puedan gestionarse, comunicarse sin retardo, y reaccionar al instante en momentos de emergencia. Esta cualidad no podría entenderse sin Edge computing, tecnología que permite desplegar servicios, contenido e inteligencia en apenas unos milisegundos.

Casos de uso del coche conectado

¿Qué puede hacer un coche conectado a día de hoy? Te explicamos cinco casos de uso, tres de los cuales se verán en MWC 2019, que te ayudarán a entender las infinitas posibilidades que nos brinda esta tecnología.

1. Detección de obstáculo en carretera

Imagínate, un vehículo se avería a la salida de una curva con poca visibilidad y, para evitar que otro vehículo colisione con él por el poco tiempo para reaccionar, se comunica con él y avisa de la situación. El vehículo averiado envía mensajes genéricos (matrícula, modelo, velocidad, trayectoria, ubicación…) al MEC, y estos, mediante comunicación directa, son recibidos por los vehículos en un radio máximo de 300 metros. Así se evita una situación de accidente.

2. Detección de peatón en cruce con semáforo

Es parecido al ejemplo anterior. En este caso, un semáforo detecta la presencia de una bicicleta y envía el aviso a los vehículos. Será el coche el que, dependiendo de su trayectoria, velocidad y ubicación, alertará al conductor. Este mensaje se mostrará en el cuadro de mandos del coche.

3. Aviso cambio de semáforo rojo

El semáforo está en verde y va a cambiar a rojo de manera inminente. Gracias a que el dispositivo de tráfico está conectado, informa a los conductores para que puedan frenar con antelación y decidan si tiene tiempo suficiente para pasar el semáforo.

4. Aviso a ciclista en las proximidades

Similar al primer caso de uso en el que un vehículo está averiado. En esta situación, la bicicleta, que tiene que estar conectada, envía mensajes genéricos a los vehículos de su alrededor para que sean conscientes de su situación.

5. Aviso a peatón de llegada de coche

No habrá más inseguridad a la hora de cruzar semáforos. Ahora, los vehículos serán conscientes de la presencia de peatones en las proximidades de los semáforos y viceversa. Si hay riesgo de atropello, avisará a ambos.

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Infografía: Jaime Martín-Peñasco

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