Más densidad, mejor latencia y más espectro. Algunas de las claves para entender 5G y su relación con tecnologías como IoT o IA. Sobre todo ello, hemos hablado con Enrique Blanco, CTIO Global de Telefónica.
Cada cierto tiempo se empiezan a escuchar las primeras referencias sobre las tecnologías que vienen. De aquí surgen toda clase de posibilidades vinculadas a estas novedosas disciplinas. Cuestiones como la inteligencia artificial, la realidad virtual o el Big Data alimentan con facilidad nuestra imaginación y nos llevan a vislumbrar increíbles y potenciales aplicaciones para el futuro. No obstante, otras materias tienden a pasar más desapercibidas al tratarse de evoluciones de tecnologías ya existentes, asentadas y conocidas por todos.
Aquí, el caso del 5G es el más representativo. Independiente de sus capacidades reales, se podría pensar de entrada que se trata sencillamente de un paso natural, equiparable al que hubo del 3G al 4G. Pero la evolución a esta nueva tecnología va más allá. Nos abre la puerta a un mundo futuro lleno de posibilidades. Es preciso entender esta evolución para profundizar en la necesidad de realizar una profunda y radical transformación de las redes para hacer que esto sea posible. Y para hablar de todo ello, contamos en esta ocasión con Enrique Blanco, CTIO Global de Telefónica. Licenciado y doctorado en Física, Enrique Blanco cuenta con una dilatada experiencia al frente de las operaciones de la compañía en diversas responsabilidades, tras haber liderado también el despliegue de los equipos de conmutación digital. Toda una trayectoria que le otorgan una clara visión sobre el panorama tecnológico actual, y en especial sobre todo lo relativo a la llegada del 5G.
En este punto, y para entender bien los entresijos de esta tecnología, y lo que verdaderamente implica, la primera pregunta que deberíamos hacernos sería la siguiente: ¿se ha diseñado el 5G para dar mejor soporte a los smartphones? “Sí, pero no solamente para eso. El 5G no nace solo para dar mayor velocidad o mejor latencia. Cada vez vamos a tener más dispositivos conectados por IoT, y el 4G no está preparado para poder gestionar la cantidad que la sociedad y la industria van a requerir en los próximos 10 ó 15 años”, aclara Enrique Blanco.
500 millones de suscripciones 5G para 2022
Blanco se refiere a la próxima gran revolución en las telecomunicaciones a escala global, de la cual surgirán toda clase de servicios vinculados al Internet de las Cosas. En este sentido, se estima que las suscripciones 5G sobrepasen los 500 millones en 2022, según Ericsson. “El 5G será una realidad cuando haya servicios que reclamen que esto suceda, aquellos que necesitan latencias muy competentes: el vehículo conectado, la industria 4.0, los servicios asociados a telemedicina, servicios de vídeo de altísima capacidad y realidad virtual, entre otros”, afirma Blanco.
Y es que, en su opinión, algunas aplicaciones requieren de un tiempo de respuesta crítico, y su viabilidad sólo será posible gracias al 5G. Estas redes podrán responder lo suficientemente rápido como para coordinar vehículos autónomos o posibilitar operaciones y cirugías de manera remota. Asimismo, serán posibles las videoconferencias a alta resolución y el streaming de contenidos de realidad virtual en tiempo real. Todo un espectro de posibilidades que va a marcar un antes y un después en el entorno digital, tal y como se conoce hasta la fecha.
El tipo de dispositivos 5G a nivel de usuario constituye otra de las incógnitas que orbitan alrededor de esta cuestión. Igual que la velocidad, también se espera que los dispositivos sean diferentes. Respecto a los dispositivos vinculados al Internet de las Cosas (IoT), lo que sí podemos decir es que las novedades que nos trae la red 5G harán posible que no sea necesario disponer de dispositivos IoT muy evolucionados que precisen una alta capacidad de almacenamiento o procesamiento. Esto será gracias a nuestra estrategia de Edge Computing, que consiste en acercar al borde de la red los servicios 5G para que los dispositivos IoT tengan la máxima facilidad a la hora de explotar estas capacidades. “De esta manera, no es necesario que los dispositivos sean muy sofisticados. Las capacidades que necesitarán estarán en la red y al alcance”, afirma el CTIO. Telefónica tuvo la oportunidad de compartir en el MWC’18 las ventajas del Edge Computing como uno de las principales novedades en la industria.
Más densidad, menor latencia y más espectro
Y en este escenario de posibilidades extraordinarias, que intuimos más cercano de lo que imaginamos, resulta esclarecedor advertir las variaciones en el consumo de datos medio de un cliente de Telefónica. Según Blanco, hace cinco años el consumo medio de un cliente en la red móvil estaba por debajo de 1 Gb al mes. Asimismo, en España el tráfico de datos móviles en el último año ha crecido un 105%, y no se contempla que vaya a disminuir.
Sabiendo que el espectro radioeléctrico es el medio por el cual se transmiten las frecuencias de ondas de radio electromagnéticas que permiten las telecomunicaciones (radio, televisión, Internet, telefonía móvil, televisión digital terrestre, etc.), y que se divide en bandas de frecuencia que competen a cada servicio que estas ondas electromagnéticas están en capacidad de prestar, cabe destacar que el 5G trae más bandas de espectro asignadas, aporta más capacidad de espectro, y supone una tecnología que ofrece más eficiencia espectral. Es decir, que es capaz de sacar más provecho al espectro asignado.
En 5G vamos a usar tres tipos de bandas: bajas, entorno a los 700MHz; medias, en 2,6 y 3,5 GHz; y muy altas, en el rango de 28-39 GHz, que denominamos, genéricamente, milimétricas De ellas, las más relevantes son las muy altas, por dos motivos: anchos de banda muy superiores a los conocidos hasta ahora (cientos de MHz en lugar de decenas), y características de propagación especiales.
Gracias a estas características es posible conseguir velocidades muy elevadas, de hasta 10 Gbps (en LTE podremos llegar a 1-2Gbps dependiendo de la cantidad de espectro que asignemos). Por otro lado, la latencia de la red va a ser muy inferior a la de 4G, llegando a ofrecer, entre 1 y 10 milisegundos, lo que va a hacer posible ofrecer servicios que hasta ahora no eran posibles con la red actual. 5G también trae la capacidad de conectar muchos más dispositivos. Por lo tanto, todo esto se traduce en más densidad, menor latencia y más espectro.
Virtualizar la Red
Uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta la red va a ser, sin duda, el de su virtualización. Y la virtualización es clave para el 5G. La virtualización de red es la base para poder ofrecer a los clientes la flexibilidad y conectividad excelente que demanda esta tecnología.
Como ejemplo, para una red virtualizada, desplegar una nueva funcionalidad o aumentar la capacidad de una determinada función ya existente supondrá poder hacerlo de forma inmediata y directa sobre el software en lugar de desplegar un equipo físico nuevo. Esto conlleva mayor velocidad, flexibilidad y escalabilidad en la actualización o mejora de las capacidades de red (pasaremos de días a minutos). De la misma forma, podrá desinstalarse en minutos. Esto es lo que se conoce como virtualización de red.
Éste es un elemento clave para ser competitivos y dar una respuesta solvente a los nuevos desafíos tecnológicos como es el 5G. Es necesario trabajar en un entorno abierto para facilitar la redistribución de capacidades y la incorporación de nuevas funcionalidades de forma ágil.
Por ejemplo, funciones de control situadas en el núcleo de red podrán situarse más cerca del cliente para reducir tiempo de respuesta (latencia). Por otro lado, funciones de acceso, que no tengan requisitos de latencia o volumen de datos, podrán centralizarse en los data centers para mejorar la eficiencia. Esto se conoce como nubificación y hará posible la provisión de servicios que hasta ahora no eran posibles.
Todo ello va a permitir la construcción de redes lógicas con características especiales para atender los requisitos de determinados servicios, sectores o clientes sobre una misma infraestructura física. Es lo que se denomina en inglés Network Slicing. Hacer frente a estos desafíos tecnológicos es la clave para soportar la tecnología 5G y el crecimiento exponencial de tráfico.
“Europa necesita inversiones en 5G”
La localización geográfica de esta tecnología constituye otro punto a considerar. El mercado asiático, asociado a los JJOO de Corea del Sur y Japón, está haciendo un despliegue pre-5G, igual que EE.UU., que también está empezando a incentivar su uso. No obstante, a pesar del inmenso despliegue de fibra en España, el panorama en Europa no resulta tan alentador, donde la necesidad de inversiones es palpable. Enrique Blanco alerta de esta situación: “La sociedad europea debería empujar más para que el 5G venga de la mano de una revolución industrial notable. Hasta que los servicios y los ingresos no estén perfectamente definidos no vamos a contar con despliegues masivos”.
Sin embargo, esto indica que este desarrollo tiene que priorizar el interés general por encima del rendimiento económico: “El acceso al espectro debería ser un acceso para desarrollar la sociedad y no para capturar los activos de las operadoras”. Un contexto, en el que Telefónica lleva tiempo trabajando. El desarrollo del 5G y su liderazgo en el panorama de las telecomunicaciones resulta innegable.
Durante el pasado Mobile World Congress, la multinacional presentó la evolución de su plataforma Telco Cloud-UNICA, y lo hizo integrando una función de red virtualizada (en este caso, el core de paquetes de la red móvil) y cargando sobre ella cuatro slices de red, lo que permitió demostrar el concepto de Network Slicing 5G con visión extremo a extremo.
“Desde Telefónica tenemos que garantizar que todos nuestros clientes tengan la mejor experiencia de conectividad posible, por eso, estamos totalmente comprometidos con el desarrollo de la tecnología 5G, que abrirá necesariamente nuestro ecosistema de telecomunicaciones a las distintas industrias verticales. Llevamos años preparando y transformando nuestras redes, porque entendemos que es imprescindible que sean más flexibles y escalables. En esta evolución a 5G la virtualización es clave, como también lo es la capacidad que ofrece la fibra para poder evacuar todo el tráfico que sale de las antenas”, insiste Blanco.
En definitiva, el 5G se presenta como el nuevo estándar de red en términos globales. Sin embargo, su potencial va mucho más allá de ofrecer una mejora en la velocidad de los dispositivos a nivel de usuario. Estamos frente a la tecnología que va a satisfacer la ola de servicios vinculados al IoT que espera instaurarse, definitivamente, en la sociedad durante los próximos años. En este sentido, hablamos de más capacidad, más densidad de equipos conectados, alta fiabilidad y ultra-baja latencia; características que solo el 5G puede conferir y que hacen de ella una tecnología clave para el desarrollo de la sociedad digital.