La energía eólica es la primera fuente de generación renovable de España. Según datos de Red Eléctrica Española, a finales de 2023, la potencia instalada de eólica era de 30.810 MW anuales. Y todo apunta a que esa cifra será superada en años venideros. Pero para que los molinos de viento sean realmente sostenibles, conviene alargar la vida útil de los aerogeneradores. Algo que se viene logrando con nuevos materiales y diseños.
Los primeros molinos de viento que se instalaron en la península ibérica datan de 1984. En aquel entonces, se iban a producir unos 250.000 kW anuales. Hoy, la energía eólica es responsable del 24,5% de la electricidad generada en toda España. Lo que equivale a los 30.810 MW antes mencionados. Y se tienen contabilizados más de 22.000 aerogeneradores. Un parque de instalaciones eólicas de distintos tamaños y en el que se combinan molinos de última generación con otros que están a punto de jubilarse.
La vida útil de los aerogeneradores es de entre 20 y 25 años. Un buen mantenimiento permite alargar la vida de estos gigantes hasta los 30 años. Haciéndolos más rentables y sostenibles. Pero todo depende de muchos factores, como las temperaturas extremas, la humedad, la erosión o dónde estén instalados. No afecta igual a su vida útil que estén en la costa o en el interior. Y, en los próximos años, España podrá disponer de instalaciones eólicas marinas. Algo en lo que otros países nos llevan la delantera, como Noruega o Reino Unido.
Reparaciones y reciclaje de molinos eólicos
Los aerogeneradores españoles tienen una vida media de 14 años. Una cifra que coloca la eólica española entre las más longevas de Europa. Y los planes van hacia un parque eólico mayor que el actual. En 2025, se deberán superar los 10 GW anuales de generación de electricidad mediante fuentes eólicas. Y en 2030, esa cifra deberá ser de 20,5 GW. Así que uno de los grandes retos, una vez instalados los molinos eólicos, es garantizar que la vida útil de los aerogeneradores es lo más larga posible para garantizar tanto su rentabilidad como su sostenibilidad.
En la actualidad, las instalaciones eólicas están monitorizadas constantemente con el uso de sensores y demás dispositivos electrónicos. Por otra parte, gracias a los drones es posible la vigilancia y revisión a distancia. Especialmente en lugares de difícil acceso. La última tecnología incorporada al mantenimiento de molinos eólicos es la inteligencia artificial. Los algoritmos permiten diagnosticar y prevenir posibles errores y problemas de funcionamiento con anterioridad a que se produzcan. Con ayuda de los datos recopilados previamente y que permiten saber cuándo se va a resentir la eficiencia de determinados componentes de los aerogeneradores como las palas o las propias turbinas.
Y cuando no queda otra, la solución es sustituir los generadores antiguos por modelos de nueva generación. Los molinos de viento más punteros generan más electricidad con menos esfuerzo, soportan condiciones más extremas sin necesidad de parar de funcionar y, finalmente, están fabricados con materiales más duraderos. De manera que la vida útil de estos nuevos aerogeneradores es superior a los más antiguos, pese a que algunos de ellos siguen en pie. Y una vez desmantelados, más del 80% de los materiales de los aerogeneradores son reutilizables. Especialmente los componentes metálicos. La parte más complicada tiene que ver con las palas, compuestas de resinas reforzadas con fibra de vidrio y fibra de carbono. Y que, por regla general, suelen acabar en vertederos.
Alargar la vida útil de los aerogeneradores
Cada nueva generación aumenta con creces la vida útil de los aerogeneradores. Algo que es posible gracias a la investigación constante y a proyectos como Duralink. Financiado con fondos europeos, y coordinado por el Centro Tecnológico Eurecat, el objetivo es encontrar soluciones para alargar la vida útil de los molinos de viento de última generación. Para ello se van a destinar más de 2,6 millones de euros. Y en el proyecto participarán siete socios públicos y privados de cuatro países: España, Francia, Bélgica y Alemania.
Por un lado, quieren desarrollar “nuevas soluciones para extender la vida útil de las soldaduras y cadenas de acero en las estructuras de las nuevas generaciones de grandes turbinas eólicas”. Esto se podría lograr reduciendo “el peso de las estructuras” para hacerlas más resistentes, económicas y competitivas. Especialmente en la generación de energía eólica renovable en alta mar, un tipo de fuente eólica cada vez más eficiente y rentable.
Según sus responsables, “esta iniciativa permitirá evaluar nuevos modelos para el comportamiento mecánico en situaciones de fatiga mecánica en entornos corrosivos en componentes de acero para estructuras grandes y los difundirá para que puedan aplicarse en las turbinas eólicas marinas flotantes del futuro”. Los resultados de las investigaciones y descubrimientos logrados bajo el paraguas del proyecto Duralink será compartidos “a los sectores de la energía eólica, el acero y la industria pesada. También se compartirán con los organismos de normalización, lo que ayudará a promover el uso de los nuevos recubrimientos y aceros de otras resistencias desarrollados en el proyecto en turbinas eólicas flotantes”.
Europa tenía, a finales de 2023, la capacidad de generar 18,3 GW de electricidad con energía eólica. El 79% de las nuevas instalaciones son terrestres, si bien la eólica marina europea logró su cifra más alta de generación eléctrica, 3,8 GW. Los países con mayor capacidad eólica son Alemania, Reino Unido, España, Países Bajos, Suecia, Portugal, Lituania y Grecia. En estos países, el 20% o más de su electricidad generada es gracias a los molinos de viento.