El programa Artemis, Artemisa en castellano, es posiblemente uno de los proyectos más ambiciosos en la exploración espacial. No solo de la NASA. Además de Estados Unidos, también participan las agencias espaciales europea (ESA), canadiense (CSA), japonesa (JAXA), australiana (ASA), israelí (ISA) y argentina (CONAE). Y el objetivo es volver a la Luna y convertirla en la primera colonia humana permanente en el espacio. Además, será clave para las futuras misiones, tripuladas o no, hacia otros planetas y rincones del espacio. Como Marte. Y más allá.
Pero volver a la Luna no es tan fácil. Solo doce astronautas han pisado el suelo lunar. Y otros doce los han acompañado en tan arriesgado viaje. Es más. Una cosa es ir a nuestro satélite. Y otra muy distinta es permanecer allí. Vivir en la Luna. Es por eso que alrededor del programa Artemis hay multitud de planes y proyectos. Como, por ejemplo, los Acuerdos de Artemisa, que pretende poner paz en un futuro en el que el ser humano sea capaz de extraer recursos naturales del espacio. O las telecomunicaciones que se usarán en la Luna.
La misión Artemis I, Artemisa 1 en español, dio los primeros pasos en esa dirección. Volver a la Luna. Pero fue una misión no tripulada. El objetivo era probar el cohete SLS. Un viaje de ida que debía llegar a la Luna y orbitar a su alrededor. En el cohete viajaba la nave espacial Orión. Y el lanzamiento se realizó desde el Centro Espacial Kennedy. El viaje también se aprovechó para lanzar diez satélites CubeSat. La misión fue bien. La nave Orión sobrevoló la Luna en dos ocasiones y volvió a la Tierra, amerizando sin problemas. Pero la misión Artemis II no será tan simple. Y, al parecer, sus responsables se están encontrando con toda clase de problemas.
Dificultades y retrasos para volver a la Luna
En la página oficial de la NASA hay una entrada dedicada a la misión Artemis II. Y dice que el lanzamiento de esta misión no se producirá “antes de septiembre de 2025”. Su duración es de, en principio, diez días. Esta segunda misión volverá a probar el cohete SLS, acrónimo de Space Launch System. Es decir, Sistema de Lanzamiento Espacial. Se trata del cohete que debe suceder a los ya jubilados transbordadores espaciales. Ya se intentaron sustituir con los cohetes Ares I y Ares V del programa Constelación (2004-2010), pero este proyecto acabó por cancelarse.
La misión Artemis II será la primera misión tripulada de la NASA abordo del cohete SLS y de la nave Orion. En principio, cuatro tripulantes. Una mujer y tres hombres. Uno de ellos, afroamericano. Todo un hito que deberá poner los cimientos para la siguiente fase, la misión Artemis III. Y que tendrá, entre sus principales objetivos, permitir que ponga el pie en la Luna la primera mujer. Pero no corramos tanto.
Inicialmente, esta segunda misión Artemis, para volver a la Luna, debía producirse en septiembre de 2024. Si estás leyendo esto, sabrás que no se ha producido. En enero de este año, se anunció el cambio de fechas para Artemis 2 y 3. El motivo principal, garantizar la seguridad de los astronautas. Pese a que Estados Unidos vive una segunda carrera espacial, con China como principal contendiente, la NASA no está tan presionada para asumir riesgos materiales o humanos. Como sí sucedió con el primer alunizaje. Que todo fuera mínimamente bien, fue toda una proeza.
Problemas con la nave Orión y el cohete SLS
En la videoconferencia de principios de año que dio el administrador de la NASA, Bill Nelson, se dijo que había tres problemas, principalmente. Uno tenía que ver con la erosión de los materiales de la nave Orión. El segundo afectaba al sistema de soporte de vida de la cápsula. Y, como no hay dos sin tres, el tercer problema afectaba al sistema de cancelación de lanzamiento de la Orión. Hay que tener en cuenta que se está trabajando con tecnologías nuevas. Y que hay muchos actores, equipos y actividades que se suceden alrededor del proyecto.
Lo último que se ha dado a conocer, en forma de rumores, es que el cohete SLS podría abandonarse. Es decir, que esta parte del proyecto para volver a la Luna, y permanecer en ella, se cancelaría. El rumor surge del medio online Ars Technica. Más concretamente, de su reportero especializado en exploración espacial, Eric Berger. En su cuenta de X, antes Twitter, decía que según sus fuentes, el sistema de lanzamiento SLS está cancelado al 50%.
¿Los motivos? Oficialmente, no se ha dicho nada. Si bien el anterior administrador de la NASA, Michael Griffin, ya expuso en una audiencia interna su opinión al respecto. Básicamente, vino a decir que era excesivamente complejo, tiene un precio poco realista, compromete la seguridad de la tripulación, plantea un riesgo muy alto de finalización de la misión y es muy poco probable que se complete de manera oportuna, incluso si tiene éxito.
Extraoficialmente, hay quejas políticas y técnicas, dentro y fuera de la NASA, sobre el elevado coste del cohete SLS, principalmente porque es de un solo uso. Y porque ya lleva varios retrasos. Hay que tener en cuenta que el proyecto del cohete SLS empezó en 2011. Y su coste estimado, hasta ahora, es de más de 6.000 millones de dólares. Según las últimas estimaciones.
SpaceX como solución al problema
Aunque la NASA es una agencia espacial, y como tal, es un organismo público que forma parte del gobierno de Estados Unidos, siempre ha contado con la participación de empresas privadas. Es más. Gracias a la apuesta de la NASA por enviar naves y sondas al espacio, existe todo un ecosistema público y privado de empresas que desarrollan tecnología que luego va a parar al gran público. Es el caso del GPS, la telefonía móvil, la ropa adherente, la comida liofilizada y multitud de otros ingenios que usamos a diario.
En el caso del cohete SLS, que tantos problemas está dando, y que debería llevar de nuevo al ser humano a la Luna, en el proyecto trabajan las empresas Aerojet Rocketdyne, Boeing y Northrop Grumman. E indirectamente, Lockheed Martin Space, subsidiaria de uno de los mayores fabricantes de aviones, y que forma parte del proyecto a través de United Launch Alliance, empresa formada por la antes mencionada y Boeing.
Así pues, si se confirma que el cohete SLS queda cancelado, como ya sucedió con sus predecesores, los cohetes Ares, la principal empresa candidata a cubrir ese hueco para hacer realidad el volver a la Luna recaería en SpaceX. Conocida por ser propiedad del multimillonario Elon Musk. Según un artículo publicado en The New York Times en octubre de este año, la empresa SpaceX de Musk tiene ya firmados contratos con la NASA por un valor estimado de 11.800 millones de dólares. Así que un nuevo contrato no sería descartable. Si tenemos en cuenta que SpaceX está en cabeza en la fabricación y puesta en marcha de cohetes que pueden despegar y aterrizar. Lo que abarataría con creces el proyecto Artemis.
De todas formas, aunque la parte del cohete se resolviera con la incorporación de los cohetes Falcon de SpaceX, faltaría resolver los problemas asociados a la nave Orión. El mes pasado, más de ocho meses después de anunciar el retraso en el lanzamiento de Artemis 2, se volvió a hablar de otro posible retraso. Es decir, que septiembre de 2025 tampoco sería la fecha definitiva, según un informe público de un equipo independiente. Los problemas relacionados con la insuficiente resistencia al calor de la nave Orión siguen sin resolverse. Y aunque queda todo un año por delante, el tiempo apremia si queremos volver a la Luna.