Colonizar la Luna se ha convertido en una de las misiones más importantes de las principales agencias espaciales. El motivo es que, instalándonos allí de forma permanente, los viajes espaciales a lugares más recónditos serán más fáciles de realizar al no haber una atmósfera que dificulte el lanzamiento de un cohete. Pero para hacer habitable la Luna son necesarias muchas pruebas y misiones previas. Una de ellas consiste en poder localizar objetos, instalaciones, vehículos y personas en la superficie lunar. Es decir, utilizar tecnología GPS en la Luna.
En artículos anteriores hemos visto cómo agencias espaciales como la NASA, la ESA y muchas otras colaboran para desempeñar misiones enfocadas en la Luna. Dos ejemplos. Dotar la Luna con telecomunicaciones 5G similares a las que tenemos en la Tierra. O idear un sistema que permita transportar oxígeno en las futuras instalaciones habitables lunares. Otro elemento importante es el de poder ubicar sin margen de error la posición de todo cuanto esté en la superficie lunar.
Para ello, la agencia estadounidense NASA y la agencia espacial italiana (ASI) han unido esfuerzos en un experimento que, por primera vez, logra aplicar el GPS en la Luna. El nombre del proyecto es LuGRE, acrónimo de Lunar GNSS Receiver Experiment, es decir, experimento del receptor GNSS lunar. Por su parte, GNSS es el acrónimo de Sistema Global de Navegación por Satélite. Estados Unidos cuenta con el popular GPS, mientras que la Unión Europea desarrolló el sistema Galileo. Más preciso pero menos extendido mundialmente.
Cómo ubicarte en el espacio sin GPS
La manera en que los ingenieros de la NASA, y de otras agencias espaciales, ubican y detectan las naves espaciales y demás mecanismos creados por ellos, es mediante una combinación de mediciones, sensores ubicados en la propia nave y señales de rastreo que provienen de la Tierra. Una combinación compleja pero útil.
Pero gracias a la implementación de un sistema GNSS como es el GPS o Galileo, en adelante, las naves y demás objetos espaciales que alunicen o se muevan por la Luna serán más fáciles de situar o ubicar. Además, el proceso de rastreo por GPS en la Luna será automático y hará posible que naves y futuros vehículos lunares puedan utilizar esta información de manera autónoma. Eso en la Luna. Pero, a largo plazo, las misiones espaciales que partan de la Luna también podrían emplear estas tecnologías de navegación por satélite.
En qué consiste el proyecto LuGRE
La NASA cuenta en su página web oficial en qué consiste el proyecto LuGRE. “The Lunar GNSS Receiver Experiment”. Se trata de una colaboración entre la NASA de Estados Unidos y la ASI de Italia para probar la viabilidad de utilizar posicionamiento y navegación basada en GNSS en la Luna. O, para simplificar, usar GPS en la Luna.
El proyecto se aprobó inicialmente en 2023. Y consistía, básicamente, en enviar una carga útil a la Luna a través de la misión BGM1, es decir, Blue Ghost Mission 1. Llevada a cabo por la empresa privada Firefly Aerospace, consistía en enviar un módulo no tripulado a la Luna. La primera en lograr este hito, precedido de anteriores misiones desempeñadas por agencias espaciales públicas.
Como en el sector aeroespacial no se desaprovecha nada, debido a que los recursos son limitados y costosos, la NASA y la ASI aprovecharon ese viaje para enviar un receptor GNSS de señales débiles, una antena de parche de banda L de alta ganancia, un amplificador de ruido bajo y un filtro de RF. Esos componentes, combinados, deberían ser capaces de recibir y rastrear señales GPS y Galileo en la Luna.
En la práctica, el proyecto LuGRE ha logrado varios hitos. Como, por ejemplo, recibir las señales GPS y Galileo para posicionamiento de la nave a unos 362.000 kilómetros de distancia de la Tierra. Una cifra que supera el récord de 2019, que alcanzó los 187.000 kilómetros aproximadamente.

La misión BGM1, que contenía los componentes de LuGRE, empezó el 15 de enero de 2025 con el lanzamiento, desde el Centro espacial Kennedy, de un cohete SpaceX Falcon 9 Block 5. Ese cohete transportaba dos módulos de alunizaje: el Blue Ghost, del que estamos hablando, y el Hakuto-R Mission 2. El módulo Blue Ghost finalizó su misión el pasado 2 de marzo de 2025 alunizando y entregando sus diez cargas útiles. Entre ellas, LuGRE.
Qué implica disponer de GPS en la Luna
Una vez en la Luna, los componentes de LuGRE estuvieron en funcionamiento durante 14 días para que, desde la Tierra, se realizaran las pruebas pertinentes. El objetivo es recopilar datos para así comprobar, como hemos visto, hasta qué punto es posible aprovechar el GPS en la Luna. Y, una vez esos datos estén disponibles, la idea es publicarlos para que cualquiera pueda usarlos en sus propias investigaciones. Lo que ayudaría mucho al desarrollo de tecnologías de posicionamiento y navegación GNSS y a las agencias espaciales en general.
Este y otros experimentos, lejos de ser proyectos independientes o aislados entre sí, se engloba en las misiones Artemis. Artemisa en español. Uno de los megaproyectos espaciales más ambiciosos de los últimos tiempos y que quiere volver a enviar astronautas a la Luna. Y, a largo plazo, habitar la Luna de forma permanente y usarla de base de operaciones para futuras misiones espaciales. Tener GPS en la Luna, como hemos visto, ayudaría mucho en esta megaproyecto, tal y como podemos comprobar en la propia Tierra con el uso intensivo que hacemos de estas tecnologías en navegación aérea, marítima y terrestre.