El grupo Wood Mackenzie estima que para el año 2040 habrá 323 millones de coches eléctricos en circulación.
El ritmo de adopción de la nueva movilidad es constante pero aún está en sus comienzos. Pese a los rápidos ratios de crecimiento, el motor tradicional domina mayoritariamente las ventas. Y no solo eso, lo hace de forma absolutamente apabullante en cuota de mercado. Pero el camino se anda poco a poco y para 2040 ya se habrá andado una parte. Así lo estima la consultora Wood Mackenzie. Según sus cálculos, para esa fecha habrá 323 millones de coches eléctricos en circulación.
Para cuando llegue el año 2040, se venderán unas 45 millones de unidades de coches eléctricos anualmente. Las cifras son un poco más bajas que predicciones anteriores. La consultora las ha rebajado un 2% debido a la pandemia. El impacto en la cadena de suministro, la fabricación y el consumo será de tal magnitud que retrasará la adopción en dos años. Si bien dará una oportunidad para que el nuevo mercado despegue con fuerza.
La cantidad de coches eléctricos en circulación se verá impulsada por la inversión de los fabricantes de automoción. Estos han optado desde hace unos años por dedicar una parte importante de sus recursos a convertirse al motor alternativo. Volkswagen ha hablado incluso de producir 50 millones de unidades de los nuevos vehículos, aunque no ha concretado en qué plazo.
Hay que destacar que parte de la I+D de las compañías de automoción se destina ahora al motor eléctrico. Sin olvidar, claro está, las tecnologías del coche conectado, ya sea internas o añadidas por terceros, como es el caso del Movistar Car de Telefónica. Y sin dejar de lado tampoco los aspectos más a futuro, como la conducción autónoma en la que el desarrollo del 5G por parte de la operadora tendrá mucho que decir en el futuro de la movilidad sin latencia.
Los esfuerzos periféricos
El cálculo de coches eléctricos en circulación incluye una prospección del volumen de la red de recarga que existirá. En 2030 ya habrá 32,5 millones de puntos de carga residenciales o públicos. Esto supondrá 2.700 millones de dólares de inversión.
La mayoría de las grandes marcas de automoción se ha fijado como objetivo ser neutros en huella de carbono en 2050. Y los coches eléctricos ayudarán a que así sea. De hecho, pretenden ser la principal arma para que esto ocurra. Pero aun así no será posible reducir las emisiones.
Desde Wood Mackenzie comentan que pese al crecimiento en la circulación de coches eléctricos, las emisiones del transporte no caerán en picado. La curva se aplanará pero no descenderá. Entre ahora y 2040, el dióxido de carbono emitido por los medios de transporte se incrementará en 1,3 megatoneladas.