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¿La mejor forma de capturar CO2? Recurriendo a fuentes geotérmicas

El CO2 o dióxido de carbono es un gas que todos conocemos por sus implicaciones en el medio ambiente. Como todo, demasiado CO2 es malo para la vida humana y para el planeta. Pero este compuesto de carbono y oxígeno tiene su razón de ser. Es necesario para la fotosíntesis de las plantas y lo empleamos en la industria y en el sector sanitario. Sin embargo, el ser humano lleva décadas generando demasiado CO2 a través de la combustión de madera, combustibles fósiles, carbón o gas natural. Para el transporte, la industria y demás actividades humanas. Así, una manera de recuperar ese exceso consiste en capturar dióxido de carbono nada más producirse y almacenarlo y reutilizarlo.

El ser humano lleva tiempo buscando maneras de incrementar la sostenibilidad mediante la reducción en la generación de dióxido de carbono en los procesos industriales y en el transporte. Aunque, en ocasiones, resulta inevitable. Y, por otro lado, busca maneras de recuperar o capturar ese dióxido de carbono para que no llegue a la atmósfera. Una alta concentración de CO2 en la atmósfera genera el llamado efecto invernadero, que, en palabras de Wikipedia, “hace que el dióxido de carbono caliente la superficie y la atmósfera inferior y enfríe la atmósfera superior”. Esto hace que la temperatura del planeta suba, alterando así el delicado equilibro climático de la Tierra.

Así que mientras la inercia de la economía nos empuje a seguir generando CO2, no queda otra que buscar métodos para capturar ese CO2 que producimos en exceso. En el pasado he hablado de varios proyectos, como los que se gestaron en Noruega. Y, cada cierto tiempo, científicos de todas partes anuncian maneras de capturar dióxido de carbono, como el MIT o estos proyectos de la Unión Europea. Hoy toca hablar de una propuesta de Martina Leveni y Jeffrey M. Bielicki, científicos de la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos. Y que consiste en aprovechar la geotermia para capturar CO2 y mantenerlo bajo tierra, lejos de la atmósfera terrestre.

Capturar y almacenar dióxido de carbono con geotermia

La investigación de Leveni y Bielicki consiste en utilizar lo que llaman almacenamiento geológico de CO2, por sus siglas en inglés GCS. Es decir, “almacenar geológicamente en acuíferos salinos profundos” ese dióxido de carbono. De esta manera, no sería necesario producir CO2 ni utilizar energías contaminantes para la captura y almacenamiento del gas de efecto invernadero. Algo que ocurre con algunos de los métodos empleados en la actualidad. En su lugar, la energía geotérmica, limpia y relativamente barata, cubriría las necesidades.

El método de estos científicos se explica básicamente combinando tecnologías de captura directa de dióxido de carbono en el aire (por sus siglas en inglés DACC) y energía geotérmica. Así, los sistemas de eliminación de dióxido de carbono a gran escala podrían suministrarse con suficiente energía para eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera y almacenarlo de forma segura bajo tierra. Un método más eficiente y limpio, según los resultados de la investigación, publicada en Environmental Research Letters.

Capturar dióxido de carbono mediante fuentes geotérmicas
Esquema del sistema para capturar CO2 y guardarlo en almacenes geotérmicos

El sistema propuesto ha sido bautizado como captura directa de CO2 en el aire con utilización y almacenamiento de CO2, por sus siglas en inglés DACCUS. El método propuesto utiliza el calor natural almacenado debajo de la superficie de la Tierra. En concreto, dentro de los acuíferos salinos profundos, formaciones geológicas subterráneas que contienen roca sedimentaria y agua salada. En estos acuíferos se podría producir energía renovable para los sistemas para capturar dióxido de carbono.

El dióxido de carbono capturado del aire se aísla en estas formaciones geológicas, y parte de él se puede circular para extraer el calor geotérmico. Esta circulación lleva el calor a la superficie, donde se puede usar directamente o convertir en electricidad para alimentar el sistema. De manera que, además de capturar CO2, se utilizaría parte del mismo para generar energía limpia.

De la teoría a la práctica

Muchas de las investigaciones que nos llegan ofrecen propuestas y soluciones a problemas. Y para validar sus teorías, realizan pruebas y experimentos a distintas escalas. En el caso que nos ocupa, si bien no hay un ejemplo práctico en marcha que confirme la investigación, sí hay una propuesta de posible aplicación de este nuevo sistema para capturar dióxido de carbono de manera más limpia y eficiente. En concreto, se podría aplicar a la costa del golfo de Estados Unidos. Una zona que comprende varios estados, entre Texas y Florida, y donde abunda la industria petroquímica, una de las principales generadoras de CO2. Casi 4.000 plataformas petroleras lo atestiguan.

“Consideramos escenarios hipotéticos pero realistas para el despliegue de DACCUS en los Estados Unidos la región de la costa del golfo. Esta región tiene muchas fuentes sustanciales de CO2 que están ampliamente distribuidas y es probable que persistan durante décadas, reservas de GCS (geological carbon storage, almacenamiento geológico de carbono) con grandes capacidades de CO2 y flujos de calor geotérmicos y temperaturas de acuíferos adecuados”. 

Con la información que recopila el Departamento de energía de Estados Unidos, los científicos han llegado a la conclusión que en esa región podrían construir entre 25 y 27 unidades de evaluación de almacenamiento. Si el proyecto empezara en 2025, las primeras unidades estarían operativas en 2030. Y para 2050, el proyecto funcionaría a pleno rendimiento. Esas instalaciones, con el método propuesto, cubrirían sus propias necesidades energéticas en hasta el 90%, de manera que no generaría más dióxido de carbono en el proceso de capturar CO2 y mantenerlo almacenado de forma segura. Evitando, así, que el planeta siga calentándose de manera precipitada por culpa del efecto invernadero.

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