A finales de octubre, Microsoft presentaba sus resultados. Y como ha venido ocurriendo en meses anteriores, la inteligencia artificial está ayudando a que sus resultados sean muy positivos. En concreto, su área de negocio Intelligent Cloud, o nube inteligente, representa el 20% de sus ingresos de finales de 2024. Frente al 17% de la informática personal y el 12% del área de negocios y productividad. Y todo apunta a que la inteligencia artificial seguirá impulsando los beneficios de Microsoft en 2025. De ahí que uno de sus proyectos venideros tenga que ver con la utilización de centros de datos más sostenibles.
Una de las críticas que se le hacen a la inteligencia artificial es que, para funcionar, requiere de muchos recursos. Es decir, los modelos de IA generativa funcionan en servidores, es decir, máquinas muy potentes, almacenadas en centros de datos. Y esos centros de datos consumen electricidad y agua, principalmente. Electricidad para alimentar esas máquinas. Y agua para enfriarlas. No es nada nuevo. En las últimas décadas, los centros de datos han ganado protagonismo gracias a la computación en la nube. Cloud computing en inglés. En esos centros se almacenan millones de datos y se ejecutan aplicaciones y servicios.
Así que si Internet y todo lo que la rodea depende de centros de datos, en el contexto actual de crisis climática se hace necesario tomar decisiones como reducir su impacto. O dicho de otra manera, apostar por centros de datos más sostenibles. Con anterioridad hemos visto proyectos enfocados hacia la sostenibilidad de los data centers, como el uso de centros de datos para calentar hogares. Y si nos centramos en Microsoft, en el pasado han probado suerte con ideas tan rompedoras como alimentar sus instalaciones con hidrógeno o colocar centros de datos bajo el mar.
Centros de datos más sostenibles y sin agua
El agua es uno de los elementos clave cuando hablamos del consumo de recursos por parte de los centros de datos. Se trata de un recurso natural limitado y sobreexplotado por el ser humano. Aunque el planeta Tierra es conocido como planeta azul, por su gran cantidad de agua, en su práctica totalidad es imbebible. Y la crisis climática está haciendo que el acceso al agua sea cada vez más complicado. La historia de la humanidad está repleta de ejemplos en los que la escasez de este recurso ha provocado conflictos bélicos y la caída de civilizaciones enteras.
La enésima propuesta de Microsoft, en relación con centros de datos más sostenibles, tiene que ver con la ausencia de agua para su mantenimiento. O, mejor dicho, menos agua para enfriar sus instalaciones de servidores y procesadores, que a pleno rendimiento y con un uso intensivo las 24 horas del día, generan una enorme cantidad de calor. La demanda de centros de datos es imparable y va en alza, especialmente gracias al impulso de la inteligencia artificial.
El diseño de data centers que propone Microsoft, presentado en agosto de este año, prescindiría de agua. Lo que, según sus cifras, implicaría dejar de gastar 125 millones de litros de agua. Cada año. Por cada centro de datos. Aunque, en realidad, sí emplea agua. Una cantidad inicial que, mediante un circuito cerrado, se iría renovando sin necesidad de reponer agua al ritmo actual. A lo que hay que añadir el agua necesaria para los trabajadores de esos centros de datos en servicios y cocinas. No es una solución perfecta al 100%, pero sí plantea una gran mejora respecto a los centros de datos actuales. Y la idea es seguir avanzando hacia los centros de datos cada vez más sostenibles.
Cómo son estas infraestructuras
En un artículo publicado en la web oficial de Microsoft, Steve Solomon, vicepresidente y responsable de ingeniería de infraestructura de centros de datos, explica detalladamente en qué consisten estos nuevos centros de datos más sostenibles. Su propósito es “optimizar las cargas de trabajo de IA y consumir cero agua para la refrigeración”. Sobre el consumo de agua, este diseño plantea refrigerar los chips directamente, en vez de toda la maquinaria en conjunto. Y empleando un control de temperatura que no implica la evaporación de agua.
“Tradicionalmente, el agua se ha evaporado en el lugar para reducir la demanda de energía de los sistemas de refrigeración. La sustitución de los sistemas evaporativos con refrigeración mecánica aumentará nuestra eficacia de uso de energía”. A esto hay que añadir la estrategia de “refrigeración a nivel de chip”, que permite enfriar el hardware con menos energía. O dicho de otra manera, con temperaturas no tan bajas.
Según los datos que ofrece Microsoft, en su último año fiscal, sus centros de datos consumieron una media de 0,30 litros por kWh. Comparada con la cifra de 2021, en la que esa cifra era de 0,49 litros por kWh. El objetivo, con este nuevo diseño, es superar esas cifras y reducir el uso de agua y/o implementar agua reciclada, tal y como viene ocurriendo en sus centros de datos de Texas, Washington, California o Singapur.
La imparable inversión en centros de datos
De enero a junio de 2024, Microsoft ha invertido 50.000 millones de dólares en construir centros de datos. En su gran mayoría, enfocados a satisfacer la demanda de empresas y particulares en relación con la inteligencia artificial. La IA es una tecnología que requiere máquinas potentes que funcionen a pleno rendimiento. Y los centros de datos permiten satisfacer esa necesidad de la manera más económica y eficiente posible.
El nuevo diseño de centros de datos sostenibles de Microsoft empezará a hacerse realidad en 2026, según informan Forbes y Bloomberg. Estaríamos hablando de infraestructuras recién construidas y que ya están proyectadas en zonas de Estados Unidos como Phoenix, Mount Pleasant o Wisconsin. Así que, en los próximos años, convivirán viejos y nuevos centros de datos. Pero no será hasta finales de 2027 que los centros de datos antes mencionados estén plenamente operativos.
En España, Microsoft inauguró su primera región cloud en la Comunidad de Madrid. Una infraestructura para “proporcionar servicios de Inteligencia Artificial y cloud a empresas y organismos públicos”. No es descartable que sus instalaciones futuras se beneficien de estos nuevos centros de datos sostenibles. Reduciendo así la huella hídrica de estas infraestructuras, tan necesarias, pero que deben adaptarse a la escasez de recursos disponibles.