Las tendencias en cloud computing que veremos en 2024

La nube empezó siendo un concepto abstracto que representaba el almacenamiento de archivos en servidores externos a nuestros ordenadores. Pero en la actualidad se ha convertido en un ecosistema con entidad propia del que se benefician usuarios, empresas y profesionales de cualquier sector. El cloud computing mueve, en todo el mundo, decenas de miles de millones. Y ofrece toda clase de servicios gracias a su escalabilidad, flexibilidad y eficiencia.  

Desde hace años, el cloud computing permite realizar tareas de enorme complejidad a través de Internet. Tareas como almacenamiento de datos, análisis de datos, desarrollo y ejecución de aplicaciones y procesamiento de transacciones, entre otras muchas operaciones. La nube permite interactuar con software y hardware. Y actuar, en sí misma, como infraestructura virtual personalizable por cada usuario. 

En definitiva, en los próximos años seguiremos hablando de cloud computing. Es más. Ya se atisban en el horizonte nuevas posibilidades que ofrecerán las tecnologías asociadas a la computación en la nube y en cómo nos facilitará el día a día y cambiará la manera en que trabajamos o disfrutamos de nuestro tiempo libre. Y sin ir más lejos, ¿qué le espera a la nube en 2024? ¿Qué tendencias serán las más destacables?

La inteligencia artificial como servicio

2023 ha sido el año de la inteligencia artificial. En años anteriores, grandes como Google, Amazon o Microsoft han trabajado en ella sin prodigarse demasiado de ello salvo en el ámbito científico y tecnológico. Pero OpenAI ha sabido hacerse un sitio en este incipiente mercado lanzando su solución ChatGPT y dándose a conocer entre el gran público.

Una de las características de la inteligencia artificial que proponen OpenAI, Google y otros es que funcionan en la nube. Mediante cloud computing, podemos usar la inteligencia artificial para mil tareas, personales y profesionales, sin sacrificar nuestros recursos de hardware. Todo sucede en la nube. Así, 2024 será el año en el que despegará completamente el uso de IA como servicio. Un servicio más a incluir en el catálogo de servicios en la nube actuales.

Cloud computing sostenible

Las empresas han tomado consciencia sobre la sostenibilidad durante los últimos años. Y es innegable que en 2024, y en adelante, seguirá siendo así. La Agenda 2030 nos atañe a todos, y en especial a quienes más pueden hacer por cambiar las cosas. Esto afecta también a Internet, que pese a ser algo etéreo para muchos, no deja de ser una infraestructura física de grandes dimensiones y alcance mundial que consume energía e impacta en el planeta.

El cloud computing sostenible será una tendencia en alza. Ya hace años que empresas de todo el mundo buscan reducir su impacto climático buscando maneras más sostenibles de almacenar sus datos y procesar servicios en la nube. Sistemas de refrigeración que se integran en el ecosistema o que reutilizan la energía o calor generado para calentar hogares, son algunos ejemplos de propuestas sostenibles para la nube.

Cloud computing
Cloud computing

Seguridad y privacidad en la nube

Quienes desconfían de la computación en la nube lo hacen principalmente porque no quieren depender de una infraestructura externa. En este sentido, la seguridad y la privacidad son elementos clave para almacenar datos, información delicada o lanzar aplicaciones propias desde la nube. Cada año se producen una gran cantidad de brechas de seguridad y se difunden datos de clientes o de las propias empresas. 

El gran reto y tendencia para los próximos años será seguir luchando para hacer de la computación en la nube algo seguro. Tan o más seguro que realizar esas tareas desde nuestros ordenadores o servidores propios. Los robos y violaciones de datos están aumentando en frecuencia y gravedad a medida que los piratas informáticos desarrollan nuevas formas de ataque impulsadas por la IA. Y es inevitable que cualquier sistema que tenga que ser accesible para un ser humano siempre va a estar en riesgo de ataques de ingeniería social.

Cloud computing en tiempo real  

Acceder a recursos informáticos de forma inmediata y sin retrasos. Es algo que siempre hemos buscado. Precisamente, otra de las críticas que se le hacen al cloud computing es que acceder a sus aplicaciones y servicios es más lento que si contamos con recursos propios. Por suerte, en los últimos años hemos dado el salto a redes de gran velocidad y banda ancha o almacenamiento de datos en caché. 

Servicios como el streaming, el juego online o la realidad virtual o aumentada requieren del manejo de grandes cantidades de información y datos a gran velocidad. Hacer esto posible requiere de una infraestructura bien engrasada. Y aquí el reto está tanto en la red física como en la infraestructura de computación en la nube.

Edge computing por doquier

Si hablamos de cloud computing y 2024, es inevitable que surja también el edge computing. Brevemente, el edge computing traslada el procesamiento de datos y la toma de decisiones a los dispositivos que generan los datos o están cerca de ellos. Esto contrasta con el modelo tradicional de computación en la nube, que centraliza el procesamiento de datos en centros de datos distantes. 

Las ventajas de esta solución híbrida es que se reduce la latencia, se mejora la seguridad y se obtiene mayor flexibilidad, adaptándose así a las necesidades de cada empresa distribuyendo los recursos de manera más eficiente. Y teniendo en cuenta que el uso de edge computing va en augmento en soluciones avanzadas como el streaming, el Internet de las cosas, los vehículos conectados o la industria 4.0.

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