Vivimos en un momento donde la conectividad entre usuarios es fundamental para consolidar las relaciones sociales a través de la red. De hecho, esta imperiosa necesidad de mantenerse continuamente conectados transciende ya el ámbito de lo personal y se traslada a otros ámbitos como el laboral, la gestión administrativa o la gestión de servicios. Todo gracias a la interiorización del concepto de lo smart asociado a la idea de una mejora del día a día del usuario, mediante el uso generalizado de las TIC. En este aspecto, la socialización de los smartphones y de la variada oferta de aplicaciones existente en el mercado, han colaborado ha aceptar la idea de la tecnología inteligente como una parte indisociable de nuestra vida cotidiana. Pero esta sugerente etiqueta de ‘lo inteligente’ ya sea aplica a otros ámbitos como las viviendas inteligentes, los coches inteligentes o a mayor escala, en la forma de smart cities o ciudades inteligentes. Todos aquellos elementos con soporte en las nuevas tecnologías de la información y comunicación son susceptibles de entrar a formar parte de la vida smart.
Para este año 2013, se prevén interesantes novedades dentro del contexto smart. Hoy en día tener una vivienda domotizada y gestionada a distancia desde su teléfono móvil ya es una realidad, a pesar de que integrar estas tecnologías al ámbito doméstico supone una inversión importante. Pero la apuesta de las grandes compañías por desarrollar tecnologías aplicadas al hogar, está consolidando el mercado y ofreciendo una gran cantidad de ofertas y servicios a precios cada vez más competitivos para el usuario.
Un reciente estudio de mercado realizado por ABI Research apunta a que la demanda de servicios de domótica aplicados al hogar en Estados Unidos, alcanzarán los ocho millones de clientes en 2017. Según Jonathan Collins, analista de ABI Research, las últimas novedades en domótica y la posibilidad de personalizar la conectividad del hogar por áreas, permite ofrecer una gran oferta de servicios a la carta para cubrir las necesidades demandadas por los usuarios.
Servicios como la gestión del consumo energético, la centralización de los electrodomésticos, la implementación de servicios de videovigilancia y seguridad a distancia o el control de la iluminación y las telecomunicaciones de la vivienda a través de internet, son algunos de los más demandados. Pero este incipiente interés por lo smart y el desarrollo de la tecnología de los dispositivos táctiles está revolucionando objetos cotidianos como televisores, neveras o equipos de audio en soportes multifunción que ofrecen funciones adicionales que facilitan su gestión y procesan datos de interés para el usuario.
En este sentido, compañías como Google y Apple han apostado por lo smart y están desarrollando tecnologías inalámbricas capaces de transmitir contenidos multimedia vía streaming desde cualquier dispositivo. Entre las novedades previstas para este año, está la posibilidad de reproducir audio, video y fotos en streaming de forma bidireccional, es decir, transmitir datos desde móviles y tabletas directamente en el SmartTV y viceversa.
El control de la luz o de la climatización de la estancia a través del iPad o el iPhone o aplicaciones como el asistente Siri de Apple para controlar los distintos sistemas domésticos por voz, son algunas de las aplicaciones futuras que podrían revolucionar la domótica.
Como ya hemos comentado anteriormente, uno de los inconvenientes de la tecnología smart es su elevado coste. Pero existen alternativas mucho más asequibles para nuestro bolsillo como el proyecto SmartThings impulsado por un grupo de emprendedores a través de la plataforma Kickstarter. Este sistema permite conectar cualquier dispositivo al router de nuestro hogar para llevar a cabo las distintas funciones gestionadas desde la App instalada en el móvil. Esta aplicación permite entre otras cosas, notificar la entrada o salida de personas de la vivienda o regular la iluminación en función de la presencia de personas en la habitación. Un producto que ofrece servicios de domótica a un precio más asequible y que promete interesantes novedades para este año.
En cambio, la conectividad de las viviendas inteligentes plantea otras cuestiones como la privacidad que van mucho más allá de la divulgación de información privada. Los riesgos de disponer electrodomésticos inteligentes o servicios de seguridad conectados de forma permanente a internet son evidentes, y podrían generar situaciones de vulnerabilidad que podrían poner en jaque a usuarios, que podrían ser aprovechadas por terceros en beneficio propio. Por tanto, una vida smart conlleva ciertos riesgos que conllevan un plus de seguridad asociado.
Llegado a este punto, quizá sea necesario relativizar el énfasis del concepto de la tecnología inteligente y preguntarse si realmente la inteligencia la aporta la tecnología o esta sólo es el medio a través del cual se canaliza la información.
Imagen | vía Flickr (by Tekneco)