Una de las principales causas del calentamiento global, es el excesivo nivel de emisiones de dióxido de carbono (CO2) que se acumulan en la atmosfera a causa de la actividad humana, como el uso del transporte o la electricidad. Por este motivo, y para reducir las consecuencias del cambio climático, los investigadores tratan de encontrar soluciones y recursos renovables que permitan reemplazar a aquellos materiales más contaminantes. Este nuevo invento de un grupo de científicos de la universidad de Rice, en Texas, sin embargo, va un paso más allá. Se trata de una madera que captura CO2 y que es mucho más sostenible que la alternativa natural que tantos usos tiene.
La madera en sí es un material renovable, pero tiene un inconveniente: tarda mucho en volver a crecer y reemplazarse, y la tala de árboles para conseguir este material, además, es un importante problema para el cambio climático. Existen, eso sí, alternativas sostenibles, como la llamada “madera de ingeniería”.
Esta, sin embargo, también tiene varios puntos negativos. Por ejemplo, se deteriora fácilmente o, incluso, puede llegar a deformarse. Además, y según indica Soumyabrata Roy, científico de la universidad de Rice, son muy susceptibles a la humedad. Por tanto, limita considerablemente su uso como material estructural.
El objetivo con la madera que captura CO2, por tanto, no es solo intentar reducir el nivel de emisiones de dióxido de carbono en la Tierra. También reemplazar a la madera tradicional y su alternativa más sostenible, pero poco útil. De hecho, la madera que han inventado el grupo de investigadores liderado por Roy, aumenta su resistencia a medida que captura el CO2.
Así consiguen fabricar esta madera capaz de capturar CO2
El proceso para conseguir esta madera capaz de capturar CO2 y aumentar su resistencia a medida que realiza esta acción, es el siguiente. En primer lugar, se elimina la lignina, material que aporta color a la madera. Al desprender este componente, por tanto, la madera se vuelve incolora y, por ende, porosa.
Después, mediante lejía o peróxido de hidrógeno, se elimina la hemicelulosa, un componente que se encuentra en las plantas. El último paso es impregnar esta madera en un material absorbente llamado Metal-Organic Framework (MOF). “Las partículas de MOF encajan fácilmente en los canales de la celulosa y se adhieren a ellos a través de interacciones superficiales favorables”, afirma Soumyabrata Roy.
El MOF es, precisamente, lo que permite que la madera capture y almacene el CO2, pues es un material con capacidad de filtrar moléculas de dióxido de carbono. Además, todo el proceso, se hace de forma natural, con componentes sostenibles.
El equipo de investigadores espera que este material se utilice en un futuro para diferentes aplicaciones. Entre ellas, la construcción. Por el momento, continúan avanzando con la investigación y buscando formas de producir y comercializar a gran escala este material.