Las fuentes renovables están ayudando a que la transición energética sea mucho más llevadera. Pero todavía necesitamos un empuje para llegar a la independencia y sostenibilidad completa. Solo de esa manera se podrá abandonar definitivamente fuentes contaminantes de energía como el petróleo, el carbón o el gas natural. Por ahora contamos con la energía solar y la energía eólica, acompañadas a cierta distancia de la energía hidráulica. Pero poco a poco vamos también descubriendo nuevas alternativas como el hidrógeno verde o la energía geotérmica.
La energía geotérmica siempre ha estado ahí. Pero no siempre hemos sabido usarla. Y todavía hay mucho por hacer. Pero, con la tecnología adecuada, pronto podremos aprovechar esta fuente renovable, sostenible y, lo mejor de todo, inagotable. ¿Por qué?La energía geotérmica aprovecha el calor de la Tierra para generar electricidad.
Nuestro planeta, recordemos, no es homogéneo. En su interior hay varias capas y en ellas se dan ciertos fenómenos, algunos de ellos a altas temperaturas. Más de 200 ºC, de hecho. Y ejemplos encontramos en todas partes: volcanes, géiseres, aguas termales…
Ese calor del interior de nuestro planeta puede servir, por ejemplo, para calentar agua de forma natural y así ofrecer calefacción. O para generar electricidad. Y lo mejor de todo es que no es necesaria la combustión de ningún material. Es un fenómeno natural. Y su uso no genera emisiones de dióxido de carbono.
Cómo funciona la energía geotérmica
Para aprovechar el calor de la Tierra en forma de energía geotérmica es necesario perforar para acceder al subsuelo e introducir sondas geotérmicas en forma de tuberías. Estas tuberías contienen agua o líquido anticongelante que se calienta al llegar a las zonas más profundas y sube a altas temperaturas. En la superficie, la planta geotérmica recupera el agua o vapor y lo transforma en energía eléctrica. O, en el caso de la calefacción, lo conduce hacia las ciudades o poblaciones que cuentan con la infraestructura adecuada.
En función de la profundidad o zona del subsuelo en la que se encuentren los yacimientos geotérmicos, la energía geotérmica obtenida puede alcanzar distintas temperaturas. Las zonas de altas temperaturas superan los 150ºC. Son perfectas para producir energía eléctrica empleando vapor de agua.
Las zonas de media temperatura se mueven entre los 100 y 150ºC. Su rendimiento es menor. Las zonas de baja temperatura alcanzan entre 30 y 100ºC y suelen aprovecharse para calefacción, industria y balnearios. Finalmente, las zonas de muy baja temperatura, inferior a 30ºC, se utilizan para sistemas de climatización con bomba de calor.
Islandia, el pionero en emplear el calor del subsuelo
Para comprobar la viabilidad de la energía geotérmica solo hay que echar un vistazo a Islandia. Un país que se ha dado a conocer en los últimos años por espacios naturales muy característicos en los que abundan los tan espectaculares géiseres. Precisamente, gracias a las características geológicas de Islandia, esta isla volcánica cuenta con una fuente infinita para calentar agua y para generar electricidad. Para una población de 350.000 habitantes.
Según datos del Gobierno de Islandia, el 85% de sus fuentes de energía vienen de fuentes renovables. Y, del total de esas fuentes renovables, en 2016, un 65% venía de la energía geotérmica. El otro 20% venía de la energía hidráulica y el 15% restante del petróleo, en especial para el sector del transporte. Otro dato interesante: el 85% de hogares islandeses tiene calefacción mediante energía geotérmica.
Es más: la primera central geotérmica del mundo capaz de generar electricidad está en Islandia. Se ubica al norte de Grindavík, cerca de la capital del país, Reikiavik. Su nombre es Svartsengi, que en islandés significa prado negro. Se terminó de construir en 1976 y produce agua caliente y electricidad. Algo no muy frecuente. Su capacidad de producción es de 75 MWe (megavatios eléctricos) y 150 MWt (megavatios térmicos). Y, en un año, puede generar 629 gigavatios hora.
Como curiosidad, en septiembre de 2022, una delegación del Gobierno de Canarias (España) visitó esa central para estudiar el uso de energía geotérmica en las Islas Canarias, también de origen volcánico, como Islandia. Para 2040, las Islas Canarias deberían cubrir el 60% de su demanda eléctrica con fuentes renovables. Y la geotermia podría aprovecharse tanto en Tenerife como en Gran Canaria o La Palma.
La geotermia en el mundo
Aunque las altas temperaturas del interior de la Tierra siempre han estado ahí, no fue hasta principios del siglo XX cuando el ser humano le empezó a prestar atención. La primera planta de producción de electricidad con energía geotérmica data de 1913. Pero no es hasta la década de los 50 cuando empiezan a construirse centrales geotérmicas en distintos puntos del planeta. Y, especialmente, a raíz de la crisis del petróleo, a partir de 1973.
Existen centrales geotérmicas en Filipinas, Nicaragua, El Salvador, Islandia, Costa Rica, Kenia, Nueva Zelanda e Indonesia. También en países como Estados Unidos, Australia, Alemania, Italia, Rusia, Turquía o Países Bajos. Sin embargo, su capacidad instalada no es igual de importante en todos ellos. Con datos de 2016, la lista de países con capacidad instalada de energía geotérmica la encabezaban Estados Unidos (+2.500 MW), Filipinas (+1.900 MW) e Indonesia (+1.500 MW).
Sin embargo, pese a las características tan favorables de la energía geotérmica, tan solo supone un 1% de las fuentes renovables a nivel mundial. Una lista encabezada por la energía solar y la energía eólica, seguida a cierta distancia de la hidráulica. El motivo principal es que no es posible instalar una planta geotérmica en cualquier parte. Como vimos al principio de este artículo, no todos los yacimientos o zonas geotérmicas alcanzan la misma temperatura. Y, para generar electricidad, solo sirven las que llegan a 150 ºC o más. De ahí su limitación a zonas volcánicas como Islandia o Nueva Zelanda.