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¿Qué tienen en común los robots, los guepardos y las estrellas de mar?

Dos experimentos estudian los movimientos de estas dos especies animales para mejorar el de las máquinas. En el primero, logran aumentar su velocidad de manera notable, y en el segundo, su flexibilidad.

Resulta curioso, cuando menos, que los animales salvajes, que viven tan ajenos a nuestro mundo mecanizado, estén relacionados con el presente y futuro de la tecnología.  

Dos experimentos, que no están relacionados entre sí, han investigado los movimientos de los guepardos y las ofiuras, parecidas a las estrellas de mar, para mejorar el funcionamiento de los robots. Y en ambos casos, las primeras impresiones son positivas.

Los mamíferos más rápidos del mundo

El primero de los estudios lo ha llevado a cabo un equipo de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, Estados Unidos. Publicado en la revista Science Advances, explican cómo han observado la forma de desplazamiento de los guepardos para aplicarlo en las máquinas.

Los guepardos son las criaturas terrestres más veloces del planeta, solo superados por algunas aves, como el halcón peregrino o algunos insectos, en proporción a su tamaño. Estos felinos africanos alcanzan los 120 kilómetros por hora en apenas unos segundos.

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¿Cuál es su secreto? Se cree que la clave de su velocidad tiene que ver con su columna vertebral, capaz de flexionarse más. Este hecho les proporcionaría más impulso.

Los investigadores han copiado esta dinámica en unos pequeños robots, de apenas siete centímetros y 45 gramos de peso, que han denominado LEAP (Leveraging Elastic instabilities for Amplified Performance). El resultado ha confirmado sus sospechas: pueden moverse a 2,7 longitudes de su cuerpo por segundo, el triple del máximo que llegaban antes, de 0,8.    

Aunque de momento se trata de unos modelos muy rudimentarios, sus autores están contentos, como confiesan en el comunicado. Además de “galopar”, separando sus “patas” de la superficie, los robots también pueden subir pendientes empinadas, una circunstancia que antes era muy difícil o, directamente, imposible.

¿Qué han aprendido de las ofiuras?

El segundo experimento tiene como protagonistas a las ofiuras, unos equinodermos que parecen estrellas de mar. De hecho, es muy común confundirlas si no las conoces demasiado. Pero, ¿por qué han interesado a un equipo de la Universidad Carnegie Mellon, en Estados Unidos?

De la misma forma que el movimiento de la columna en los guepardos es interesante para añadir velocidad a los robots, la forma de moverse de las ofiuras también tiene aspectos interesantes, de los que aprender.

Para la prueba han desarrollado un robot con su aspecto, llamado Patrick. Fabricado con silicona, para ser flexible e impermeable bajo el agua, está compuesto, además, de más de 20 alambres de aleación con memoria de forma, que permiten mover sus cinco “patas”. Para elegir hacia dónde lo hace, cuenta con un control de retroalimentación.

El resultado es satisfactorio. Si bien es un prototipo muy elemental, el objetivo que perseguían lo ha logrado. Puedes verlo en el vídeo de arriba o en este otro.

Más ejemplos de animales que inspiren a la tecnología

El fenómeno se llama Biomímesis y no es nuevo, aunque continúe sorprendiendo. Los científicos saben que la naturaleza funciona, así que ¿por qué no imitarla para crear y perfeccionar las máquinas?

Murciélagos, pájaros, camaleones, hormigas y ranas ya están siendo estudiados para diferentes ámbitos, como los drones o la aviación. ¡Quién nos iba a decir que la tecnología, tan avanzada, se sirve de inspiración de los animales!


Ilustración de la cabecera: Gonzalo Chávarri.

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