La arquitectura ha tenido que lidiar siempre con un equilibrio entre la estética y la funcionalidad de viviendas, oficinas y, en general, todo tipo de edificios pensados para albergar actividades humanas. Y en ese equilibrio, ha jugado un papel importante el confort. Es decir, que esos espacios resulten, además de prácticos, agradables. La iluminación, el acondicionamiento acústico, la renovación del aire o la temperatura interior de tu casa o de tu oficina son imprescindibles para que tu espacio de trabajo, tu vivienda habitual, un centro comercial o un edificio público cumplan con ese confort.
Si hablamos de la temperatura, hay muchas maneras de lograr calor en invierno o fresco en verano. Esquivando los contrastes térmicos demasiado extremos. Se puede lograr con el diseño de ventanas, puertas, aislamiento, la elección de los materiales… O bien empleando dispositivos que logren subir o bajar la temperatura de tu casa de manera más o menos eficiente. La historia de la arquitectura está repleta de buenas ideas, aplicadas durante distintas épocas con mayor o menor fortuna.
Y aunque sabemos, desde hace mucho, qué materiales ayudan a conservar el calor o a disiparlo, no existe una única manera de enfocar este tema en la construcción de viviendas particulares, lugares de ocio y trabajo o espacios públicos o privados. Ya sea por moda, tendencia o por motivos económicos u otros intereses, la elección de materiales no siempre es la adecuada desde el punto de vista del confort de quienes han de habitar esas construcciones. Por su parte, la ciencia sigue investigando nuevos materiales que ayuden a resolver este eterno problema de manera eficiente. Es decir, sin tener que consumir electricidad u otros recursos materiales para calentarnos o enfriarnos.
Eficiencia energética al regular la temperatura de tu casa
Una de las corrientes que más está influyendo en ámbitos como la arquitectura o la construcción es la sostenibilidad. En ocasiones va reñida por la optimización de los beneficios, pero cada vez es más frecuente compatibilizar edificios sostenibles de fácil construcción y que resultan viables financieramente para sus constructores. O para quienes han de vivir o trabajar en ellos. Precisamente, uno de los temas clave es el de la eficiencia energética. Es decir, gastar menos electricidad al no necesitar con tata insistencia sistemas de aire acondicionado o climatización. Un aspecto que suele generar un elevado coste si hablamos de oficinas o grandes superficies.
Investigadores de la Universidad de Rice, en Houston, Texas, Estados Unidos, trabajan en un nuevo material termocrómico que podría ser capaz de regular la temperatura interior de tu casa, o de cualquier edificación, para que fuera más eficiente energéticamente. Aunando así el confort con la sostenibilidad. En concreto, han hallado “un material inteligente que ajusta su transparencia con los cambios de temperatura, superando a materiales similares en términos de durabilidad, transparencia y capacidad de respuesta”. Una nueva mezcla de polímeros que “podría mejorar significativamente la eficiencia energética para la refrigeración del espacio interior”.
En la actualidad, hay lugares del planeta que requieren regular la temperatura para combatir altísimas temperaturas que pueden afectar nuestro bienestar pero, en el peor de los casos, también nuestra salud. Y aunque la solución más eficaz es la climatización o aire acondicionado, su uso extendido por todo el mundo hace que suponga el 7% del consumo eléctrico a nivel mundial. También supone el 3% de emisiones de dióxido de carbono. Y esa cifra puede ir en aumento a medida que las olas de calor se suceden con mayor frecuencia y se superan los récords de temperaturas máximas en zonas altamente pobladas. Así, regular al temperatura interior de forma eficiente no es solo un capricho. Es una necesidad. Y cuestión de vida o muerte.
Materiales inteligentes que reaccionan al calor
Como decíamos antes, el uso de materiales adecuados puede resolver gran parte del problema. Reducir la temperatura de tu casa o de cualquier edificación. Hay que tener en cuenta que el consumo energético de un edificio o vivienda para calentar, enfriar o iluminar, supone el 50% del total. Y no es lo mismo tener que enfriar una estancia unos pocos grados que hacerlo mucho más.
Cada grado de menos se traduce en mayor consumo eléctrico. Así que toda ayuda es bienvenida si se trata de mantener el calor fuera. Y esto puede lograrse recubriendo las ventanas con materiales termocrómicos. Es decir, bloquean el calor, que permanece fuera. Y dejan pasar la luz. Y si no es algo que esté extendido en todas partes es, cómo no, porque los materiales actuales son caros y no duran lo suficiente para hacerlos viables.
Encontrar el material adecuado ayudaría a construir edificios confortables y sostenibles. Y lo mismo sucede con vehículos en los que regular la temperatura supone un gasto adicional. Y, a su vez, más consumo de combustible o electricidad. En la Universidad de Rice han dado con la fórmula combinando componentes orgánicos e inorgánicos. Dando como resultado un material inteligente más económico y duradero.
Los ingenieros de la Universidad de Rice, del laboratorio de nanomateriales, y dirigidos por Pulickel Ajayan, han creado una nueva mezcla de polímeros termocrómicos que se aplicarían fácilmente en el enfriamiento de espacios interiores. Es decir, para bajar la temperatura de tu casa o de cualquier otro edificio. Para ello, se podrían emplear para crear ventanas que se vuelven menos transparentes en los días más calurosos. Y así evitar que el calor se propague por el interior de una habitación o vivienda.