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¿Pueden los drones polinizar como las abejas?

Debido a la situación climática de nuestro planeta, las abejas pueden correr el riesgo de desaparecer y en consecuencia el proceso de polinización puede verse comprometida. Ante estos hechos, los drones han empezado a coger protagonismo en este ámbito.

Los drones son una herramienta que se ha empleado en diferentes ámbitos y en particular durante estos meses de pandemia mundial por la COVID-19. Antes de esto, los robots autónomos tenían protagonismo como repartidores y guardabosques entre otros.

Ante el cambio climático y la intervención del ser humano en los hábitats muchos animales polinizadores se encuentran en una situación atípica ya que les dificultan prosperar e incluso pueden desaparecer en cuestión de años. En definitiva, las plantas dependen de animales como las abejas para producir frutos, pero ante la situación las abejas han disminuido paulatinamente.

Para muchos expertos, la pérdida de abejas es una crisis mundial y por lo tanto se necesita un método de polinización artificial. En este instante es cuando entra en escena el uso de los drones.

Usando pompas de jabón

A causa de esta situación, la comunidad científica ha estado creando robots capaces de polinizar. Una de estas medidas son drones-abeja que reparten burbujas de jabón cargadas de polen para fomentar de esta forma la polinización artificial.

Este dron cuenta con una pistola de burbujas con una solución de polen. Los proyectiles de burbujas son disparadas a un huerto y así polinizar las flores a medida que las burbujas aparecen en la superficie.

Los investigadores probaron cinco sustancias diferentes para comprobar que solución era más efectiva a la hora de aumentar las propiedades de propagación del líquido. La mejor opción era la Lauramidopropil betaína, una sustancia que se comporta como el jabón y crea burbujas estables y facilitan el crecimiento del polen. Con esta sustancia, cada burbuja contiene 2.000 granos de polen.

Este dron de polinización artificial tuvo una tasa de éxito del 90% y podían implantar las burbujas de polen desde una altura de dos metros y a una velocidad de dos metros por segundo.

Los creadores de este robot explican que la actividad del polen en las pompas de jabón permaneció estable durante tres horas en comparación con otros productos que perdía su efectividad en poco tiempo.

Eijiro Miyako, autor del estudio ha explicado que «la burbuja de jabón permite una polinización efectiva y asegura que la calidad de las frutas es la misma que con la polinización tradicional».

Puede parecer una solución muy eficaz para paliar esta crisis climática, pero queda mucho por mejorar debido a que las burbujas son vulnerables a las condiciones climáticas. Es decir, que las burbujas desaparecen cuando hay viento o lluvia.

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