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El papel del 5G en la automatización industrial: así es una ‘smart factory’

Enormes, mecánicas y grises. Cuando pensamos en las fábricas es muy posible que las imágenes que acudan a nuestra cabeza sean así. Es el retrato que los libros y el cine han trasladado al imaginario colectivo desde sus inicios. 

Sin embargo, desde finales del siglo XVIII han evolucionado bastante. A finales del siglo XIX, con la electricidad y la Segunda Revolución Industrial, sufrieron un cambio muy significativo: el trabajo de los operarios dejó de ser tan manual para dotar de más autonomía a las máquinas.

Casi un siglo después, a finales del siglo XX, la tecnología volvió a cambiarlo todo, con la informática e Internet. Se llamó la Tercera Revolución Industrial y fue un salto grande, pero no el último. Como quien dice: «Ha llovido desde entonces».

La automatización industrial en el siglo XXI y la importancia del 5G

Y tanto. Nuestro mundo ha cambiado mucho en solo unas décadas. Se dice que en apenas 30 años ha cambiado más que en siglos enteros del pasado. En ello, las nuevas tecnologías son las principales responsables.

Ahora, en 2020, hablamos de una Cuarta Revolución Industrial en la que las máquinas están hiperconectadas y digitalizadas. En este escenario es donde nos situamos hoy. Y lo hacemos repasando un eslabón fundamental en la cadena productiva: la conexión 5G.

Sin ella, todos los avances que vamos a relatar a continuación no serían posibles. Ni tampoco en tantos otros ámbitos, como los coches conectados, el Internet de las Cosas (IoT) o la Inteligencia Artificial (IA).

¿Qué cambios supone el 5G?

A grandes rasgos, esta nueva conexión destaca por la rapidez en la transmisión de datos -de hasta 10 veces más que la anterior 4G- y la latencia ultrabaja.

Estas dos características explican su necesidad para tantos ámbitos: su retardo es de apenas unos pocos milisegundos. Los dispositivos podrán emitir gran cantidad de información de forma inmediata.

En lo que respecta a las fábricas, la comunicación e interacción con y entre las máquinas, “hiperconectadas”, dará un nuevo y fuerte impulso a todo el proceso productivo: serán realmente “inteligentes”, como se lleva tiempo preconizando. Tanto que los expertos no dudan en añadir esta palabra –“inteligente”- al concepto de fábrica, en alusión a su transformación.

¿Qué son y en qué consisten las fábricas inteligentes?

Una fábrica inteligente o smart factory, en inglés, es una fábrica completamente digitalizada e hiperconectada, en la que todo cuanto ocurre en la cadena productiva queda registrado.

Las razones de tanto dato son varias. En primer lugar, este conocimiento permite saber en cualquier instante el estado del proceso productivo. Si se necesita modificar una parte, puede hacerse.

También es muy útil a la hora de conocer qué funciona y qué no. Si hay un punto en la cadena que está mal, porque hace perder mucho tiempo o fabrica de manera defectuosa, con estos datos puede identificarse fácilmente y poner remedio. Solucionar los fallos y replicar lo exitoso permite que el trabajo sea más eficiente: que se produzca más y en menos tiempo. Y de buena calidad.

Aunque lo más interesante de la cuestión es que los avances no se limitan a la fabricación como tal, sino que afectan a toda la planta, desde esta parte más operativa y su gestión hasta los controles de calidad, la gestión del almacén e inventario y el mantenimiento de las instalaciones.

Las tecnologías que actúan en una fábrica inteligente

Tecnologías tan variadas como sensores, robots cognitivos y autónomos, Realidad Aumentada o Digital Twin están repartidas por todo el espacio.

Los robots se sitúan en la fabricación, siguiendo unas instrucciones y aprendiendo en base a ellas. Los Digital Twins, digitalizando estas operaciones e informando a los responsables humanos, para así aumentar la eficacia de las tareas.

fabricas

En el almacén, robots autónomos ejecutan ciertas operaciones, siguiendo unas pautas, y la Realidad Aumentada ayuda al personal a organizar los pedidos.

Por su parte, para seguir el inventario en tiempo real, unos sensores rastrean el movimiento y ubicación exactas de cada producto. Sensores que también están presentes en el mantenimiento de las instalaciones junto a la Realidad Aumentada, que permite además reparar equipos.

Retos de las smart factories  

Sin embargo, nos encontramos ante un desafío. Que toda la maquinaria de unas instalaciones gigantes, de las dimensiones de una fábrica, esté transmitiendo información de cada paso que se da, genera una cantidad ingente de datos. Y esta es muy difícil de almacenar y de procesar. ¿Imaginas toda la información de la que hablamos?

Por suerte, la tecnología avanza. No solo las máquinas inteligentes que acabamos de repasar, sino la propia conexión a Internet que las hace funcionar y el lugar donde se almacenan los datos: en la nube.

Este cambio hacia la digitalización completa, sin duda, supone múltiples beneficios a la industria, como la rapidez o el seguimiento en tiempo real de los procesos. Pero a cambio exige una inversión considerable: en tecnología y en recursos humanos capaces de gestionarla e interpretarla correctamente.

Esta inversión no pueden afrontarla todas las compañías con la inmediatez óptima para su transformación. Sin embargo, va llegando poco a poco en todos los sectores. Y a las máquinas y a la digitalización se van sumando profesionales especializados en Big Data y Cloud que administran este gran volumen de datos.

Por tanto, podemos concluir que la consolidación de las smart factories depende, en gran medida,de esta apuesta por los recursos, previa y constante, y por el desarrollo completo de la conexión 5G.

Referencias a destacar en el sector

La primera fábrica del mundo en implementar la tecnología 5G de Telefónica ha sido la Fábrica 56 de Mercedes Benz, en la ciudad alemana de Sindelfingen. El anuncio se hizo el año pasado, a mediados de 2019, con grandes expectativas de revolucionar estas instalaciones de 20.000 metros cuadrados.

No es para menos: el fabricante de coches más antiguo y uno de los más emblemáticos quiere ahora dar un paso más y tomar la delantera en cuanto a innovación. Recordamos que este tipo de tecnología está terminando de desarrollarse, pero que en poco tiempo estará expandida y su uso será habitual. ¿Por qué no tomar la iniciativa desde ya?

Eso mismo parecen pensar desde Gestamp, compañía proveedora de piezas para automóviles. Su fábrica de Barcelona está realizando un proyecto piloto con el 5G de Telefónica.

Nos adentramos en sus naves y cadenas productivas para conocer con todo lujo de detalles cómo afecta este cambio a su funcionamiento. Algunas de sus apuestas más sorprendentes, como los Gemelos Digitales o Digital Twins, tienen cierto recorrido, pero con la nueva conexión darán su impulso definitivo.

Lo que llaman Cuarta Revolución Industrial está cerca. Nunca lo ha estado tanto como en estos momentos. El 5G será un revulsivo para las máquinas y la producción inteligente.

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